Otro ‘hecho aislado’ en Carabineros

Hace unas semanas nos enteramos de la lamentable muerte de un joven arquitecto


Autor: Sebastian Saá

Hace unas semanas nos enteramos de la lamentable muerte de un joven arquitecto. Las circunstancias son confusas. En principio, cuando uno piensa en Carabineros, está asumiendo que nuestra vida e integridad física corre (o debiera correr) menos peligro. En el caso del joven de 29 años la situación fue distinta; si bien las indagaciones preliminares todavía se desarrollan, cámaras de seguridad no evidencian la intervención de otras personas más que la de funcionarios de Carabineros, minutos antes que el arquitecto falleciera.
Fíjense que los puntos sobre los cuales quiero llamar la atención son los mismos que hemos reiterado en todos los demás casos “aislados.” Primero, cuando un periodista consulta a uno de los funcionarios de Carabineros sobre las circunstancias de la muerte del joven arquitecto, inquiriéndole sobre un posible uso excesivo de la fuerza, éste responde “en principio … no.” Esta es la respuesta preliminar de Carabineros y de las demás autoridades: negar las responsabilidades preliminarmente. Si lo que existe -en verdad- es una investigación preliminar, el funcionario de Carabineros lo que debe responder es que los hechos están siendo, justamente, investigados, razón por la cual no puede pronunciarse.
Segundo, pareciera que no hay razones para la preocupación: Carabineros -se ha dicho- realizará una investigación interna para aclarar los hechos. ¿Qué cabe esperar de la investigación interna? Mejor no aventurar respuestas y mirar la experiencia reciente. Mientras se desarrollaban una serie de protestas durante el 21 de mayo de 2008, un funcionario de Carabineros -en otro “hecho aislado”- golpeó con su bastón al periodista Víctor Salas. La imagen fue captada por varios reporteros, incluido el mismo agredido. ¿Resultado de la investigación interna? No pudo localizarse al funcionario agresor.
Tercero. Bueno, si la investigación interna no funciona, hay posibilidades de llevar el caso ante la justicia. Sin embargo, ¿cuál es la sede donde se desarrollará la investigación? La justicia militar. Chile es, en América Latina, uno de los pocos países que mantiene una justicia militar con facultades amplísimas para juzgar civiles en tiempos de paz. Es decir, si usted quiere buscar responsabilidades de funcionaros policiales, deberá hacerlo ante una instancia integrada por colegas policiales (y de otras ramas de las FF.AA.) de aquéllos cuyas responsabilidades quieren acreditarse. Esa instancia no puede calificarse de justicia imparcial. Y no es que lo diga yo, sino que así lo dispuso la Corte Interamericana de Derechos Humanos, quien condenó al Estado de Chile por mantener en funcionamiento un sistema de justicia militar incapacitado para asegurar un debido proceso (ni a los civiles, ni siquiera a los militares juzgados por sus propios pares).
Es preciso comenzar a tomar distancia frente a las declaraciones de nuestras autoridades. De tanto en tanto, cuando estamos frente a este tipo de sucesos, incluido uso excesivo de fuerza, detenciones arbitrarias y abuso de autoridad, la respuesta es “se trata solo de un hecho aislado.” La pregunta es, ¿cuántos “hechos aislados” se necesitan para que esos “hechos aislados” se transformen en práctica? Es cierto que las instituciones merecen respeto. Pero en una república el respeto reverencial da paso al respeto merecido, mismo motor de la confianza que permite a las autoridades seguir gobernando en tanto el pueblo se los permite.

por Domingo Lovera Parmo
Profesor de Derecho
Universidad Diego Portales


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