¿Para qué sirven los parquímetros? ¿A quién benefician? ¿Son legales o son un abuso de autoridad? ¿Por qué además del predial y otros impuestos tengo que pagar por dejar mi auto frente a mi casa? ¿Quién determinó el costo de las multas? ¿A dónde se va ese dinero? Estas son algunas de las preguntas de la ciudadanía respecto a la instalación y operación de parquímetros en el Centro Histórico de Puebla, en donde prevalece “La Ley de Herodes: Si no te chingas te jodes.”
Eduardo Rivera es como Juan Vargas, en la excelente película de Luis Estrada, precisamente llamada así, La Ley de Herodes. “Varguitas”, interpretado por Damián Alcázar, es el presidente municipal que, picado por la ambición de poder y de dinero, cobró impuestos por todo, hasta que el pueblo se hartó y se rebeló.
Eduardo Rivera, en esta comparación “Riveritas”, sostiene que los parquímetros abonan a mantener el orden en la capital; que evita el agandalle en las calles del Centro Histórico. Dice que “El gobierno no puede dejarse sorprender ante personas que no quieran cumplir la norma y la ley.” Sostuvo que sus decisiones son las correctas para el beneficio de la ciudadanía.
Por supuesto que defenderá sus parquímetros. Son un buen negocio, según informes del propio municipio, desde su instalación, en números redondos, han recaudado alrededor del 17 millones de pesos. Cinco millones por pago de estacionamiento y 12 millones de multas. Tan sólo en el mes de diciembre del año pasado fue de más de un millón de pesos. Son pocos para el municipio, pero suficientes para varias obras de utilidad de los habitantes del Centro de Puebla.
El tema llegó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. La Comisión de Derechos Humanos de Puebla promovió una acción de inconstitucionalidad contra los parquímetros.
José Félix Cerezo Vélez, Presidente de la CDH-Puebla explicó que presentaron la acción de inconstitucionalidad, porque no se establece cómo se tiene que cobrar, ni cómo se van a aplicar las multas, ni las reglas de operación del programa. Tampoco está claro la colocación de “inmovilizadores” a autos sin placas, porque no están contempladas en la ley, pero sí en el programa. Consideró que es “violatorio” que el ayuntamiento de Puebla obligue a los usuarios a mover su vehículo cada cinco horas. Esperemos que pronto la Suprema Corte tome una decisión.
En todas las grandes ciudades del mundo hay parquímetros y otros mecanismos de control vehicular. Ese no es el tema. El tema es el abuso de autoridad, la opacidad y la corrupción. Puebla debe aprender de la CDMX y otras ciudades. Tomar las experiencias positivas y no cometer los mismos errores.
Debe existir claridad y legalidad en la norma; así como, informar adecuadamente a la población, capacitar y supervisar a la policía en su aplicación. Después están medidas muy sencillas, como otorgar certificados de residentes para exentar el pago de parquímetros; mejorar la seguridad en las zonas con cobro de estacionamiento en vía pública y seguro contra robo, si vas a pagar por estacionarte en la calle, por lo menos tener una garantía; mejoramiento de las avenidas y del mobiliario urbano, los ingresos por parquímetros deben aplicarse en la misma zona e informar a la ciudadanía. Eso pienso yo, ¿usted qué opina?
Por Onel Ortíz Fragoso
@onelortiz
Foto: Archivo El Ciudadano
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