Violencia policial y Primera Línea

Homenaje a Cristian Valdebenito, asesinado por Carabineros hace un año Podemos considerar que la revuelta social iniciada el 18 de octubre de 2019 ha tenido diferentes ciclos o etapas

Violencia policial y Primera Línea

Autor: Wari

Homenaje a Cristian Valdebenito, asesinado por Carabineros hace un año

Podemos considerar que la revuelta social iniciada el 18 de octubre de 2019 ha tenido diferentes ciclos o etapas. Una de ella culminó a mitad de marzo de 2020 con las medidas sanitarias de la pandemia de Covid-19, lo que implicó la interrupción de las manifestaciones hasta agosto.

Lamentablemente este ciclo de altísima movilización social pero también de mucha represión y violaciones a los derechos humanos, principalmente en el entorno de la Plaza de la Dignidad, terminó con el asesinato de Cristian Valdebenito por carabineros, quienes le dispararon una bomba lacrimógena en la nuca el viernes 6 de marzo, falleciendo al otro día producto de la gravedad del traumatismo craneal.

Cristian Valdebenito no fue la única ni la primera víctima de la represión policial en el entorno de la Plaza de la Dignidad. Semanas antes habían fallecido Abel Acuña y Mauricio Fredes, y ya se contaban por centenas los heridos y mutilados por perdigones en los ojos. Si bien la represión ha sido brutal en todo el país, fue en el entorno de la Plaza de la Dignidad donde cobraría más víctimas.

Debido a lo emblemático y masivo de la ocupación y apropiación ciudadana de este sector de la ciudad, Carabineros mantuvo y sigue manteniendo una represión que no se condice con el mantenimiento del orden público sino con el castigo a quienes se han atrevido a defender su derecho a manifestarse.

Sin embargo, pese a los disparos, los gases lacrimógenos, el agua contaminada, los apaleos, los atropellos y la intimidación, las y los manifestantes nunca soltaron la Plaza, convertida en el máximo símbolo de la lucha por la dignidad.

Desde el comienzo de la revuelta, las personas se han manifestado de distintas formas, las cuales fueron cambiando según las características de la represión. De este modo, en pocos días se fue constituyendo un espacio de resistencia frontal conocido como “Primera Línea”.

En este espacio, centenares de manifestantes se enfrentaron sistemática y organizadamente a las fuerzas policiales para proteger al resto de las personas que participaban en las movilizaciones.

Cristian Valdebenito era uno de ellos. Participaba activamente en este espacio y fue ahí donde fue mortalmente herido por carabineros. Hasta el día de hoy no se ha hecho justicia, tal como ha sucedido con la mayoría de las violaciones a los derechos humanos perpetradas por agentes de Estado desde el comienzo de la revuelta.

A un año de su asesinato, recordamos y homenajeamos a Cristian Valdebenito, así como a todas las víctimas de la represión y a todas y todos quienes han luchando en la Primera Línea, en las calles, en sus territorios y sus organizaciones durante toda la revuelta.

También recalcamos que la impunidad persiste y que las violaciones a los derechos humanos se siguen perpetrando a diario, tanto en las restricciones al derecho a manifestarse como en la mantención de un accionar policial que sigue castigando a quienes se manifiestan.

De hecho, desde el fin de las cuarentenas más restrictivas y el regreso de las y los manifestantes a las calles, Carabineros ha modificado su estrategia represiva, lanzando agua y gases tóxicos y haciendo cargas de efectivos a pie, en motos, caballos y carros blindados, de tal forma que resulta prácticamente imposible manifestarse en el centro de Santiago sin exponerse directamente a la violencia policial.

Pese a la resistencia de las y los manifestantes y el apoyo de los voluntarios de salud y la presencia de artistas, reporteros y fotógrafos independientes, quienes procuran mantener el espíritu de la revuelta, cada semana se registran nuevos heridos y detenidos, bajo la indiferencia de los medios de comunicación y de la mayor parte de los partidos políticos.

Pero como lo sabía Cristian y tantos otros, la única forma de poder lograr las transformaciones que la sociedad demanda es no soltar la calle y seguir manteniendo la movilización y la organización en los territorios.

Por Roberto Fernández Droguett


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