Según expone Cooperativa: La senadora UDI Jacqueline van Rysselberghe, integrante de la Comisión de Salud de la Cámara Alta, reiteró que es contraria a la interrupción del embarazo en cualquier caso y aseguró que el aborto terapéutico implica hacerle «un control de calidad a la raza humana».
Sin embargo no podemos obviar el hecho de que Chile es uno de los pocos países en el mundo que no tiene una legislación de aborto terapéutico. Que la tuvimos, pero que la perdimos, entre tantas otras cosas, en la dictadura de Pinochet, como uno de sus últimos actos de autoritarismo patriarcal y asesino. Pero Van Rysselberghe está de acuerdo con ese dictamen fatal de la dictadura. Y habla de “controles de calidad a la vida humana” en condiciones de que esas vidas no tendrían por qué existir. Señora van Rysselberghe, no estamos hablando de un aborto super cachilupi porque las niñas son ninfómanas y les place el sexo sin condón. Estamos hablando de que, en el aborto terapéutico se da la posibilidad porque estas concepciones son por una violación, por inviabilidad fetal o por riesgo vital de la madre.
La que está ejerciendo un control que es pérfido y brutal es usted que, estando en un espacio de poder que le otorgó la ciudadanía y, en un cargo específico como lo es la comisión de salud, que atañe tan directamente a este tema, desde su lugar de comodidad, pagado por todos los chilenos y no sólo por la UDI, se niega a legislar sobre el tema.
¿Qué supremacía moral es la suya, que puede imponerla ante otros chilenos que no son UDI, ni católicos, ni creyentes?
¿Se hará usted cargo de proveer bienestar y seguridad a esas niñas que, luego de ser violadas, deben dedicarse a la crianza cuando todavía no han terminado su propia infancia?
¿Usted sabe lo que es la tortura, señora van Rysselberghe? ¿Sabe que se practicó en Chile, amparada, validada y financiada por sus compañeros de partido? ¿Sabe usted que hay muchas mujeres que fueron violadas sistemáticamente y no por uno, sino por varios militares y que, producto de esas violaciones quedaron embarazadas y se vieron obligadas a parir y a ver, en los rostros de esos hijos las caras de sus torturadores? ¿Usted sabe la cantidad de violaciones suceden cotidianamente en las regiones de Chile? ¿Sabe cuántas de ellas son provocadas por padres, hermanos, tíos en la intimidad de esos hogares que usted no visita?
¿Acaso las vidas de esas mujeres violadas no tienen derecho a tener una vida un poco más digna después del trauma de padecer una violación?
Tantas preguntas señora van Rysselbergue.
Personalmente soy una convencida de que las mujeres somos mucho más que un recipiente de vida. He visto la pobreza a la cara y entiendo perfectamente las dificultades de ser madre en un país en el que el pago de nuestros impuestos no son garantes de nada. No hay derecho a una educación de calidad, ni a una salud digna, ni a una vivienda que no sea marginal y generadora de más pobreza. En estas condiciones, que obviamente no son las suyas, el acceso es la palabra clave. Y usted le está negando el acceso a muchas mujeres que son víctimas de mucho más que la pobreza. A mujeres que son víctimas de un problema social que ninguno de los tres poderes del Estado está abordando a conciencia porque hay problemas más urgentes al parecer. Y es un tema que a usted también la atañe directamente, que es el machismo.
En Chile tenemos problemas serios de femicidio y eso considerando que sólo se ha tipificado como tal el femicidio directo. Ayer nomás sumamos a las víctimas a Pamela como la víctima número 35 en lo que va de este año 2014.
¿Sabe usted cuántas mujeres acceden a ser violadas por sus esposos para evitar ser víctimas de una violencia mayor? ¿Usted cree que las mujeres nos dedicamos a parir en situación de pobreza por deporte? ¿O porque somos tan tontas de pensar en que a mayor número de hijos, tenemos más mano de obra para que traigan ingresos a nuestros hogares?
Esta ley de aborto terapéutico es un avance minúsculo a las problemáticas de género que tenemos en Chile y usted se niega a legislar.
Señora van Rysselberghe: usted no tiene corazón.
En Twitter: @AngelaBarraza