No hay por dónde malinterpretarlo: Pablo Iglesias, el líder de Podemos, en un evento partidario en Mérida (Estado español) acaba de afirmar de entrada que si bien el lema inicial de Podemos “Se puede” hizo su camino, ahora, una vez que la joven organización de la izquierda alternativa acaba de cumplir un año y que pudo llegar con fuerza al parlamento español y lograr romper el sistema de partidos y la alternancia entre la socialdemocracia del PSOE y el Partido Popular de la ultraderecha española, hay que rendirse también a la evidencia (*).
¿Y cuál es la evidencia que se impone a los y las que desde Podemos quieren luchar por el cambio social en España? El hecho insoslayable es que “Seríamos torpes, habríamos perdido nuestra capacidad de análisis si pensamos que la oposición al Partido Popular (Gobierno) se va a construir en el Parlamento”. Y a continuación el Secretario General de Podemos sostiene: “Lo fundamental para ganarnos el derecho a ser la oposición es construir un movimiento popular porque las instituciones no están hechas para cambiar las cosas, las instituciones están hechas para poner dificultades a quien quiere cambiar las cosas”. Y, por lo tanto, ante la amenaza de un gobierno de la derecha neoliberal que atacará los intereses de las mayorías ciudadanas y de los trabajadores el líder de Podemos plantea enseguida que “nosotros tenemos que discutir sobre cómo darle poder a la gente, sobre cómo crear, poder popular cuando luchamos”.
“Por eso —sostiene en parte de su intervención el líder de Podemos— si hay una huelga general en este país debemos tener una máquina de combate para demostrar que somos la oposición porque podemos ayudar a las organizaciones de la clase trabajadora a convocar esa huelga”.
Se trata de un giro político realista. Después que, como lo dice Pablo Iglesias, “los socialistas españoles le entregaron el gobierno al Partido de Mariano Rajoy” y que “hacer oposición desde el Parlamento no bastará”.
“Ganar el gobierno, ganar las elecciones no es ganar el poder porque el adversario cuenta con instrumentos mucho más eficaces”, remata el dirigente de Podemos.
Jaime Pastor, analista político y académico explica así el momento político español: “El desafío que tiene ante sí Unidos Podemos es, por tanto, enorme. Le corresponde ejercer de oposición desde el parlamento y, a la vez, contribuir a la apertura del nuevo ciclo de protestas que parece anunciarse. […] Porque no estamos solo ante una crisis de gobernabilidad sino, sobre todo, ante una crisis de régimen que está lejos de resolverse, máxime cuando los discursos de Rajoy (el recién nombrado Primer Ministro gracias a la postura del PSOE) se han reafirmado en un mero continuismo y la alternancia se ha agotado. Por tanto, el dilema ahora es: continuismo o Cambio, con mayúsculas, o sea, ruptura democrática” (**).
Podemos, en un contexto de lucha democrática por la disputa del poder político, económico social y cultural retoma y le da un sentido histórico a la consigna nacida y levantada desde abajo por el pueblo, los trabajadores y las fuerzas revolucionarias chilenas durante el Gobierno del Presidente Salvador Allende. Fue allá por 1972 que comienza a escucharse la consigna que llamaba a construir poder popular desde los fundos, las fábricas, las salas de clase, las oficinas y las iglesias. Era cuando la derecha golpista se preparaba ya, con medios legales y con los sectores golpistas de las Fuerzas Armadas, para derribar al Gobierno de la UP que había osado hacer cambios reales que remecieron las estructuras de dominación de la oligarquía chilena.
No es una paradoja mística. Una consigna nace de experiencias compartidas de lucha en el curso de historias que no se repiten, pero donde las consciencias pasadas y presentes se hablan.
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(*)https://www.youtube.com/watch?v=mgerZ3WMi4Y
(**)http://vientosur.info/spip.php?article11863