En diversos lugares de la Región existen numerosas manifestaciones de resistencia frente a las invasiones que siguen ocasionando las Industrias Extractivas. / La resistencia no ha sido fácil, los proyectos de inversión de las grandes Compañías han venido acompañadas con políticas de Estados que promueven la militarización y criminalización de la protesta social.
Las agrupaciones y movimientos sociales que defienden Derechos colectivos exigen el cambio de las políticas estatales neoliberales; y de poner fin al saqueo y destrucción que vienen ocasionando las actividades industriales que van en desmedro de grande mayorías y de extensos territorios.
En Puelmapu (Argentina), desde el 2007 se inicia un proceso de análisis y convergencia entre pobladores, comunidades y Pueblos de la Patagonia afectados o amenazados por Industrias extractivas.
También desde el 2007, en Ngulumapu (Chile), la Red de acción por la Justicia Ambiental y Social inicio un proceso de diagnostico, información y articulación frente a los graves conflictos territoriales que existen a causa de políticas de inversión pública o privada, principalmente como consecuencia de industrias extractivas, tales como la Minería, Celulosa – Forestales y mega proyectos hidroeléctricos.
En Bogotá, Colombia, septiembre de 2008, diversas organizaciones del continente definen un plan de acción en el Foro social frente a la gran Minería. En ella, Referentes sociales de diversos Países autoconvocaron para establecer nuevas formas de alianza y asumir articuladamente la defensa de sus Derechos. Exigen cambios radicales frente a la sobre explotación de los Bienes Naturales y Colectivos que hacen poderosos grupos económicos bajo el amparo de Estados; y exigen que se pare el saqueo, la destrucción y contaminación que ha provocado esta industria.
En Perú, importantes referentes Indígenas como AIDESEP y CONACAMI han asumido una posición crítica y han promovido diversas propuestas económicas alternativas frente a la invasión de las petroleras y Mineras, respectivamente, basadas en el buen vivir.
En estos y diversos otros espacios que han contribuido para analizar los conflictos causados por las industrias extractivas, se podría desprender que han existido diversos puntos en común y transversales. Algunos de ellos:
La situación de exclusión, imposición, negación y atropello a los derechos colectivos de los Pueblos y sus habitantes rurales y urbanos, que son víctimas de un modelo económico y política neoliberal y de Estados capitalistas unicentristas, patriarcales y colonialistas, se traduce en problemáticas significativas en cada aspecto del bienestar social, desde la situación de la salud y educación, los territorios, medio ambiente, Recursos Naturales, hasta la exclusión de los procesos políticos, del mercado laboral justo, productivo sustentable y la alienación cultural de grandes mayorías.
Son hechos que se han evidenciado y que suceden a diario y en este marco los Pueblos Indígenas son una de las principales víctimas.
Los Pueblos Indígenas preexistentes a la formación de los Estados, con visión, organización y Derechos propios, han sido víctima de procesos colonialistas en todo el devenir histórico, de políticas genocidas, racistas, de marginación y empobrecimiento. Actualmente, nuevas formas de genocidios y colonialismos se traducen en esta invasión de Corporaciones Económicas principalmente Transnacionales.
Con respecto a la Militarización y Criminalización, un ejemplo constante es como se ha venido manipulando el concepto de «terrorismo», como ha ocurrido en Chile contra el Pueblo Mapuche o en Perú y Colombia contra Pueblos Indígenas, comunidades campesinas y afrodescendientes, donde a modo de ejemplo, en la tierra del vallenato se usó de excusa la «guerrilla» para reprimir toda protesta social y movilización que pudiese afectar los intereses de los grandes proyectos de inversión, sin importar de donde y porqué provenga. Coincidentemente son los tres principales países ejes de Sudamérica de un arraigado corte neoliberalista e imperialista.
Como mapa de conflictos, en Colombia, las principales arremetidas de paramilitares, militares y bases militares estadounidenses, coinciden donde se ubican los principales proyectos para industrias extractivas, lo que ha generado en varias ocasiones desplazamientos forzados de poblaciones y verdaderos genocidios a causa de Mineras y Petroleras. Hechos muy similares han ocurrido en Perú en el marco de las invasiones de las mismas industrias.
Con el actual escenario, resulta necesario y fundamental, ante el abandono de parte de la institucionalidad pública y la crisis del modelo económico global y sistema estatal, resguardar los derechos Humanos y socio ambientales del tipo individual y colectivo, siendo fundamental que sean las propias comunidades, las poblaciones, las organizaciones sociales quienes deban asumir los grandes desafíos de articularse para defender y ejercer sus derechos colectivos, de manera autónoma, amplia, representativa, efectiva, horizontal, solidaria y eficiente.
Por otra parte, se ha valorado e identificado la necesidad de articularse y buscar alianzas horizontalmente con otros sectores sociales que son víctimas directas o indirectas de políticas de inversión pública o privada y que transgreden derechos básicos de los Pueblos como son, la libre determinación, las soberanías y autonomías, tales como soberanías en territorialidad, Recursos Naturales; Soberania alimentaria, economías locales, Participación y decisión Política, entre otros.
También, se ha valorado e identificado la necesidad de avanzar hacia Movimientos Sociales coordinados, que involucren acciones e incidencia sobre temas de fondo en la esfera de las Políticas que favorecen a las Corporaciones Transnacionales y la reproducción del modelo neoliberal e imperialista.
Asimismo, que se avance hacia una visión de Respeto a los Derechos de los Pueblos, la Justicia social y Ambiental y las Reparaciones ante los graves daños causados por Estados y Compañías a Pueblos y Comunidades en diversos puntos de la Región.
Se ha considerado también lo siguiente:
– Dimensionar que los Conflictos de la grandes industrias Extractivas obedece a un Modelo económico Neoliberal y un sistema Imperialista.
– Dimensionar que los conflictos de industrias extractivas, ejemplo: Petroleras, Biocombustibles, Forestales-papeleras, Hidroeléctricos, tienen patrones similares en el comportamiento de las políticas de los Estados, principalmente con respecto a la Militarización y Criminalización.
– Contribución a la proyección de movimientos sociales más profundos e integrales tendiente a la transformación de los Estados y la elaboración de nuevas propuestas, como la de Estados Plurinacionales, integración y autonomías de los Pueblos, agregando la dimensión internacional, principalmente latinoamericana.
– Definir «Unidad en la acción» con criterios de necesidad de articularse y realizar movilización.
– Promoción de la Visión Indígena para garantizar la defensa de la Vida y la madre naturaleza y complementarlo con los instrumentos Internacionales de Derechos Indígenas relativos al Tema. Convenio 169 y Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Exigir y disputar que dichas normas se cumplan.
– Buscar estrategias de tipos administrativos, jurídicos, políticos, sobre la redistribución de los RRNN, particularmente el Subsuelo para buscar niveles de protección efectiva.
– Incidencia en los diversos planos.
Como se aprecia, desde hace rato existen varios caminos trazados para hacer frente victorioso a la invasión de estas industrias y de paso, a las grandes compañías que obedecen a pequeños grupúsculos que controlan los Estados y que se siguen lucrando insaciablemente. Los Derechos son lo primero.
Por Alfredo Seguel