Revolución interior…

Si sacas la cabeza por la ventana y miras en rededor, te das cuenta que el mundo está patas p’arriba, que tipos que uno imaginaba normales están majaretas cosa mala, que Enrique Santos Discépolo debiese ser lectura obligada en las clases de filosofía y que a las guaguas, en vez de pañales y ositos, tienes […]


Autor: Director

Si sacas la cabeza por la ventana y miras en rededor, te das cuenta que el mundo está patas p’arriba, que tipos que uno imaginaba normales están majaretas cosa mala, que Enrique Santos Discépolo debiese ser lectura obligada en las clases de filosofía y que a las guaguas, en vez de pañales y ositos, tienes que regalarles una pelota apenas nacen.

Como servidor está en Europa, lo que ve por la ventana es el viejo continente. Justo por dar un ejemplo, la agonía de la socialdemocracia europea y en particular la del partido socialista francés.

Quienes le llevaron a su pérdida, quienes ejercieron el poder imponiendo lo más granado de las políticas neoliberales (privatizaciones, destrucción de los servicios públicos, flexibilización del mercado del trabajo, debilitamiento del derecho laboral, reducción de impuestos para la gran empresa y para el riquerío, etc.), corren ahora a sugerir los remedios que deben permitir que el paciente muera sano.

Jack Lang, -que fue ministro de Cultura de François Mitterrand-, llama al PSF a hacer una «verdadera revolución interior». Debe ser la primera vez en su vida que Lang utiliza la palabra “revolución”, lo que da la medida de la gravedad de la situación.

Su descripción de la realidad partidaria parece inspirada del PS de Escalona: «Hoy en día se tiene la sensación de una organización carcomida, prisionera de sus luchas internas, vuelta para adentro, cortada de las aspiraciones de la población y en particular de la juventud”.

Lang agrega -a propósito del PSF- algo que servidor había dicho hace ya caleta de tiempo del PS chilensis: «Hay una suerte de vacío sideral, el encefalograma es plano, no hay ideas…”.

La receta de Lang para atacar el problema es digna de ser mencionada en los anales de la ciencia política, atentos los politólogos: “Cambiar el sistema de adhesión al partido, bajando las cotizaciones”. Para este genio aquí debe jugar la legendaria ley de la oferta y la demanda: si bajas los precios aumenta la demanda, los franceses se van a precipitar para entrar en un partido por el cual no votan… Como dice el mismo Jack Lang, «Hay una suerte de vacío sideral, el encefalograma es plano, no hay ideas…”.

Pero Lang es un “elefante” del PSF, o sea un “barón”, un carroza, un viejo, un antiguo, un pasado de moda, un huevón arcaico para que me entiendas.

Por eso conviene escuchar a un huevón joven, un huevón novedoso, un huevón ocurrente, no necesariamente un “díscolo”: los socialistas franceses están majaretas, de acuerdo, pero no pringaos del cucumelo.

Manuel Valls, un sociata apenas cuarentón, un pelín resultón y marchoso, encontró la panacea, la pócima milagrosa, el mentolato wirasacha: «Hay que transformar a fondo el funcionamiento del PSF, sobrepasarnos, cambiarlo todo: el nombre, porque la palabra socialismo está sin duda obsoleta y devuelve a concepciones del siglo XIX. A la palabra “partido”, que nos encierra en una cosa estrecha, prefiero la apelación “movimiento”».

Ya que estamos en Europa, y habida cuenta de los orígenes de Valls cuyos padres son catalanes, habría que explicarle que “Movimiento” designó en la España de Franco la organización fascista por excelencia.

Y explicarle que la palabra “democracia” está aún más obsoleta y devuelve a concepciones del siglo V antes de nuestra era. O para ponérsela más fácil, a los filósofos franceses del siglo XVIII.

¿Te sorprendería si te cuento que Manuel Valls propone hacer “primarias” para escoger el candidato a presidente del PSF?

Jack Lang tiene razón: «Hay una suerte de vacío sideral, el encefalograma es plano, no hay ideas…”.

Como hubiese dicho María Antonieta, “a falta de pan buenas son las tortas”: no queriendo hacer ninguna revolución en Francia, los socialistas franceses quieren hacer una “Revolución interior…”

En esa por lo menos no corren ningún riesgo. ¡No te jode!

Por Luis Casado


Reels

Ver Más »
Busca en El Ciudadano