Está claro que, por motivos aún desconocidos, los temas públicos asociados a las urbes no están en las agendas de los políticos, salvo escasas excepciones, y por ello no nos extrañó en absoluto que ninguno de los 4 candidatos presidenciales haya aceptado la invitación formulada a ellos por la Universidad Central, la USACH y nuestra Fundación a debatir sobre asuntos de vivienda, participación ciudadana, medio ambiente y urbanismo en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Paisaje de la primera de las nombradas. También la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública de esta misma universidad intervino en el foro a través de su Decano Pedro Henríquez.
Justificamos la inasistencia de Enríquez-Ominami porque el martes 20 de octubre pasado, día del Foro, él estaba reunido con el presidente de Brasil en ese país, lo que fue informado previamente por él mismo a Eliana Israel, Decana de la Facultad organizadora del encuentro, pero los otros 3 candidatos, aunque también se excusaron, simplemente optaron por no asumir sus responsabilidades ante la comunidad ilustrada en la materia.
El debate fue de alto nivel y los comandos de los candidatos nominaron a competentes arquitectos-urbanistas como sus representantes : Pablo Allard, por Sebastián Piñera ; Genaro Cuadros, por Eduardo Frei ; Miguel Prieto, por Marco Enríquez-Ominami, Julio Alegría y Daniel Jadue, por Jorge Arrate, todos destacados académicos en distintas universidades. El gran mérito de este debate fue la decisión adoptada para que la audiencia, mayoritariamente estudiantes de arquitectura, tuviera los espacios de tiempo necesarios para formular las más variadas consultas a los panelistas, quienes, mostrando sólidos oficios, contestaron sin eufemismos todo tipo de preguntas.
Se habló de las colusiones público-privadas para mejorar las rentabilidades de los negocios inmobiliarios, se criticó la segregación social y espacial, la expansión urbana horizontal, como traje a la medida de algunos actores particulares bien relacionados, los errores cometidos en el pasado gobierno de Frei Ruiz-Tagle, sobre todo aquél que le significó al Estado chileno pagar una multa de varios millones de dólares a unos empresarios malayos quienes, con el visto bueno del ministro del ramo de la época, intentaron construir viviendas en un fundo de la comuna de Pirque, en circunstancias que el uso de suelo de interés silvoagropecuario no lo permitía.
También se puso de manifiesto lo que está aconteciendo con una treintena de Planes Reguladores Comunales que la Contraloría General de la República no puede aprobar porque distintos Seremis de Vivienda y Urbanismo del país los enviaron para su toma de razón con una serie de errores insalvables, situación que tiene muy molesta a Patricia Poblete, ministra de Vivienda y Urbanismo.
Todos los panelistas, con diferentes énfasis, objetaron la intención de nuestro débil gobierno que pretende entregarle apoyos económicos al empresario dueño del paralizado Costanera Center para que construya un túnel que se conectará a los estacionamientos subterráneos de sus propias torres. Lo anterior, por cuanto el estudio de impacto vial, aprobado por el Seremi de Transportes, estableció que esa obra de mitigación era de exclusiva responsabilidad del titular del megaproyecto.
Quedó claro en el debate que, si llegara a prosperar esa “movida”, se estaría dando una pésima señal al mercado y al Estado de Derecho, porque en los sistemas económicos de libre emprendimiento los actores privados que deciden invertir asumen en su totalidad los costos directos como indirectos de sus iniciativas. Fue interesante y decidor que el representante de Frei, cuya candidatura se apoya íntegramente en el gobierno de Bachelet, también haya criticado esta manera de subsidiar a actores productivos con buena llegada a los aposentos ministeriales y por ello le solicitamos a él que tratara el asunto al interior de Océanos Azules para que, desde allí, su candidato presidencial expresara su rechazo a esa injustificada ayuda fiscal. Podría ser posible que Frei opine respecto a esta desfachatez.
En todo caso fue sorprendente que los arquitectos, representantes de los respectivos candidatos, se manejaran con discursos muy similares, lo que es indicativo que mejorar la ciudad es posible y en paralelo destacamos las palabras de Moisés Scherman, de la Comisión Programática de Arrate, quien señaló “esperamos que iniciativas como ésta, donde primó la discusión de ideas y no la descalificación mediática, se multipliquen en el período de esta campaña y que se transformen en una práctica permanente en el seno de las universidades. Solo así, la academia volverá a jugar el rol que nunca debió abandonar en las áreas de la investigación y de la extensión, que son el único camino para motivar a los estudiantes a adquirir un compromiso real y concreto con el desarrollo económico y social de nuestro país”.
Como somos optimistas, creemos que a partir de marzo de 2010, la auténtica participación ciudadana tendrá un rol protagónico en la gestación de las políticas públicas asociadas a las urbes, con lo cual, en unos años más, lograremos el ansiado desarrollo urbano sustentable y democrático para nuestro país. Y en esta trascendental tarea, las universidades, tanto públicas como privadas, tienen el deber natural de decir basta a la imposición centralista y mercantilista que nos agobia desde 1973 a la fecha.
Finalmente, desde esta tribuna, un reconocimiento público a los académicos Walter Folch y Jonás Figuera, quienes con denodados esfuerzos, supieron darle substancia al encuentro temático que sucintamente hemos comentado.
Patricio Herman
Fundación “Defendamos la Ciudad”