La generación de normativas en cuanto al cuidado y bienestar animal es un aspecto importante para el funcionamiento de los zoológicos en todo el mundo, no obstante, es insuficiente al momento de evaluar en profundidad el fundamento de dicha institución. Una jaula adaptada artificialmente para emular las condiciones ambientales naturales, el aumento de los metros cuadrados para el esparcimiento de los animales o la llegada de nuevos individuos de la misma especie para su reproducción no son la salida al problema que actualmente se toma el debate público en relación a dichos recintos. Hoy en día, la promoción del bienestar y dignidad de los animales junto a su necesaria preservación (dado el revuelo mundial que desata los efectos del cambio climático) obliga a la ciudadanía a establecer un nuevo rumbo reflexivo, un verdadero cambio de paradigma.
Esta nueva reflexión debe reconocer un nuevo marco procedimental en materia de resguardo y protección animal, siendo los zoológicos un espacio estratégico para la generación de nuevas ideas (acordes a las tendencias actuales de preservación) y un lugar donde la promoción de un verdadero bienestar hacia los animales sea posible. No obstante, los zoos han sido una institución que día a día suma críticas en dirección a su proceder obsoleto y lleno de contradicciones, donde el encierro perpetuo y la exhibición al público con fines lucrativos han hecho del bienestar animal un aspecto secundario. Las condiciones de hacinamiento en los zoológicos de nuestro país, al igual que la desprolijidad en materia sanitaria y de seguridad, junto con los radicales cambios en las condiciones ambientales para la fauna exótica (osos polares, leones, pingüinos, elefantes, etc.), han desatado una serie de eventos que, lamentablemente, solo han perjudicado la integridad física y psicológica de estos animales.
Por otro lado, no se debe pretender aceptar que un animal encerrado será una herramienta pedagógica para la obtención de contenidos didácticos. Desde una mirada emergentista, avalar la arraigada costumbre de exponer seres vivos en condiciones artificiales, despojándolos de sus propiedades, conductas y características (las cuales se dan en su entorno natural), solo desemboca en un sinsentido (al igual que un libro sellado), siendo nulo el aporte educativo entregado por los animales privados de libertad. No obstante la tendencia mundial no pretende encausar este cambio de paradigma al cierre definitivo de estas instalaciones, es más, estas nuevas propuestas -tanto en Europa como en países Americanos- visualizan los procesos de “reconversión” como la solución plausible para superar el diseño desactualizado, tanto en materia ética como educativa, de Zoológico Actual.
Actualmente, la bancada animalista PARDA, a dado a conocer su intención por trabajar en este tipo de problemáticas apelando a la sensibilización de la población, siendo el resguardo, protección y trato digno hacia los animales un principio fundacional en la agenda política y legislativa a nivel nacional. Es por esta razón que, basándose en el trabajo de la plataforma ZOO XXI, comenzará el diseño de una propuesta de reconversión aplicable a nuestros marcos normativos e institucionales.
Para aclarar el panorama, las propuestas de reconversión (actualmente vigentes) buscan como gestión principal:
– La rehabilitación de fauna nativa y cuidado de animales incautados para su posterior liberación en el hábitat natural o traslado a santuarios, sin posibilidad de exhibir a cambio de dinero o gratuitamente dichos animales.
– La prohibición progresiva y exponencial del ingreso de fauna exótica a sus instalaciones.
– Un nuevo concepto de Zoo: La generación de espacios e instalaciones modernas para facilitar la difusión de material educativo sobre comportamiento de animales, donde fomentar el uso de tecnología vanguardista (sistemas de realidad virtual, robótica, contenido digital en alta definición, proyecciones holográficas, etc.) sea un aporte pedagógico en sintonía con los avances científicos y tecnológicos de nuestro siglo.
– Colaboración directa con profesionales y académicos ligados al área.
– El fomento a espacios de participación ciudadana, generando instancias de discusión entre los equipos administrativos de tales recintos (Zoos virtuales y centros de rehabilitación) y agentes de la sociedad civil (vecinos, organizaciones sociales, académicos y autoridades).
– La prohibición de sacrificios en recintos de rehabilitación.
Sin mucho que agregar, ha de visualizarse un panorama auspicioso en la materia tratada, siendo estas novedosas y actualizadas propuestas, una oportunidad certera para generar cambios reales en el trato hacia los animales, promoviendo el respeto hacia ellos y dejando atrás el modelo cosificador que tanto nos ha costado deshacer.