En el primer aniversario de la aprobación de la Ley de Matrimonio Igualitario en Argentina
En realidad no sé en lo que se esté transformando Argentina, pero sí sé que a cualquier Opus Dei chileno o UDI le daría un patatús si estuviera en mi lugar.
En enero vine a Buenos Aires para el matrimonio de una amiga. Recuerdo que llegué al Registro Civil en la esquina de Uruguay con Tucumán con un ramo de flores y que en el hall del tercer piso todos los invitados esperaban ansiosos para ingresar a la sala donde se realizaría el casorio. Un puto preguntaba en el mesón de Informaciones por los trámites que había que hacer para casarse por la nueva Ley de Matrimonio Igualitario. Las dos novias se veían nerviosas: Mi amiga luchaba contra su cabello recién planchado y contra un diminuto ramo de flores que rápidamente reemplazó por el mío; su futura esposa, algo más joven, deambulaba por el lugar como un zombie, o tal vez ansiosa por el paso que iba a dar. Cuando por fin vocearon el apellido de mi amiga, entramos a una sala que pronto se llenó de lágrimas, gritos, aplausos y chiflidos. La jueza apareció de pronto y al ver al público se sintió incómoda. Al final, lo de siempre, aunque con una modificación: ¿Aceptas a X como “contrayente de este matrimonio”?
Hoy han pasado seis meses del matrimonio de mi amiga y un año desde la aprobación de la Ley. Esta tarde se conmemora esta fecha en uno de los salones del Senado de la República Argentina y aquí estoy, esperando a que empiece la ceremonia. Por lo pronto ya han llegado los invitados: Putos, tortas y una que otra trava. Ellos se ven felices y podría decirse que se han tomado este sector del Congreso, a cuatro cuadras de Avenida Corrientes. De verdad los envidio, porque no creo que cuando se conmemoró el primer año de la entrada en vigencia de la Ley de Matrimonio Civil en Chile, un grupo de heterosexuales se haya reunido para festejar de esta forma, y menos en alguno de esos conspicuos salones del Congreso Nacional en Santiago.
Como decorado, en el ala izquierda del salón hay pendones con la leyenda: “IGUALES. Un camino de derechos para todos/todas”. La leyenda es acompañada por imágenes de prensa con las distintas conquistas por los derechos civiles. Por todos lados se mueven las tres productoras que están a cargo del evento, preocupadas por la amplificación, por el video que se exhibirá, por la disponibilidad de asientos para los parlamentarios e invitados especiales. Precisamente una de ellas me dice si tengo problemas en cambiarme de asiento cuando llegue un congresista. Le digo que no. Ella, contrariada porque no sabe si dije que no me muevo o que no tengo problemas en hacerlo, se marcha a supervisar la amplificación y enseguida a saludar a los invitados especiales que, para mi sorpresa, son las personas que se han casado durante este año.
ENTRE PUROS HOMBRES K
Justo cuando llega el moderador del homenaje, el periodista Víctor Hugo Morales (una especie de Patricio Bañados con opinión kirchnerista), y el senador y candidato de la “Señora K” (Cristina Fernández de Kirchner) a jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Daniel Filmus, la productora regresa hasta mi posición para decirme que ahora sí, que me corra de donde estoy. Como soy extranjero, no sólo en esta conmemoración, sino en el país, le hago caso, aunque claro, me da rabia porque hubiera quedado a un asiento de Filmus, justo atrasito. Al ponerme de pie le comento a la productora:
–Bueno, al parecer en la celebración del matrimonio igualitario hay gente más igualitaria que otra.
–Es por los homenajeados –se excusa la productora, indicando unos galvanos que se entregarán a las parejas que se han casado durante este año.
–¿Los “igualitarios”? –respondo, dándome cuenta de que mi amiga no está entre ellos.
–Gracias, che.
–Oye, pero ¿Dónde me pongo?
La productora me señala cinco asientos hacia la derecha y quedo al lado de Aníbal Ibarra, el ex jefe de gobierno de la ciudad, quien años atrás se vio obligado a renunciar por la tragedia en la disco Cromagnon.
–Hola –le digo a Ibarra, y él sonríe.
Pienso en un reclamo más, pero ya no hay tiempo, ya que Víctor Hugo Morales se ha largado a hablar:
–Parece mentira que haya pasado un año desde la aprobación del matrimonio homosexual, aquel 14 de julio del año, yo…
No hay caso: El periodista habla bonito, pero todos los que hablan bonito me aburren, así es que mi atención se centra en la impertérrita actitud de Filmus, quien escucha y observa como si su sonriente rostro de oso fuera de mármol. Por suerte ahora se exhibe el video en la pantalla gigante ubicada a la derecha de la mesa, en donde ya están sentados, entre otros: César Cigliutti, presidente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA); las diputadas que impulsaron la Ley, Vilma Ibarra y Silvia Augsburger; la gobernadora de Tierra del Fuego, Fabiana Ríos. El video muestra imágenes de la discusión en el senado, de un silencioso Néstor Kirchner y del momento exacto en que se aprueba el matrimonio igualitario. En ese minuto, la gente en la sala, al igual que en el video, aplaude fuerte y grita “bravo”. A continuación en la pantalla gigante se observan las celebraciones en las calles de Buenos Aires y pienso en la posibilidad de que después de esto ocurra algo similar.
