La Directora de Fundación Iguales, Karen Atala, arremete en mi contra a través de las redes sociales llamándome “amigo” pero no señalando mi nombre y diciendo que soy “envidioso, resentido y desconfiado”. Atala utiliza argumentos sentimentales y psiquiatrizantes para deslegitimar mis críticas políticas a Fundación Iguales, no respondiendo al emplazamiento público que he realizado para que Fundación Iguales transparente los abultados sueldos que reciben sus funcionarios que se visten de “activistas”, incluyendo la renta de su Presidente Ejecutivo Luis Larraín Stieb. Sus argumentos nos recuerdan las sin razones patológicas que debió enfrentar la misma Karen Atala Riffo e Hijas en un emblemático caso en el que todxs nos comprometimos ética y políticamente, más allá de nuestras diferencias, incluidas las locas más pobres, las locas disidentes, las locas resentidas y desconfiadas del poder.
Hablo de frente y digo las cosas por su nombre. He señalado que no soy “igual” al líder de Fundación Iguales que sabemos milita familiar e ideológicamente en la derecha política y económica de Chile. Karen Atala, aboga por Luis Larraín, señalando que yo sería “un personaje que sólo existe a partir de la negación o del desprecio del otro y denostar el trabajo de una organización seria, sólo para buscar crear artificiosamente la polémica y a través de ella, tener justificación de su existencia. Ese tipo de activismo no sirve para nada, sólo para alimentar el ego. Por suerte los cambios sociales y conquistas legales se logran por gente seria y comprometida en lo que cree”.
Karen Atala tiene razón desde su lógica de poder. Soy resentido en tanto desconfío profundamente de fundaciones que se disfrazan con ropaje igualitario pero que operan como empresas privadas negociando nuestros derechos y utilizando sus privilegios de clase para conquistar posiciones sociales, públicas y políticas. No somos iguales, no lo fuimos y nunca lo seremos. Un amigo discute con argumentos políticos una crítica política y no desecha el trabajo de años en la militancia homosexual, lésbica y trans de Chile, militancia que ha sido siempre comprometida, nunca millonariamente remunerada.
Está polémica es necesaria, incluso más allá de los sueldos de “Iguales”, rentas que rechazamos por ser una grosera desigualdad frente a tanta vulneración económica, social, sexual y médica de nuestras comunidades. Está disputa sitúa finalmente las cosas en su lugar. Yo no soy igual a ustedes porque ustedes defiendan el mercado y sus privilegios de clase. Yo no soy igual a quienes no reconocen el legítimo derecho de nuestrxs hermanxs mapuche a recuperar sus territorios. Yo no soy igual a quienes no han levantado las banderas del derecho a la educación pública para todxs y la realización de una Asamblea Constituyente Popular. Yo no soy igual a quienes no han expresado solidaridad con lxs trabajadorxs explotados guardando cómplice silencio frente a un sistema que oprime y castiga económicamente al pueblo a través de las AFP. Yo no soy igual a quienes omiten en sus políticas públicas las urgentes luchas por la prevención del VIH/SIDA y los derechos de las Personas que Vivimos con VIH/SIDA.
Yo no soy igual a Fundación Iguales porque me reconozco en las militancias pobres como expresión política e histórica, militancias que no negocian leyes normalizadoras e higienizantes con el Estado de Chile. Yo no soy igual a Fundación Iguales porque participo del movimiento social y popular que cuestiona los estatus vigentes y no los reproduce. Yo no soy igual a Fundación Iguales porque “Iguales” movilizan a sus funcionarios con cheques mensuales de varios millones de pesos, montos que en un porcentaje no públicamente transparentado provienen de “Fondos Públicos”.
No soy igual a Fundación Iguales porque soy activista y apóstata, porque estudio, leo, escribo y reconozco nuestro pasado, presente y futuro, asumiendo el aporte crítico de las militancias disidentes e históricas en Chile. Militancias que emergieron hace más de 43 años en una protesta de travestis pobres en la Plaza de Armas de Santiago.
Por Víctor Hugo Robles
@elchedelosgays
Santiago de Chile, El Cortijo de Conchalí, octubre de 2016.