Una reflexión dieciochera

Es fundamental que en estos momentos en los que estamos soñando con una patria nueva, con una constitución nueva, con chilenas y chilenos nuevos, lo hagamos legislando para todas y todos, desde el bien común y el amor al colectivo, olvidándonos de los viejos paradigmas de la política tradicional.

Una reflexión dieciochera

Autor: oscarfernandez

 

Si mal no recuerdo fue García Márquez el que dijo que Chile era un país surrealista y sin duda lo es, en estos tiempos en los que vemos cuecas bravas bailadas en interpretación libre, militares desfilando en malls, kiki challenge institucionales, y para qué hablar del clima que no nos deja de sorprender.

Pero pese a todo, la esperanza siempre gana y la celebración de independencia de este año tiene un gusto especial. Finalmente nos estamos independizando como estado de la religión. Aunque Chile es un estado laico desde 1925, la influencia de la iglesia ha sido enorme en el escenario político nacional.

Es importante esta separación entre religión y estado, no porque esté en contra de las religiones, sino porque no podemos hacer un país basándonos en morales y éticas sectarias. Debemos apelar a un humanismo universal en el cual confluyan todas nuestras necesidades como país.

Porque ganar derechos y libertades no tiene nada que ver con ejercer o imponer estos; porque nadie te obliga a abortar, nadie quiere que abortes, pero si lo quieres hacer el estado debe estar ahí para velar porque se haga de manera segura y dentro de la ley; claro que no me gusta la eutanasia, a quien podría gustarle, pero no queremos que niñas como Paula tengan que exponerse de esa forma sólo porque ya no soporta sufrir más.

Nadie quiere que ejerzas tu derecho a usar la eutanasia, pero si lo necesitas hacer el estado debe estar ahí para velar porque se haga de manera segura y dentro de la ley.

Nadie te pide que te cambies el nombre o que te cases con alguien de tu mismo sexo o que formes una familia homoparental, pero si lo quieres hacer el estado debe estar ahí para velar que se haga de manera correcta, digna y dentro de la ley.

Nadie quiere que te divorcies, todos necesitamos de la familia y la reconocemos como el eje de la sociedad, pero si quieres hacerlo, el estado debe estar ahí para velar que se haga de manera segura y dentro de la ley.

Es por esto que es importantísimo que este último bastión independentista siga luchando por un Chile más libre. Hoy nos enorgullece una batalla que al parecer vamos ganando pero que aún está en curso.

Es fundamental que en estos momentos en los que estamos soñando con una patria nueva, con una constitución nueva, con chilenas y chilenos nuevos, lo hagamos legislando para todas y todos, desde el bien común y el amor al colectivo, olvidándonos de los viejos paradigmas de la política tradicional.

Por eso este 18 no me gustaría hablarles de derecha e izquierda, sino de sur y norte, de avanzar, de ser mejores, de ser hermanos, de ser compatriotas de la tierra más linda del mundo.

 

¡VIVA CHILE¡

 


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