Gobernantes, legisladores, dirigentes partidarios se llenan la boca diciendo que en Puebla llego el tiempo de las mujeres. ¿Qué tan cierta es esta afirmación? ¿Se trata de una frase políticamente correcta o un convencimiento real de la clase política? ¿De qué hablamos o en qué pensamos cuando dicen que el tiempo de las mujeres llegó? ¿Se trata simplemente de que en el Congreso poblano, el gobierno estatal y en los gobiernos municipales exista igual número de mujeres que de hombres?
La lucha más significativa en Occidente en la segunda mitad del siglo XX y de las dos décadas que van de éste, es la lucha de las mujeres por sus derechos e igualdad; así como, eliminar la violencia en su contra. Se trata de un movimiento civilizatorio, que como ocurre con otros fenómenos sociales, la clase política pretende convertirlo en botín político.
Varias políticas, destacadas integrantes de sus partidos y movimientos, dicen que es tiempo de las mujeres, por la simple razón que considera que su tiempo para ascender un escalón más en la pirámide de poder llegó.
Nunca antes en Puebla y en el país, tantas mujeres habían ocupado puestos de poder y nunca antes había existido tanta violencia y asesinatos de mujeres en el Estado y en el país.
Las mujeres políticas poco a nada tienen que ver con el sector que dicen representar. Poseen más afinidades con su partido, con su grupo político o con el líder que las apoyó a llegar al poder. De nada sirve que haya igual número de diputadas y diputados, secretarias y secretarios de Estado si la condiciones de violencia en contra de las mujeres persiste.
De nada sirvió que la primera responsable de Gobernación, fuera mujer. De nada sirve que la nueva titular sea una mujer de 35 años, si no es capaz de garantizar la gobernabilidad y estabilidad del país, o si las mujeres no pueden ejercer libremente sus derechos y sus libertades. ¿De qué lado estará la Secretaria de gobernación, del lado del Presidente o del lado de las mujeres?
La política sólo es una parte de la vida y diría una pequeña parte. El mayor avance de las mujeres se da en otros aspectos de la vida social que discurren fuera de la política. El mejoramiento de sus ingresos y de su nivel educativo son fundamentales.
En el siguiente proceso electoral, en la trinchera de Morena, como partido en el poder, habrá muchos espacios que repartir a las mujeres de Puebla: una candidatura al Senado de la República, la mitad de distritos electorales federales y locales; la mitad de puestos en el gabinete y por lo menos 108 candidaturas a presidencias municipales. Por lo tanto, no es raro que candidatos y partidos anden a la caza de futuras candidatas.
El patriarcado y el machismo sólo acabarán si se termina con la propiedad privada, la familia monogámica y el Estado. Como eso es imposible, lo importante no sólo es la creación de leyes, sino la creación de políticas públicas y principalmente, la asignación de recursos suficientes. Eso pienso yo, ¿usted qué opina?
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Por: Onel Ortíz Fragoso
@onelortiz
Foto: Archivo El Ciudadano
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