Podríamos decir que Puebla tiene sed y hambre de justicia. Quedémonos literalmente con la primera parte de la oración. Puebla tiene sed por la falta de agua potable, producto de diversos factores entre los que destacan la mala gestión gubernamental, la corrupción y la explotación irracional de los recursos hídricos.
El acceso al agua potable es un derecho humano, establecido en la Constitución y en el derecho internacional, que podría ser letra muerta o mejor dicho letra seca, si no tomamos las acciones necesarias para evitarlo.
La escasez de agua potable provocaría que municipios como La Paz, Monterrey y Puebla sean las primeras en quedarse sin agua. No es Fake News, de las muchas que circulan en las redes sociales. Así lo dijo hace unas semanas, el diputado Gregorio Muñoz Álvarez, presidente de la Comisión de Recursos Hidráulicos de la Cámara de Diputados, al presentar el Diagnóstico del Problema de Agua en México. Explicó que, según datos oficiales, el 10 por ciento de la población nacional no tiene hoy una red de agua potable ni agua suficiente para el sustento básico. “Estamos hablando de 12 millones 600 mil mexicanos que hoy no tienen agua potable y que ahí se comete uno de los mayores actos de injusticia”.
El diagnóstico dice que el 99 por ciento de los municipios tiene a los organismos responsables de la administración del agua en una quiebra técnica, financiera y administrativa; por tanto, no existe capacidad de ampliar redes de agua potable, redes de alcantarillado, tanques elevados, sistemas de monitoreo de la calidad del agua y sistemas de potabilización.
Ojo. El 73 por ciento de nuestras cuencas, lagos y lagunas están contaminadas, y cifras internacionales mencionan que México ya rebasó el 87 por ciento de la contaminación de todas sus fuentes de agua.
En México, cinco de las 13 regiones utilizan un volumen de agua que excede sus reservas, lo cual afecta el ciclo de producción de alimentos, como es el caso de “Noreste” (Sonora-Sinaloa), “Río Bravo” (Nuevo León), “Lerma Santiago Pacífico” (Jalisco), Valle de México y Balsas (Ciudad de México, Estado de México y Puebla).
México experimenta los efectos negativos de la falta de agua. Durante los últimos años, las regiones centro y norte del país han vivido escasez debido al aumento de las sequías. De acuerdo con datos del Banco Mundial, en el país la disponibilidad promedio anual per cápita pasó de 10 mil metros cúbicos (m3) en 1960 a 4 mil en 2012. Se estima que para 2030, esta disponibilidad en México descienda debajo de los 3 mil m3 por habitante al año.
Preguntas: ¿Qué hará el gobierno municipal y estatal para enfrentar esta situación? ¿Seguirán echándose la bolita? Los problemas de escasez de agua en la ciudad de Puebla son evidentes. Por ejemplo, en el momento más álgido de la pandemia, con las escuelas y centros de trabajo cerrados, se repartían 500 pipas de agua diarias en zonas populares. ¿Qué van a hacer las familias bien de Puebla cuando les falte el agua en sus colonias de lujo de altas bardas y seguridad privada? Muchas tal vez se muden al extranjero o a sus casas de campo, pero el problema se queda aquí.
La sociedad está harta de políticos y políticas de todos los partidos y tendencias que sólo vean por sus intereses. Puebla necesita soluciones reales a la falta de agua potable. Eso pienso yo, ¿usted qué opina?
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Mole de Cadera. Semana Santa, los aspirantes descansan unos días, espero que sean de reflexión. Que piensen en los pecados capitales, pero sobre todo, que recuerden que la ambición también es pecado. ¿A quién sacrificarán? ¿A quién negarán tres veces? ¿Quién será Judas?
Por Onel Ortíz Fragoso
@onelortiz
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