Iré al hueso del asunto: En matemáticas, es costumbre encontrar solución a problemas, pero muchas veces el encontrar la solución va de la mano de determinar si el problema en efecto tiene solución. Y si no la tiene, el demostrar que esta solución no existe.
Es así que muchos problemas, han sido planteados y matemáticos por generaciones han tratado de encontrar la solución, cuando en realidad esta no existía. Construcciones geométricas que fueron imposibles de construir usando solo una regla y un compás, como por ejemplo construir un cuadrado que tenga la misma área de un circulo dado, usando sólo una regla y un compás, problema conocido como la Cuadratura del Circulo. Insoluble por cierto.
Tranquilos, no aburriré mas con matemática. Pero que tal si la democracia como tal no tiene solución, y la búsqueda de una sociedad representativa, que genere el bien común, en realidad no existe?
Que ganamos con protestar, crear nuevos partidos, iniciar revoluciones e instaurar nuevos gobiernos, cuando siempre volvemos al mismo punto de partida, tal ves estamos frente a un problema insoluble.
Comunistas, socialistas, demócratas y partidos de derecha, se han unificado en un gran circo apoyado por los medios de comunicación, donde nos venden este reality político, con discuciones, acusaciones y propuestas. Pero la gente no puede ser engañada eternamente y sencillamente todos sabemos que ellos buscan alternarse las cuotas de poder, para poder usufructuar del gobierno, del poder y de la posibilidad de tener una vida mas fácil ¿Y quien no?, al final todos somos humanos.
Socialistas, demócratas, rojos (rosados) y fascistas, negocian, transan, se mezclan en comidas y vacaciones, en el entramado político, buscan consensos, donde todos ganan, menos la mayoría. Pues sencillamente son humanos. Son corruptibles, líderes que un día pueden ser los más enconados enemigos de los poderes fácticos, al día siguiente serán los que nos hablarán de las bondades del modelo. Nada nuevo, nada nuevo.
Y que tal si en vez de buscar nuevos líderes, en los partidos, de buscar nuevas alianzas y proponer nuevos candidatos, sencillamente no caemos en cuenta de que por ahí nunca se encontrará la solución.
Ni siquiera una asamblea constituyente, ni una nueva constitución nos librarán de que los líderes del futur0 no se vendan a los dueños del capital y de la tierra. Y usando resquicios legales vuelvan a sus mismas andanzas, pues el sistema democrático como lo vemos en realidad no sirve, nada soluciona. Países democráticos caen hechos pedazos por las garras de los poderosos, que han encontrado mecanismos para infiltrarse, manipular políticos y opinión pública y el resultado está a la vista.
Los griegos descubrieron el despropósito de una democracia representativa y tardaron 800 años en eliminar la oligarquía y diseñar una democracia distinta.
La solución fue la creación de una gran asamblea, donde los miembros son elegidos por un sorteo, sí!!… una rifa, y donde aquellos ciudadanos que cumplieran ciertos requisitos, tuviesen la misma oportunidad de ser electos y con sus opiniones influir en una forma representativa en las políticas del país.
Adiós políticos de carrera, viejos oligarcas vendidos, mentirosos profesionales, promesas que no serán cumplidas… adiós… adiós.
Los miembros de la asamblea elegidos por periodos cortos, no más de seis meses y que solamente podrán ocupar una vez durante toda su vida una posición en el nuevo gran parlamento. Está claro que esta solución no solo dificulta enormemente la posibilidad de que los poderosos puedan coimear a los senadores y extendiendo el modelo a aquellos en los cargos públicos, sino que también encarece exponencialmente los costos de coimas (asesorías).
Acaso algunos podrán decir que se necesitan los políticos de carrera y los funcionarios públicos de carrera…. ¿para qué?, para mantener a más del 50% de la población a merced de los que manejan el capital financiero, que los hacen pelear sus guerras y pagan sueldos de hambre maximizando sus utilidades, inventando rebuscadas y complejas teorías económicas con eufemismos como “obteniendo el máximo excedente del consumidor” cuando en realidad se refieren a sacarle el jugo a un trabajador, y mantenerlo en la miseria, pues no tiene otras opciones. Es acaso mejor que unos de los billonarios del mundo dirija un país donde la mayoría gana sueldos del Congo y una minoría de Luxemburgo y sustituirlo con una mujer que durante su gobierno permitió el festín de empresarios y robos al por mayor en la gran minería del cobre para luego ser premiada con un trabajo en las Naciones Unidas.
Todo seguirá igual y será sólo más de lo mismo.
Que tal un cambio de paradigma, una democracia donde un pescador de Mejillones, un minero del norte y un oficinista de Huérfanos se conecten en forma remota junto a otros mil parlamentarios, electos aleatoriamente y puedan decidir qué es lo mejor para Chile. Durante unos meses?
Que tal si estos parlamentarios fuesen elegidos cada cuatro meses en pequeños grupos, de modo de permitir una rotación de nuevos rostros en al menos tres veces cada año.
Que tal si hiciéramos lo mismo con jueces, economistas y demases. Estaríamos tanto más mal que lo que hoy estamos?
Solo por evasión tributaria en la gran minería del cobre se pierden anualmente 17 mil millones de dólares o el equivalente a tres torres Entel construidas sólo con fardos de billetes de mil pesos. Violadores, pedófilos, ladrones, ladronzuelos al por mayor liberados o cumpliendo penas irrisorias. Ladrones de terno y corbata, usando complejos mecanismos para traicionar el sentido común, robando y cuando mucho recibiendo condenas ridículas.
No por nada los griegos se dieron cuenta de esto, y así lo hicieron, tal vez alguien podrá hablar de las bondades del sistema, de lo beneficiosos de tener gente que sabe en el lugar apropiado. Yo preferiría el gobierno de los principiantes y la democracia de los amateur. Ya tenemos demasiado de estos economistas de Harvard que nos sumen en la miseria y de estos políticos de carrera que no hacen sino arreglarse la vida a costa de nosotros.
La parte sexual fue censurada por el mismo autor, era muy fuerte!
Por Mauricio Vergara