Renacionalización del cobre: La nueva voluntad de Chile

El CONFECH y los estudiantes hemos planteado la necesidad de generar un nuevo sistema de educación que sea garantizado por el Estado. Hemos defendido, desde todos aquellos espacios en los que nos encontramos, que el eje de una verdadera reforma educacional debe centrarse en cambiar el foco del rol subsidiario del Estado, perspectiva que lo limita a la coordinación del mercado educativo, y no a la creación de un sistema nacional de educación que tenga como prioridad el fortalecimiento de la educación pública. A pesar de ello continuamos enfrentándonos a gobiernos que, oponiéndose a los intereses de las mayorías sencillas, han profundizado las lógicas mercantiles con que opera la educación, o a gobiernos como el actual, que busca realizar ajustes que no cambien las formas de operación con las que la educación es entregada hoy.

Las señales que la Nueva Mayoría ha enviado durante las semanas recién pasadas son desalentadoras, por un lado vemos que el gobierno ha incorporado a Andrés Palma (DC) al MINIEDUC, lo que implica el fortalecimiento de los sectores conservadores de la Nueva Mayoría, en pocas palabras, el gobierno ha optado por el robustecimiento de los aspectos más neoliberales de la reforma, y por otro, vemos que las respuestas que el MINEDUC ha dado a la CONFECH se cierran a la posibilidad de que los actores de la educación cuenten con una incidencia real en el curso de una reforma educacional, que pareciera estar configurándose cada vez más en función de mantener los privilegios de la misma minoría de siempre, avalados por los políticos más representativos de la política de los acuerdos, que son los están golpeando la mesa al interior de la Nueva Mayoría. En este marco cobra una importancia mayor la pregunta por las proyecciones que tiene el movimiento estudiantil y el movimiento social de nuestro país, frente a un gobierno que cada vez demuestra con mayor claridad que carece de voluntad real de generar cambios de importancia.

En definitiva, la derechización del MINEDUC, la marginación de los movimientos sociales como los protagonistas de una real reforma y la vuelta a la política de los acuerdos, son una muestra de la poca voluntad política de este gobierno, que se niega a resolver los problemas desde la óptica de los movimientos sociales.

Es en ese contexto que hoy nos encontramos a días del 11 de Julio, día de la dignidad nacional, fecha en la que se conmemora la demostración más grande de voluntad política hecha por un gobierno popular, hablamos de la nacionalización del cobre que fue llevada a cabo por el gobierno del compañero presidente Salvador Allende, señalado en sus palabras como el acto más importante después de nuestra independencia.

Esta fecha no puede dejar de ser significativa para los movimientos sociales de Chile, para todos los que hemos sido capaces de irrumpir en el escenario nacional, desnudando problemáticas que los políticos del modelo se habían esmerado en mantener silenciadas durante décadas. No puede dejar de ser significativa porque la nacionalización del cobre es inexplicable sin las décadas de organización y movilización popular que llevaron al compañero Salvador Allende al gobierno y porque fue el poder de nuestro pueblo el que hizo posible que el cobre fuera un recurso propio de nuestra nación.

El 11 de Julio es una fecha que conmemora una de las victorias más importantes del movimiento social y popular de nuestro país, pero que a su vez nos recuerda como la dictadura de Pinochet comenzó el proceso de desnacionalización del cobre, que luego fue profundizado por la Concertación bajo el gobierno de Ricardo Lagos eliminando todas las condiciones que posibilitan la recuperación de este recurso a manos de los chilenos.

Hoy entendemos que no están las condiciones que permiten la nacionalización de las empresas mineras, ya que quienes nos gobiernan no disponen de voluntad para cambiar lo impuesto en dictadura en esta y otras materias, ya que simplemente es parte de su proyecto político, pero sabemos que somos nosotros, los movimientos sociales, quienes deberán dar los pasos necesarios para la reconstrucción de nuestro tejido social, forjando un trabajo en unidad tanto en lo programática como en la acción, esta es la única forma que nuestra realidad cambie.

La renacionalización de las empresas del cobre constituye una medida estratégica que le permitiría a Chile contar con los recursos necesarios para cumplir con la educación gratuita y las demandas que el movimiento social ha levantado y con las que nosotros como estudiantes nos sentimos profundamente comprometidos, pues se trata de la soberanía y la calidad de vida de nuestro pueblo.

Sabemos que una tarea de tal envergadura solo será posible si somos capaces de aportar en la rearticulación de los movimientos sociales, luchando en conjunto bajo un programa único de transformaciones, que respondan a las necesidades más urgentes de nuestra sociedad: Educación pública gratuita y sin lucro en todos sus niveles, el derecho a la vivienda y el fin de la privatización de la vivienda social, el fin al código laboral y su reemplazo por uno que promueva la sindicalización y la negociación colectiva interempresa, un sistema de salud pública gratuito y universal, la desmercantilización de las aguas devolviendo al Estado la provisión y la mantención de los recursos hídricos, la creación de un sistema de pensiones solidario que termine con las AFP, una asamblea constituyente popular y la renacionalización de las empresas del cobre.

Hoy como Unión Nacional Estudiantil junto al Movimiento de Pobladores UKAMAU, el Sindicato Interempresa de la Gran Minería y Ramas Anexas (SITECO) y el Movimiento de defensa por el acceso al Agua, la Tierra y la Protección del Medio Ambiente (MODATIMA) decimos fuerte y claro:
Por la unidad del movimiento social chileno.
Por la soberanía y la renacionalización de nuestro cobre.
Por el programa del movimiento social.

¡El camino está trazado!
¡A RECUPERAR LA DIGNIDAD NACIONAL!