LAGRIMEANDO PERO FELICES
Más que hablar bonito, lo que verdaderamente me incomoda es ese hablar sentido, entrecortado, lleno de emoción. No sé por qué siempre me ha parecido falso, y eso siento cuando escucho a la diputada Vilma Ibarra:
–Estamos todas lagrimeando con este video. Gracias.
La parlamentaria agradece a su colega Silvia Augsburger, a César Cigliutti, pero muy especialmente a Daniel Filmus, “que sabemos que está con la agenda muy apretada estos días…”. Aplausos.
–Bueno, y también agradezco a Aníbal Ibarra, quien se me había olvidado y que está por allá –agrega al sujeto sentado a mi lado.
El aludido masculla algo inentendible y yo aprovecho la ocasión para ponerme de pie, dejar mi cuaderno de notas sobre la silla, avanzar unos metros y clic y clic. Al regresar a mi asiento, observo que el ex jefe de gobierno sostiene mi cuadernito.
–Disculpá ¿Esto es tuyo? –interroga.
La diputada Ibarra cierra su intervención anunciando que el 18 de agosto se comenzará a discutir en el Congreso la ley de identidad de género, que favorecerá a la “población trans”. En realidad no sé en lo que se esté transformando Argentina, pero sí sé que a cualquier Opus Dei chileno o UDI le daría un patatús si estuviera en mi lugar. Más aplausos. Es curioso, pero estos argentinos tienen la extraña costumbre de aplaudir a cada rato y por cualquier cosa. Aplausos.
Estoy inquieto, así es que abandono mi lugar y doy vueltas por la sala. Observo un par de travas atrás, una pareja de tortas tomada de la mano, todos mirando lo que sucede adelante, como si eso fuera el futuro, o como si el futuro estuviera delante de sus ojos. Adelante, César Cigliutti hace una reivindicación de los cuarenta y cuatro años de movimiento gay en Argentina:
–Fue en 1967, cuando varios maricas, por primera vez salieron del clóset y se presentaron en una manifestación en la Avenida de Mayo. Se pusieron al lado de los montoneros ¿Se imaginan lo que era eso? Esas locas eran parte de lo que sería el Frente de Liberación Homosexual (FLH) y fueron a escuchar a Perón, quien venía llegando de uno de sus viajes.
Me viene a la mente que el poeta Néstor Perlongher fue uno de los intelectuales que participó del FLH, aunque no creo que haya estado en esa manifestación. Tengo un libro de cartas de Perlongher (“Barroco de trinchera”). Pero sigamos poniendo atención a César, quien como presidente de la CHA recuerda que llevan laburando veintisiete años, pero la lucha viene de (Nicolás) más atrás. Luego hace un reconocimiento a Néstor Kirchner y reitera el papel que jugó en la votación de la Ley en el Congreso.
CALENTURA FINAL
Cuando César por fin termina de hablar, en medio de los aplausos, Daniel Filmus se viste, se para y se va. Quiero imitarlo, pero justo en este momento una bola de discoteca aparece desde el techo, la música sube de volumen y la gente comienza a bailar. Esto es una fiesta, me digo. Quiero bailar, pero las piernas me tiritan. Me toco la frente y la siento caliente.
Quizá ese ardor me hace recordar la fiesta de matrimonio de mi amiga en el patio de la casa de sus padres, en Parque Saavedra. Hacía tanto calor que había cuatro ventiladores funcionando. Las novias, menos nerviosas, se prestaban para una ceremonia espiritual organizada por sus amigas y nos hacían repetir a todos un mantra: “Oui, oui, oui, chiquichiquichá”. Hacía tanto calor como ahora, me digo en voz baja y enseguida agrego: Es oficial, tengo fiebre y a lo mejor gripe. Así es que me paro y me voy antes de que haga igualitaria mi enfermedad.
RECUADRO 1
Algunos datos
Según fuentes de la CHA y otras organizaciones en lo que va de este año, el 60% de los matrimonios ha sido entre varones y el 40% entre mujeres. Del total de matrimonios, existe una importante mayoría que se celebra en las provincias de Santa Fe y Buenos Aires.
RECUADRO 2
Cronograma
12 de diciembre de 2002: Se aprueba La Ley de Unión Civil de la Ciudad de Buenos Aires (Ley Nº 1004), que constituye el primer antecedente y reconocimiento de las parejas de gays y lesbianas en Latinoamérica y el Caribe.
18 de julio de 2003: Se realiza la primera unión civil cuando César Cigliutti y Marcelo Suntheim inauguran el Registro de Uniones Civiles.
21 de enero de 2008: Casamiento en España. César Cigliutti y Marcelo Suntheim contraen matrimonio en España.
Octubre y noviembre de 2009: Por primera vez se trata en dos comisiones de la Cámara de Diputados de la Nación los dos proyectos para incluir a las parejas del mismo sexo en la ley de matrimonio que pertenecen a las diputadas Silvia Augsburger (Partido Socialista) y Vilma Ibarra (Encuentro Popular y Social).
15 de julio de 2010: Se aprueba en Argentina la Ley de Matrimonio Igualitario, en la Cámara del Senado con 33 votos a favor, 27 en contra y 3 abstenciones. Argentina es el primer país en Latinoamérica y el Caribe y el 15ª en el mundo que otorga este derecho a las parejas del mismo sexo.
21 de julio de 2010: La Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, en la Casa Rosada, promulga la Ley de Matrimonio Igualitario.
Por Gonzalo León
El Ciudadano Nº107, primera quincena agosto 2011