Tal como se preveía, el gobierno de Sebastián Piñera va en una línea de retroceso en descentralización. Desde que asumió su mandato, todas las decisiones las ha adoptado con la mirada centralista, olvidándose por completo que las regiones también existen y que en el norte, en el sur, también vivimos ciudadanos, chilenos y chilenas.
La mejor muestra es el proceso de reconstrucción. Tras un sismo devastador, el Gobierno no sido capaz de cumplir con las demandas de los damnificados y pronto, al celebrarse un año de esta tragedia, veremos que la deuda que mantiene el Presidente y las promesas incumplidas. ¿Qué habría sucedido si la mayor cantidad de afectados estuviera en Santiago?
La primera decisión centralista fue el recorte presupuestario a los fondos regionales de todo el país, generando el retraso del inicio de las inversiones programadas para inicios de 2010 y no para sus fines, como sucedió.
Otra medida que no tiene ninguna justificación es la decisión centralista de vender las acciones estatales de las sanitarias. ¿A quién beneficia esta opción? Primero justifican la venta con la reconstrucción, pero a pocos días surge la verdad: financiar las líneas 3 y 6 del Metro, medio de transporte que utilizan los santiaguinos.
Otro anuncio que refleja esta actitud excesivamente centralista es el alza del gas en Magallanes. El discurso para justificar esta medida es sesgado, dado que vivir en el extremo sur implica sacrificios, costos y debe ser compensado, no castigado. Un habitante de Magallanes tiene menos acceso a la cultura, educación y salud, que quienes viven en la capital, en Santiago y la vida en el extremo sur es más cara que la del santiaguino, entonces, no hay ninguna comparación.
Esta visión centralista va en el ADN del nuevo gobierno. Otro ejemplo claro es la decisión de cerrar el Sapu Dental bajo pretexto que no existe en otras ciudades. ¿Será que no existe en Santiago y por eso no puede financiarse o no puede ser modelo para copiar y replicar?
La apuesta de Piñera es peligrosa y dañina. La descentralización no sólo es entregar dinero al fondo regional, también significa considerar a la gente que vive en las regiones y que aportan diariamente para que Chile sea un gran y un mejor país. Eso merece el mayor de los respetos y mi compromiso es exigirlo.
Por Alfonso De Urresti
Diputado de la República por la Región de Los Ríos