Ni capitalismo ni marxismo

El 9 de noviembre de 1989 marca una nueva era en el orden mundial

Ni capitalismo ni marxismo

Autor: Director

El 9 de noviembre de 1989 marca una nueva era en el orden mundial. El mundo libre se imponía frente el totalitarismo para decir basta al centralismo y caminemos hacia la dignidad del hombre, recuperemos su liberad, su respeto, acabemos con el hambre en el mundo, con los paredones que callaban a los hombres.

El principal objetivo de cualquier sistema económico, el fundamento de su creación será siempre distribuir los recursos de nuestra casa, la Tierra, de manera que todos sus ocupantes puedan vivir una vida sin hambre ni los demás avatares con los que el hombre hoy debe lidiar. Es decir distribuir de manera justa la Justicia.

La economía global, actualmente puede alimentar al menos 5 poblaciones mundiales (la FAO, Unesco, el Banco Mundial todas calculan que incluso más), no obstante cada 5,7 segundos muere un niño de hambre en el planeta (fuente Unesco). Es solo cosa que veamos el otro lado de la cordillera, donde día tras día se van conociendo nuevos casos de niños con hambre (FAO indicó que 9 millones de niños sufren de hambre en Argentina, un cuarto del total de población), siendo Argentina uno de los principales exportadores de alimento del mundo.

Siempre recuerdo el comentario de un profesor que tuve en la universidad, quien en una conversación sobre el hambre me dijo:”es peor aun, no sabes cuánta leche arroja Francia y España al mar para no reventar el mercado y así marginar más utilidades manteniendo un precio alto”, él trabajó para ONU, FAO, Unesco y hoy realiza estudios para OEA y Gobierno. La leche desde hace 3 años año ha subido casi 70% su precio.

Pareciera ser que a medida que el sistema financiero más se instala en el mundo, más aumentan las injusticias y desigualdades, en vez de ir perfeccionando el modelo, se va empeorando. Les aseguro que si Adam Smith viera en lo que han convertido su sistema sería quien encabezaría las marchas contra la opulencia e indiferencia que ha provocado el capital frente a los valores fundamentales de la humanidad, quizá su problema fue creer en algo inmaterial que regula el mercado.

A medida que el discurso contra el horror económico que propone este modelo se enreda y se vuelve repentinamente inaudible, y se instala un nuevo modelo de libertad de mercado, en el cual los imperios son más evidentes, visibles, brutales y expansionistas. Es la nueva generación de capitales que de golondrina se transformaron en buitres, los private equities, fondos de inversión rapaces con apetito de ogro con disponibilidad de capitales mayores a cualquier PIB latinoamericano.

Las personas no saben de ellos, por ejemplo Bechtel Co, Carlyle (perteneciente al Grupo saudí Bin Laden, George W. Bush fue gerente general en los 90’), KKR, The Blackstone Group, Colony Capital, Apollo Management, Partners Cerberus, Starwood Capital, Texas Pacific Group, Wendel, Eurazeo.

A la sombra de la discreción se aprestan a apoderarse de la economía mundial. De 2002 a 2006, los capitales reunidos por sus fondos de inversión, pasó de 94.000 millones de euros a 358.000 millones. En 2007 en Estados Unidos los principales private equities invirtieron alrededor de 290.000 millones de euros en compra de empresas, y más de 220.000 millones sólo en el curso del primer semestre de 2007, haciéndose así con el control de 8.000 empresas… Ya un asalariado estadounidense de cada cuatro, y un asalariado francés de cada doce, trabaja para estos gigantes.

Pero aun así los niños siguen muriendo de hambre. La distribución del ingreso es cada vez peor, en nuestro país la curva de Gini es de 0,55 (es el mismo desde 1982), y somos el mercado más estable y apetecido de la región. El sistema económico pareciera ir hacia el camino erróneo, ya que las injusticias cada vez se acentúan más.

Y cómo no mencionar a los principales dueños del mercado financiero, Morgan, pero en ellos cómo no pronunciar Chase, Rothschild, Rockefeller.

Junto a esto podemos sumar el gran daño que como civilización le hemos provocado al planeta, el retroceso de grandes superficies de hielo, de bosques, el avance del desierto, el cambio climático, las sequías (consideremos que en África y Medio Oriente existen conflictos armados por el control de recursos hídricos). Todo esto es cierto, no son teorías, son hechos. Que se intente dar rango de teoría para poder seguir maximizando utilidades es el problema, tal como lo plantea el ex candidato a la Presidencia de EUA, Albert Gore en su documental An inconvenient truth. Su nombre es adecuadísimo, ya que realmente es una verdad muy incómoda.

El comunismo en el mundo ha atropellado la libertad, ha intentado falsear la naturaleza del hombre con “ideologías malévolas” como dirían muchos catedráticos. Me da lo mismo si el modelo es de economía planificada por el Estado como motor y centro de la misma, o si esta está basada en el incentivo e iniciativa de los privados, es decir no debe importar si el modelo es capitalista, neoliberal o comunista, debemos procurar como lo primero que los niños dejen de morir por hambre. No lo digo y lo siento solo por ser padre con problema económico. Cuando eso termine dejaré de decir, en Cuba los niños no mueren de hambre, la tasa de mortalidad infantil y por hambre es menor a las de EUA y a las de muchos países desarrollados, pero claro el hambre lo superan comiendo todos los días habichuelas (porotos), pero no mueren de hambre. Un amigo, ingeniero cubano, que en Cuba trabajaba de bibliotecario me contaba: ”es que en Cuba no hay ningún niño que se duerma con la guatita vacía”.

Por Patricio Rojas


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