Me dirijo a ustedes porque no puedo callar ante esta situación. Ante la situación en la que la opinión de una de las partes en este conflicto no sólo se silencia, sino que “se cancela”, como ustedes suelen decir ahora. Tal enfoque de lo que está sucediendo ahora en Ucrania puede llevarnos a una catástrofe global y llevar al mundo a la extinción.
Les pido que consideren todo lo que está escrito en este artículo como la opinión personal, de una persona que nació y se crió en la URSS y pasó mucho tiempo no sólo en los países que aparecieron después de su colapso, sino también en Europa Occidental, donde todavía tengo seres queridos, al igual que, por cierto, en Ucrania.
Nadie duda de que la guerra es lo peor que puede hacer la humanidad civilizada. Sin embargo, tuvimos que comenzar esta campaña. Es muy difícil de admitir, pero es verdad, aunque intentaré explicar porqué esto no se pudo evitar.
Rusia no empezó la guerra. La operación especial en Ucrania es una reacción natural a una situación que se preparó durante años. Nuestros vecinos caminaron poco a poco hacia lo que ahora sucede, durante mucho tiempo, a pasos pequeños.
El eslogan terrible que quiere ver “a los rusos ahorcados”, monumentos al colaborador fascista Stepán Bandera, calles con el nombre de la SS Hauptsturmführer Roman Shujevich en lugar de la avenida del Libertador de Kíev, General Vatutin, y destrucción de los monumentos de la era soviética se han convertido en parte de la política estatal de Ucrania moderna.
Desde la punta de vista de los rusos comunes, para quienes Ucrania siempre ha sido el vecino más cercano y querido, la política de Kíev en los últimos años ha causado primero sorpresa, después conmoción y luego disgusto. “¿Qué están haciendo? Son insanos, tienen que ser tratados”. Todo eso se veía y se ve así en los ojos de mis compatriotas. Con la aprobación de sus políticos hubo una profanación de nuestra (y su) historia común, de nuestros (y sus) padres y madres, que recordaron el horror del nazismo. Todo esto resultó en nuestro disgusto por la ucranianidad oficial moderna (en contraste con la gente y su cultura) y un consenso público casi absoluto en apoyo de la Operación Militar Especial en Rusia: alrededor del 80%.
Nos sorprende que estén ciegos y sordos ante lo que ha sucedido en Ucrania durante los últimos ocho años y está sucediendo ahora. Ante lo que está pasando en el mundo. Ni siquiera vemos intentos de abordar esto en la Unión Europea. Pero vemos una frenética campaña antirrusa literalmente por todas partes.
En los últimos días, toda esta política se ha convertido en la llamada práctica de “cancelación”. Nuestros deportistas y artistas están “cancelados”. Al igual que personas con discapacidad en los Juegos Paralímpicos. Están prohibidas la literatura rusa, la música, el ballet, etc. ¿Es realmente posible? ¿Tomar y eliminar en un instante una gran parte de la cultura de la humanidad? ¿Es realmente normal que humillen a las personas discapacitadas, mujeres y niños que hablan ruso en sus calles? La verdad es que todo esto está sucediendo. Lo registramos nosotros. Caso por caso.
Vemos como, en un intento de destruir Rusia en manos de los nacionalistas ucranianos, sus políticos desmoronaron, sin darse cuenta, los fundamentos mismos de su mundo, del cual están orgullosos con razón: la presunción de inocencia, el derecho a otro punto de vista, la inviolabilidad de la propiedad privada…
Pero volvamos a Ucrania. Permítanme hacer algunas preguntas retóricas. ¿Saben ustedes que entre enero y el 24 de febrero de este año Kiev concentró una agrupación militar de más de 100.000 soldados alrededor del perímetro de Donbass? Aquí también se desplegaron artillería pesada, sistemas de misiles S-300, los OTR-21 “Tochka”, tanques, aviones y vehículos aéreos no tripulados.
¿Saben que desde 2014 Estados Unidos ha invertido más de 1,5 billones de dólares en el armamento del ejército ucraniano? Si a esto sumamos los costos de Gran Bretaña, Alemania, Polonia y los países bálticos, será más de dos billones de dólares. El Ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania ha expresado con orgullo su agradecimiento en repetidas ocasiones a los miembros de la OTAN por el hecho de que la ayuda militar a Kíev sea de al menos 300 millones de dólares al año.
