En junio del presente año, tras la denuncia y renuncia de su Rector, Raúl Urrutia, la Universidad del Mar se enfrentó a una serie de cuestionamientos en torno a su manejo administrativo y la calidad de su educación. En este contexto, los estudiantes de esta, se movilizaron, pidiendo la regularización de pagos de remuneraciones y cotizaciones de los trabajadores de la Universidad, como así impedir el cierre de esta.
En los últimos días nos hemos enterado de una solicitud del Ministro Harald Beyer a la Comisión Nacional de Educación de cierre de la Universidad del Mar que si bien, según lo ha señalado el Ministro, sería paulatina y aseguraría la titulación oportuna de los Estudiantes o su traslado a otras casas de estudios, debemos y queremos hacer presente ciertas apreciaciones con respecto a este proceso:
1. La situación por la que hoy pasa la Universidad del Mar no es un caso aislado. El lucro en la Educación en general y en la Educación Superior en particular, genera graves crisis al interior de las instituciones, anteponiendo al proyecto educativo, la ilegítima ambición de enriquecerse a costa de los sueños de los estudiantes y sus familias.
2. Nos parece sumamente grave que el Ministro tome estas medidas luego de negar la existencia de antecedentes de lucro e irregularidades, no solo en la Universidad del Mar, sino en un amplio listado de otras instituciones privadas. Cuando Harald Beyer dice que esta Universidad «estuvo 22 años sin ninguna investigación, profunda», claramente es muestra de la falta de voluntad que ha existido por los distintos gobiernos de fiscalizar y eliminar el lucro en la educación, de regular el crecimiento de universidades mercantiles y por sobre todo, hace patente la negativa a fortalecer la educación pública como centralidad de las políticas estatales.
3. Creemos que el actuar errático por parte del Gobierno en torno a las irregularidades dentro de estas instituciones, donde personeros de gobierno tienen responsabilidad y participación, solo muestra el poco compromiso que se tiene con la situación que atraviesan más de 18.000 estudiantes (solo en el caso de la Universidad del Mar) que hoy no tienen seguridad de su futuro en la Educación Superior.
Como movimiento estudiantil, llevamos cerca de dos años movilizándonos por hacer de la educación un derecho y desterrar la concepción imperante el gobierno y sectores de la oposición de que esta es un bien de consumo susceptible por ende de aventuras empresariales. La angustia por la que hoy pasan los compañeros de la Universidad del Mar y sus familias, no se soluciona regulando excesos, sino avanzando hacia una transformación profunda de la educación en nuestro país, desterrando el lucro en forma definitiva en todas sus variantes y asegurando por parte del Estado una educación pública, gratuita y de calidad que irradie al resto del sistema.
Hoy, manifestamos nuestra profunda preocupación y solidaridad con los compañeros de la
Universidad del Mar, y afirmamos nuestro compromiso para que no sean abandonados, sino por el contrario, velaremos por que el Estado otorgue una solución de común acuerdo con todas las partes involucradas.
Queremos destacar también la actitud que han tomado frente a este conflicto algunas Universidades estatales, como es el caso de la Universidad de Tarapacá, que ha abierto sus puertas mediante un sistema de admisión especial, para que los estudiantes estafados por estos empresarios inescrupulosos puedan terminar sus estudios en esta institución, ejemplo de compromiso.
y responsabilidad que esperamos se repita en otras regiones donde la Universidad del Mar ha instalado sedes. Sabemos también que algunos académicos de la Universidad del Mar han manifestado su voluntad de cambiar la lógica actual de la institución, frente a lo cual se
pide un tiempo para poder regularizar dicha situación, lo que de aceptarse, debiera implicar necesariamente una transformación del carácter de la Universidad y no un mero cambio de controladores que sigan llevando adelante las mismas prácticas que han culminado en la crisis actual.
Para finalizar, creemos importante recalcar que cualquier solución debe considerar la opinión y propuestas tanto de estudiantes como de académicos y trabajadores de la Universidad, puesto que son ellos los principales afectados por esta situación y quienes han sufrido los costos del actuar irresponsable de los dueños de la institución y la dejación del gobierno que ha permitido llegar hasta este extremo.
Confederación de Estudiantes de Chile (Confech)