Los dirigentes de los estudiantes, ecologistas y demás al parecer solamente piensan que la resistencia debe darse en el centro, que la protesta y la manifestación debe realizarse en las principales calles de la ciudad, mientras la población mayoritariamente es espectadora, pues si juntamos ochenta mil en Santiago, hay 5 millones en sus casas mirando la noticia en la TV. ¿Es ése el objetivo? ¿Crear noción en la gente, informarla? ¿Que Piñera se entere de eso y tema por sus votos? ¿Que los gobernantes ante tanta protesta modifiquen sus medidas administrativas? ¿Que cambien los ministros? ¿Que caiga la popularidad de los partidos? Como si hubiésemos conseguido mucho con todo eso. El movimiento se ha transformado por parte de sus líderes en un simple medio de “presión”, empujar desde abajo para que allá arriba los jefes tomen decisiones, o sea, decimos a las claras que nosotros no podemos hacer nada, sólo empujar y empujar, ya que son los burócratas los que cortan el queso. En eso se está transformando el proceso de “conciencia” de la población: amigos nuestros, no hagan nada, sólo colaboren en llenar el escenario mientras están ustedes sentados en la galería aplaudiendo o tal vez ayuden a elaborar “propuestas” para llevarlas al templo de la divinidad, para ver si convencemos a los dioses a ser generosos y dadivosos y de tanto cantar y mover las perinolas va a caer la lluvia, que para eso tenemos a nuestros sumos sacerdotes, los superstars dirigentes guapos de la batalla, que irán como la dondella virgen y el macho robusto a entregar vuestras cabezas en bandeja al altar del sacrificio.
Presionar, presionar y presionar. Utilice usted sus fuerzas y capacidades sólo para eso, como un burro o un caballo o un buey, nosotros, los sacerdotes del templo ciudadano les vamos diciendo para donde va la micro, no mire a los lados (pongámosles anteojeras a esos que quieren hacer otras cosas). No se le ocurra abrir el debate y las movilizaciones en los barrios, ya que ahí no es tan fácil ponerle montura y estribos a la gente, ahí es al pan, pan y al vino, vino. No podemos engrupirlos con teorías macroeconómicas y abstracciones programáticas como la del cobre, que está destruyendo la naturaleza y a nosotros nos importa un huevo, sólo queremos sacar de alli plata y más plata, porque sepan ustedes, con plata se arrglan las cosas, que llueva plata, que llueva! Dicen que son anticapitalistas y sólo viven detrás del capitalismo de estado, ya que sacando la leche de la vaca de la explotación habrá acumulación para distribuir mejoras. De esa manera el “cambio” es mayor igualdad, como hizo Lula en Brasil, al que los partidos de izquierda chilena aplaudieron a rabiar mientras repartía canastas a los pobres reproduciendo la estructura de la miseria.
Ya está claro que la gente no está con el gobierno ni con la oposición, es evidente que votaron Piñera para sacarse a la Concertación y sus aliados de encima. También está claro que las autoridades van a seguir caradura para desgastar el movimiento y a la ciudadanía, que muy luego comenzará a presionar a sus hijos para que vayan a estudiar. ¿Vamos a dejar pasar esta oportunidad? Si hay tanto despliegue de potencia ¿es justo que sólo se desvíe hacia la “presión” sobre la burocracia de la partidocracia? ¿No es mejor que esos miles de estudiantes y ecologistas se lleguen a los barrios y multipliquen así la convocatoria? ¿Acaso el vecino no estaría dispuesto a salir? Está claro que mucha gente no va ni irá al centro, además que están reclamando por la subida de los pasajes y tendría que ir a lo más un representante por casa. A diferencia de ello, si se hacen convocatorias en la plaza del barrio y del otro barrio, podrán ir familias completas.