¿POR QUÉ HAN HECHO ESTO?
Rusia reconoció la LPR [República Popular de Lugansk] y la DPR [República Popular de Donetsk], simplemente para salvar a las personas en estos territorios. Para mí personalmente y para todos aquí en Rusia, está absolutamente claro que si Ucrania hubiera atacado primero, Donbass habría estado cubierto con sangre de civiles muertos. Y luego los encontraríamos en los territorios de las regiones rusas de Voronezh y Rostov. Era precisamente este escenario al que apuntaban los combatientes nazis de varios batallones, como Azov, Aidar y Donbass. Todo esto está en los documentos que fueron capturados por nosotros en los cuarteles abandonados por estas formaciones. ¿Saben ustedes algo de esto?
Una prohibición estricta de otro punto de vista en los medios de comunicación, de la objetividad de la cobertura, es la mejor prueba de la debilidad de cualquier posición. Una persona fuerte está lista para ver y discutir sin reserva los problemas más difíciles.
Ucrania no es David en la lucha contra Goliat, sino un país con la tercera población más grande de Europa y el tercer ejército más grande. Un ejército cuya carta en el sentido más amplio de esta palabra está saturada de ideología nacionalista. Para nosotros (Rusia), que detuvimos a Hitler, detenerlos es una cuestión de principios. Y no nos importa ningún tipo de sanción cuando se trata de un peligro para nuestro país.
A una persona rusa común le recuerda sobre las sanciones occidentales su teléfono móvil, con el que de repente no puede pagar en la tienda debido a las sanciones sectoriales contra Sberbank. Esto no es de ninguna manera un problema para él. Es sólo un recordatorio cada hora y cada minuto de lo que es el Occidente colectivo y como Occidente trata a los rusos. Al mismo tiempo, los discursos hipócritas de sus políticos declarando que no son enemigos de los rusos comunes ya están provocando risas frías y ásperas aquí en Rusia.
Les haré una pregunta, ¿se traicionarían a ustedes mismos, la memoria de sus antepasados y la historia de su país para pagar con el móvil? ¿Por qué creen que podemos hacerlo nosotros? Así se siente la gente común en Rusia.
Ahora hablemos de las élites de nuestros países. De políticos involucrados en dar forma a la interfaz entre el este y el oeste. Trataré de explicarles qué pensamos nosotros de los políticos que ustedes han elegido para dirigirlos, pero que son manejados desde el otro lado del océano.
Creen seriamente que al crearnos inconvenientes domésticos, no evidentes, pueden obligarnos a nosotros, una gran nación, a rendirnos en la lucha cuando está en juego la historia y el presente de nuestro país. Es ridículo. Al mismo tiempo, nosotros, sus colegas, somos muy conscientes de que se nos ha declarado la guerra, entendemos lo que está en juego y estamos dispuestos a hacer cualquier sacrificio en esta guerra para ganar.
La cosa es que estoy personalmente, y sin bromas, agradecido a sus políticos. Han resuelto el problema emergente de una división (grieta) en nuestra sociedad. Ahora nosotros, el gobierno y la gente, ricos y pobres, estamos juntos y apoyaremos cualquier decisión del Presidente (Vladimir Putin). Hago énfasis, cualquiera.
Recuerden la historia. Ninguna de las grandes guerras de Europa contra Rusia (sí, sí, Europa) terminó en victoria. Tanto Napoleón como Hitler terminaron aquí sus marchas victoriosas a través de sus países.
Reflexionen en esto. Piensen adónde los están llevando los políticos que han elegido (aunque eso no importa porque no son ustedes quienes los gobierna, sino Estados Unidos).
Rusia no perderá, porque estamos dispuestos a darlo todo por la victoria. ¿Ustedes qué están dispuestos a hacer para derrotar a Rusia?
Por Alexander Babakov
Vicepresidente de la Duma Estatal de Rusia
Publicada originalmente el 6 de mayo de 2022 en El Argentino.