Que la minería sea la que se vaya al hoyo

Del intragable reality show en que convirtieron al encierro de los trabajadores atrapados en la mina San José, pasamos al oportunismo político sin escrúpulos y a los anuncios de triste crianza de un Presidente que no tiene filtros, dado su protagonismo enfermizo y paupérrimo estilo fric

Que la minería sea la que se vaya al hoyo

Autor: Director

Del intragable reality show en que convirtieron al encierro de los trabajadores atrapados en la mina San José, pasamos al oportunismo político sin escrúpulos y a los anuncios de triste crianza de un Presidente que no tiene filtros, dado su protagonismo enfermizo y paupérrimo estilo fric. Tanto, que hasta su propia mujer lo llamó al decoro de no volver a sacar el archiconocido mensaje de “Estamos bien los 33 en el refugio”, que carga siempre encima como si se tratara de un pañuelo para sonarse la nariz.

Hasta con piedras en los bolsillos se paseó por Europa Piñera durante su gira presidencial tratando de sacar rédito de una tragedia que se transformó en un infierno para algunos de los mineros, debido a la sobre exposición a la que han estado expuestos. Misma que en los últimos días incluyó visita a La Moneda, con entrega a cada uno de ellos de una réplica en miniatura de la fénix que los trajo a la “nueva vida” a modo de trofeo, para más tarde, siguiendo con la agenda, ir al Congreso Nacional a que los honorables parlamentarios se sacaran fotos con los rebautizados “héroes del bicentenario”.

También en el viejo continente, aprovechando la mediática vitrina internacional, Piñera se comprometió en Londres al término de su reunión con el primer ministro David Cameron a garantizar por ley la seguridad de los mineros en Chile y fomentar una cultura «del respeto y la protección de los trabajadores», según dijo, tras «una profunda revisión de los estándares vigentes». Asegurando que firmaría el Convenio N° 176 de la OIT sobre seguridad y salud en las minas, cuando bien sabe que su ratificación debe contar con el visado del legislador. Y es que al prometer, del mismo modo que al pedir, supuestamente no hay engaño.

Pero tras todas estas escaramuzas, sí hay una postura falaz, cuyas evidencias se manifiestan en la atención diferenciada que da a otros graves problemas ocasionados por la industria de la minería: los tranques de relave. Que de lavar no tienen nada, muy por el contrario, constituyen almacenajes de desechos tóxicos que han ocasionado muertes, enfermedades, desplazamiento forzado de población e incluso inundaciones de poblados enteros.

Situaciones inaceptables que fueron reveladas a la opinión pública el pasado lunes 25 de octubre por el excelente reportaje “Minas de Oro, desechos de muerte”, de la periodista de CNN Chile, Carola Fuentes. Un trabajo con años de investigación.

Una situación que incluso fue representada al propio Piñera dos días más tarde, mediante carta entregada en La Moneda por los familiares de María Angélica Chamorro y Alejandro Gálvez, quienes murieron junto a sus dos pequeñas hijas, María Alejandra (8 años) e Isabel Angélica (4 años), producto del derrumbe de un relave de la minera Las Palmas en Pencahue (propiedad de Francisco Javier Errázuriz) tras el terremoto del pasado 27 de febrero, debido a que se realizaron labores de exploración en dicho tranque no autorizadas por Sernageomin. Por lo que hoy continúan clamando justicia, sin obtener respuesta alguna por parte de las autoridades ni de los tribunales.

Realidades dramáticas que se denunciaron también dos días después -el viernes 1 de noviembre- a las puertas del palacio de gobierno. Con una masiva manifestación de miembros del pueblo de Caimanes, junto a familiares y amigos de las once personas de dicha localidad que por más de 40 días mantienen una huelga de hambre indefinida en el Colegio de Profesores de la Provincia del Choapa, ante la amenaza cierta que representa para la vida humana y para la agricultura del Valle de Quilimarí, al interior de Los Vilos, el recién construido tranque de relave El Mauro de minera Los Pelambres, de la empresa Antofagasta Minerals (propiedad del grupo Luksic, uno de los más poderosos del país y los nuevos dueños de Canal 13). Medida de presión que señalan llevaran hasta las últimas consecuencias, si el Presidente no escucha sus demandas, como lo hizo con la pasada huelga de hambre de los presos políticos mapuche. De hecho cuatro de ellos tomaron la determinación de convertirla en huelga seca, presentándose en la Corte de Apelaciones un recurso de protección para alimentarlos de manera forzada.

Realidades, por tanto, que el Presidente no puede señalar desconocer. Y es que cuando hablamos de minería, no solo aspectos vinculados a las condiciones laborales y de seguridad son las que requieren de solución urgente. Sino también, y esta huelga de hambre lo interpela, se debe avanzar en forma sustancial y de manera efectiva en una fiscalización real de las faenas mineras y de sus impactos en las poblaciones cercanas a estos emplazamientos, pues el riesgo inminente de vida que corre el pueblo Caimanes y que motiva esta medida de visibilidad, no puede esperar por modificaciones legales, suscripción de tratados o salidas de parche.

Tampoco pueden albergar esperanzas en una de las tan acostumbradas comisiones investigadoras parlamentarias, cuyos resultados siempre quedan en el limbo. Más aún cuando los propios “honorables” congresistas que con el oportunismo político de siempre, tras el reportaje de CNN, presentaron una moción para que se indagaran los efectos nocivos de los relaves mineros, no estuvieron presentes el martes pasado para defenderla en sala, provocando que esta se rechazara por falta de quórum.

En un país minero como Chile, la minería debe ser objeto de un control ejemplar y sus trabajadores tratados con especial atención a las condiciones extremas que enfrentan día a día. De lo contrario, que sea la minería la que se vaya al hoyo, sin fénix que la salve.

Por Paulina Acevedo

Periodista, Comunicadora en Derechos Humanos

Observatorio Ciudadano / Red de Medios de los Pueblos


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