Hay la mala costumbre en Chile de reunirse “los concientes” en grupos de afinidad, grupos que pueden aliarse con otros y todos esos concientes convocan y salen otros concientes, así se juntan más concientes, lleno de concientes, que crean más “conciencia” que no tiene canales de expresión para “hacer”, sólo para sumar su conciencia a los otros, a los concientes que la llevan y que se juntan entre cuatro paredes para decidir a donde y como van a acarrear al resto de los concientes que voluntariamente parecen sumarse a la secta elegida por los dioses con su sacerdotisa suprema delante, ya saben, aquella misma, al final para que voten conciente por aquellos que representan su conciencia, la que previamente ha sido cocinada en la movilización donde nadie sabe para quien trabaja. De ese modo la conciencia no es más que la prédica religiosa de los que sueñan con administrar el poder, como la nomeklatura soviética, que se cayó por su propio peso, de tan gordos y bien alimentados que estaban los chanchos en el techo del templo. Si esa conciencia pudiese escapar de los paradigmas, teorías y estrategias para alcanzar objetivos propuestos por los jefes, otro gallo cantaría, pues verían que en casa hay mucho paño que cortar, que entre vecinos y en el barrio hay mucho paño también, que en la comuna está lleno de problemas a los que pueden ponerle el hombro, pero los partidos no pueden permitirse ese lujo, no pueden aceptar que la gente haga cosas por si mismos, con sus propias manos, pues se descubriría que entonces los partidos no hacen falta, que hay que tirarlos al tacho de la basura.
Los partidos son grupos de gente que se colocan entre la población y las instituciones, siendo ellos también una institución, es decir una estructura rígida, por más que hoy día algunos, por el rechazo que la gente ha dado a los partidos en general, se llamen autónomos, independientes y cambien algunas cosas visibles para mostrar una máscara de belleza en tanto que detrás se oculta la cara fea de la burocracia que se soba las manos babando cada vez que uno se para y les escucha viendo como sacan la culebra. El partido tiene la misión de mantener a la población paralizada mientras ellos administran los asuntos públicos “en su nombre” levantando como en la TV un cartel de “risas” cuando le corresponde reir al público asistente. Como en el gobierno Allende, donde los partidos mandaron a su gente devolver las fábricas ocupadas y mantenerse quietos mientras ellos por arriba negociaban con los militares para “evitar” el golpe que ya había sido desencadenado y estaba totalmente decidido desde antes de asumir el Chicho. Los militares aprovecharon que la gente estaba controlada y atada de manos por los partidos burocráticos para dejarse caer como jauría de coyotes hambrientos sobre la población, asesinando a diestra y siniestra, sembrando el terror y desarticulando a los famosos partidos que hoy vuelven a las andadas para hacer lo mismo, exactamente lo mismo, la historia no les ha enseñado nada, ya que creen que deben tener ovejas mansas y obedientes detrás para sus negociaciones y “presiones” por arriba. A eso lleva la mera supeditación a las actividades en el centro. No hagan nada en los barrios, que ya nos encargaremos nosotros de hacerlo en vuestro nombre, vengan y sean carne de cañón de los generales de los comités centrales de la partidocracia.
Por eso hace falta que los grupos de estudiantes y ecologistas que consiguen distinguir entre “hacer” o ser utilizados, puedan aunque sean inicialmente dos o tres personas, no necesitan subordinarse a la asamblea estudiantil, aunque no se trata de romper con ella, simplemente tomar la iniciativa los que estén de acuerdo y partir a los barrios sin abandonar sus tareas dentro del movimiento estudiantil, que saldrá más fortalecido si instala sus bases en las localidades entre la población, que podrá también discutir, participar y aprender como hacer cosas y resolver situaciones con sus propias manos mediante talleres, construcción de huertas y otras actividades saliendo del encierro de las casas a intervenir con sus cuerpos en estos asuntos, ya que el centro de la ciudad no lo están considerando y como dice Mahomed, si la montaña no viene a tí, ve tú a la montaña. El potencial estudiantil y ecológico no es casi nada en comparación a la enorme potencia cohibida, encerrada y reprimida en la población, por eso el despliegue de esa potencia permitirá la multiplicación de las energías e iniciativas populares desde abajo construyendo su entorno con sus propios cuerpos en una escuela de protagonismo que a la vez será también escuela para quienes llegan a colaborar con la activación ciudadana independiente en cada espacio urbano y periférico. La gente está abandonando a los partidos de todos los colores, se está autonomizando, pero no para ser nueva presa de otros que vienen con bellos discursos, a los cuales se presta poca atención por el cansancio de las “vanguardias” que nos llevarán por el camino de la salvación, sino para decidir ellos mismo lo que deben hacer en el barrio, y caramba si hay cosas por hacer. Si la mirada libre que se va forjando en las personas cuando se van sacando las anteojeras partidarias puede dirigirse hacia su propio entorno, descubrirán que han estado postergando muchas cosas que son importantes en su vida por la “esperanza” de que los salvadores de la patria les traigan las soluciones en bandeja con mantelito blanco.
