Nuestros motivos

La polémica suscitada a partir de las denuncias sobre el currículum del profesor Roberto Nahum ha distraído a la opinión pública del transfondo de nuestro movimiento. Mucho se ha dicho respecto de nuestras demandas y últimamente algunos académicos han criticado nuestros motivos aduciendo argumentos que no dicen ninguna relación con el petitorio de los estudiantes. Así, se ha señalado públicamente que estaríamos abogando por el cogobierno, lo que descartamos de manera categórica, salvo que aplicar los reglamentos de la Universidad pueda ser considerado como tal. Lo que si hemos señalado es la necesidad de fortalecer los espacios de deliberación interna ya que estamos convencidos de que una Universidad que no es capaz de pensarse a si misma carga con la inexorable condena de quedar desfasada de los tiempos que le toca vivir.

En el fondo, lo que estamos diciendo es que el ser la mejor Universidad de Chile no puede sustentarse sólo en una repetitiva evocación histórica ni en el recuerdo de las figuras públicas que en esta casa se han formado. El seguir siendo la mejor Universidad de Chile depende hoy de que seamos capaces de enfrentar un profundo proceso de reforma y modernización que de cuenta de los desafíos que nuestra Facultad debe enfrentar en cuanto Universidad Pública cuyo norte, como señalara Andrés Bello al momento de su fundación, sean los intereses de Chile y de su pueblo.

Ahora, ¿Cómo se traduce esto en la práctica?

Una de nuestras demandas centrales habla de la necesidad y urgencia de la elaboración de un proyecto de desarrollo institucional que nos entregue un horizonte común para las acciones que cotidianamente realizan los integrantes de nuestra Comunidad Universitaria. Lo que aquí está en juego es entonces la autocomprensión que tenemos de nuestra función en la sociedad de hoy. Y a nuestro entender esa función dice relación con la producción y distribución del conocimiento, el que entendemos será nuestro cobre del siglo XXI.

La Universidad de Chile es el espacio en donde hoy se produce la mayor cantidad de conocimiento a nivel nacional, y por cierto de la más alta calidad. Desgraciadamente esta tarea se realiza en un contexto de profundo divorcio entre el Estado y sus Universidades, por lo que la realización de esta función hoy enfrenta una serie de trabas por la pretensión de algunos de entregar la producción y desarrollo de nuevo conocimiento a criterios rentistas de mercado, sacrificando así el desarrollo de áreas que no son funcionales bajo esta lógica.

Y si bien hoy, nuestras demandas son de carácter local, esto en ningún sentido las transforma en demandas gremiales. Porque cuando sobre el tapete ponemos la discusión sobre la calidad académica de nuestra Facultad, lo hacemos pensando en que es insostenible hablar de compromiso social de carácter transformador sin que este venga acompañado de excelencia académica. Cuando hablamos de democracia interna, lo hacemos pensando en lo importante que es que una comunidad en respeto de sus propias normas sea capaz de repensarse a si misma. Y finalmente, cuando hablamos de la necesidad de regularizar el claustro académico, lo hacemos pensando en lo importante que es que nuestros profesores cuenten con los incentivos necesarios y justos para poder desarrollar una vida académica que dinamice la creación y socialización del conocimiento.

Para concluir, tengan la certeza de que en este conflicto siempre hemos actuado de manera seria y responsable y que nuestra argumentación jamás ha entrado en la lógica de los ataques personales. Y más allá de las provocaciones y maliciosas declaraciones, en esa senda seguiremos.

Gabriel Boric Font

Presidente Centro de Estudiantes

Facultad de Derecho

Universidad de Chile