Vuelve Lagos: vuelve la ‘Concertraición’

La Concertación desde que perdió el poder ha tratado oportunistamente de acercarse a la izquierda, algo que hizo solo en 1988 y 1989, en ese momento era lo mas lógico, había que derrocar a como de lugar a la dictadura pinochetista, y el pueblo confiaba en el conglomerado de entonces 17 partidos (que después se redujo a 4 por la obstinación de la Concertación en mantener el modelo económico y político del régimen y profundizarlo más, a través de una sistemática destrucción de los movimientos sociales) hoy, vuelven a necesitarlos y tratan de reconquistarlos, hablando de que hay que estar unidos contra la derecha, suena bonito y hasta musical cuando se escucha de voz de un concertacionista de base, ya fuera radical, socialista, PPD o demócrata cristiano, sin duda que los militantes de base son el color más vistoso del arco iris, muchos de ellos son personas bien intencionadas que de verdad lucharon contra la dictadura y que sufren lo mismo que el resto del pueblo y con ellos uno se entiende por naturaleza, el problema es cuando detrás de esos amables rostros aparecen las verdaderas y por cierto, horribles facetas, esta última semana, mucha gente en los ambientes multicolores ha reaccionado con sospechosa alegría al anunciado regreso a la política contingente nacional de Ricardo Lagos Escobar, mientras ellos celebraban –no me pregunten porqué- los que queremos un auténtico cambio social mascullábamos la infausta noticia de su retorno, y es que regresa la expresión física de la traición concertacionista, el hombre que vestido de ropajes socialistas y progresistas, llevó a cabo la más radical profundización de este perverso modelo económico, ejemplo de esto es el TLC con Estados Unidos, mismo país donde vive su gran amigo David Rockefeller, siniestro personaje que estuvo detrás de una buena parte de su proyecto económico, como el regalo del cobre a la voracidad de las transnacionales, mediante un falso royalty que incluía la nefasta invariabilidad tributaria (igual que el aprobado este año, el cual en el Senado su inefable hijo, siguiendo la tradición familiar, aprobó) fue también durante su gestión que se concesionaron las carreteras a inescrupulosas empresas españolas, siguiendo y amarrando aún más la senda neocolonialista empezada durante el gobierno de Frei Ruiz-Tagle, en fin, una serie de políticas económicas que llevaron a los empresarios a hacerle una verdadera fiesta de despedida en la Enade del 2005 y a Hernán Sommerville a declarar que los empresarios ‘lo amaban profundamente’ , esto sin contar los escándalos de corrupción (MOP Gate, Inverlink, Caso Coimas) protagonizados por personeros de su confianza tales como Carlos Cruz, Patricio Tombolini y Víctor Manuel Rebolledo, el gobierno laguista fue también una época dorada para lobbistas como Enrique Correa, Jaime Estévez (que cambió el nombre del Banco del Estado a BancoEstado, dándole un claro toque privado), Oscar Guillermo Garretón, José Joaquín Bruner, y el autorreconocido ser miserable Eugenio Tironi, en fin, aquellos mismos que en los 70 trataban despectivamente a Allende de reformista y hasta incluso de ‘amarillo’ y que con la vuelta a la democracia se transformaron en los más leales aduladores y chupasangres del neoliberalismo, unidos bajo el factor común Mapu y de una insaciable hambre de poder, que la Concertación reaccione con alegría ante el regreso del ‘Epidemia’, como es popularmente conocido el ‘Capitán Planeta’ (o ‘Capitán Corneta’, como sea de su agrado, yo prefiero la última) demuestra que no se puede confiar en esas huestes por muy lindo que se vea dibujado el arco iris, nos traicionaron una vez y perfectamente lo pueden volver a hacer, suena bonito, insisto, cuando hablan de enfrentar a la derecha, el problema es que ellos también lo son, decirlo así suena crudo, no va a faltar el que, parafraseando a Lenin me acuse de ‘infantilismo de izquierda’, pero no es algo que lo diga yo porque se me ocurrió, el diputado Sergio Aguiló (uno de los pocos políticos concertacionistas que valen la pena) lo admitió amargamente y con notoria frustración, cuando precisamente en medio de la administración Lagos declaró que Chile estaba atrapado entre dos derechas, no hay que dejarse engañar, sin duda que el pueblo debe agradecer a la Concertación por lo del 88, pero se debe admitir que ya se alejó del camino popular y que corresponde crear una nueva mayoría social, así ocurrió en Venezuela, cuando el pueblo cayó en el hecho de que Acción Democrática no representaba sino a los patrones y se alineó en un nuevo frente tras la figura de Hugo Chávez, también ocurrió en el Uruguay en los 70, cuando la decepción generada por el Partido Colorado, y así también en Ecuador y Bolivia, siempre emergiendo desde una tercera opción, así debe ser en Chile, un verdadero frente popular dejando de lado a la derecha pura y dura representada en el gobierno actual, tanto como a la derecha ‘con rostro humano’ pero derecha al fin, representada en las tonalidades cromáticas del arco iris concertacionista.

Por Ricardo Álvarez S.

Militante Izquierda Cristiana