El problema es que mientras los estudiantes y ecologistas luchan en las calles del centro sin “contagiar” a la gente de los barrios, las directivas de los partidos se reúnen entre ellos lejos del bullicio para ingeniarse los modos de entrarle a esos mismos barrios por arriba mediante el proceso de elecciones municipales. Este municipio para ti, éste para mí. Como el cuento de que este dedito se comió un huevito, luego este otro se comió otro huevito. Por eso a ellos no les conviene que las movilizaciones se extiendan allá, pues pueden aportillarles la estrategia de la repartija. El pacto de omisión entre los partidos del bloque neoliberal de la Concertación con el PC y el MAS es una bofetada en plena cara de los estudiantes, ecologistas, trabajadores del cobre y otros sectores movilizados, que van descubriendo así que les están sacando los choros del canasto robándose el gavilán los huevos del nido. Mientras los tienen en las calles del centro, las redes partidarias se extienden amenazadoramente para subordinar a los sectores sociales barriales en todas las comunas del país. Sigan, sigan, dicen los jefes de los partidos, mientras escogen a dedito a sus candidatos a alcaldes y concejales, lo que van a ser del PDC, los que les toca al PC y así por delante, riéndose a carcajadas del show de los superstars que consiguen mantener a los incautos muchachos (según ellos) presionando en las calles para seguir bajando los bonos del gobierno. Sólo que sus propios bonos también están cayendo, por lo que no saldrá tan fácil la movida.
Por eso hay que juntar las movilizaciones del centro con dinámicas barriales autónomas por abajo, tejiendo redes horizontales de iniciativas y actividades y levantando candidatos independientes en todas partes para evitar legitimar a los partidos, ya que mucha gente va a votar buscando soluciones, pues no las ven en la abstención, el voto blanco o nulo, que aunque sean la mitad de la población, al sistema le basta la otra mitad que vote para avalar a sus “representantes” y autoridades. No podremos atraer a los votantes militantes de base insatisfechos de los partidos y a los independientes para que escojan una mirada under, pero eso lo podemos hacer con nuestros propios candidatos independientes escogidos entre los vecinos, haciendo escuela de que lo importante no es ganar, sino volcar desde ahora y en la campaña, esas energías populares hacia la autoorganización y el despliegue de iniciativas autónomas.
Les estaremos haciendo el juego si se establece en los barrios y comunas la división entre votantes y no votantes, lo que hay que evitar a toda costa, tratando que el divisor de aguas sea la participación en las actividades vecinales. Si llamamos a no votar sólo vendrán a nuestras actividades los más convencidos, con lo que estaremos reproduciendo la práctica de secta y de aislamiento, a menos que esa sea la real intención de algunos grupos, cuya práctica ya se ha visto que es aislacionista y muy, pero muy gota a gota. Es necesario ampliar las convocatorias hacia muchos más vecinos. Si llamamos a participar en actividades autónomas y al mismo tiempo se levantan candidaturas independientes que refuerzan dicho llamado y hacen campaña mediante procesos organizativos formando comités y emprendimientos conjuntos como huertas y producción, el efecto es multiplicador, ya que muchos votantes pasivos podrán avanzar hacia la participación vecinal directa. He ahí una escuela de formación participativa. Si se gana algún cargo, debe subordinarse al mandar obedeciendo desde los vecinos envueltos en dinámicas constructivas, quienes dirán al electo lo que tiene que decir y hacer en el consejo municipal.
Algunos compañeros dicen que levantar candidaturas alternativas sólo legitima las instituciones, como que fuese un mero problema de conciencia, a lo cual respondemos que dejar que se siga reproduciendo la dependencia de votantes pasivos sólo ayuda a reforzar las estructuras y que el problema de conciencia lo resolvemos con acciones positivas y constructivas. Se sabe que algunos grupos sólo están interesados más en un reclutamiento ideológico y orgánico gota a gota que en la ampliación de la autonomía de vecinos resolviendo temas y construyendo sus asambleas deliberativas donde podrán ejercer la democracia directa. Algunos piensan que primero hay que concientizar para luego organizar a unos pocos y de alli dirigir al resto para esa democracia directa, con lo que caen en el mismo error de los partidos. No hay que temerle a la democracia directa de vecinos que no están preocupados de pelear unos contra los otros porque el futuro debe ser de este modo o del otro, ya que de esa manera sólo estaremos preparando ovejas que seguirán nuestras propuestas futuristas. La formación de conciencia no se debe a la acción de colectivos concientes, sino a la práctica participativa y creadora, aquella que va formando comunidad, es decir la cotidianeidad del compartir y transformar el entorno inmediato con los propios cuerpos. He ahí la principal escuela.
Les invitamos, pues, a salir del centro, romper con las dirigencias y manipulaciones partidarias, dirigirse a los barrios, pero no engañar a la gente de que van a colaborar con organizaciones autónomas cuando en realidad se trate de colectivos barriales de un determinado grupo de afinidad, con lo cual van a reforzar más bien la batalla contra otros grupos en vez de contribuir a las aproximaciones prácticas concretas entre vecinos. Si no hay contactos previos es sólo megafonear y pasar una murga tocando casa a casa en los alrededores de una plaza barrial. Muchos saldrán a escuchar a los estudiantes, hacerles saber sus opiniones y preocupaciones y se interesarán en actividades que les incorporen al quehacer barrial. En otros casos puede ser contactando estudiantes secundarios de colegios barriales, que eso puede dar muy buenos resultados. También desde los barrios pueden acercarse a los estudiantes y ecologistas invitándolos a asambleas con vecinos, en fin las iniciativas a desplegar pueden ser muchas, pero hay que hacerlas ahora, pues pronto va a comenzar a cristalizar algún tipo de resultados o medidas que apuntarán a la desmovilización, ya que la pura “presión” termina por agotar a cualquiera. Las acciones de grupos de choque van a resultar en el fortalecimiento de algunos grupos de afinidad, pero poco contribuirán a la incorporación de vecinos a las actividades barriales, ya que, aunque de otros modos, se seguiría reproduciendo la acción partidaria de “conducir” al resto.
Hoy dia es un momento social donde es posible dar un viraje a las formas tradicionales de “hacer política” por parte de los colectivos, que podrán ampliar notablemente las formas de democracia directa entre vecinos si sabemos todos identificar la situación y sus rasgos positivos, de otro modo sólo estaremos llevando aguas al molino de los partidos que muy bien sabrán aprovecharse de la coyuntura para sus fines interesados. También es un buen momento para los sectores y personas autónomos e independientes, que podrán encontrar sus maneras de expresarse junto a la población de los barrios teniendo claro que la oportunidad es ahora para sar saltos cualitativos en la incorporación de vecinos a las actividades compartidas.
Podemos dialogar y profundizar al respecto.
Reciban el abrazo fraterno de
Jaime Yovanovic Prieto (Profesor J)