El misterioso X-37B, el avión que en agosto del año pasado logró romper el récord de más de 700 días en vuelo alrededor de la Tierra, ahora tiene una nueva misión “secreta”: la misión USSF-7 de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, cuyo propósito genera muchas interrogantes.
Como se sabe, el X-37B es un avión espacial de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, construido por la empresa Boeing, cuyas misiones militares son clasificadas. Sin embargo, esta semana se supo más de este proyecto a través de los funcionarios a cargo del próximo lanzamiento, quienes han proporcionado una visión sin precedentes del programa, confirmando que la misión incluirá experimentos «en órbita».
En tal sentido, la secretaria de la Fuerza Aérea, Barbara M. Barrett, precisó que el lanzamiento será el 16 de mayo y está programado para «albergar más experimentos que cualquier vuelo X-37B anterior, incluidos dos experimentos de la NASA».
«Una es una placa de muestra que evalúa la reacción de materiales significativos seleccionados a las condiciones en el espacio. El segundo estudia el efecto de la radiación del espacio ambiental en las semillas. Un tercero, diseñado por el Laboratorio de Investigación Naval, transforma la energía solar en energía de microondas de radiofrecuencia, luego estudia la transmisión de esa energía a la Tierra», detalló durante un seminario web organizado por The Space Foundation.
¿Prueba espacial?
En concreto, la carga útil de la misión USSF-7 de la Fuerza Aérea de los EEUU con el vehículo de prueba orbital X-37B ya se ha elevado sobre el cohete Atlas V de United Launch Alliance (ULA) en preparación para el lanzamiento desde la Estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral, Florida.
De hecho, la carga útil encapsulada se entregó a la Instalación de integración vertical (VIF) y se colocó en posición este martes para comenzar las operaciones combinadas con el vehículo de lanzamiento.
El cohete completo de 60 metros de altura se transportará desde el VIF a la plataforma de lanzamiento en el Space Launch Complex-41 a bordo de una plataforma de lanzamiento móvil para la cuenta atrás, el abastecimiento de combustible y el despegue.
Hasta ahora el personal involucrado en el lanzamiento está siguiendo pautas de salud, tales como usar mascarillas, distanciamiento físico mientras están en la consola y usar el teletrabajo cuando sea posible.
Este programa de prueba experimental demuestra tecnologías para una plataforma de prueba espacial fiable, reutilizable y no tripulada para los EEUU.
Conociendo la nave
De acuerdo con medios especializados en aeronáutica, el X-37B se parece mucho en su forma a los transbordadores espaciales de la NASA, solo que es mucho más pequeño. Mide 8,8 metros de largo, 2,9 metros de alto, tiene una envergadura de alas de 4,6 metros y una bodega de carga del tamaño del de una camioneta.
Al igual que un transbordador, es lanzado verticalmente a bordo de un cohete -el SpaceX Falcon 9- pero aterriza como un avión sobre una pista aérea.
Como se trata de un programa secreto, no se sabe con claridad qué tareas cumple en este momento o qué se logró en los anteriores vuelos.
Al parecer, los objetivos primordiales del X-37B son dos: «Las tecnologías de naves espaciales reutilizables para el futuro de Estados Unidos en el espacio y la realización de experimentos que se puedan repetir y examinar en la Tierra».
Evidentemente, su próxima misión ayudará a «desarrollar efectivamente las capacidades espaciales necesarias para mantener la superioridad en el dominio espacial», afirmaron funcionarios de la Fuerza Aérea de EE. UU.
«Esta sexta misión es un gran paso para el programa X-37B», dijo Randy Walden, Oficial Ejecutivo del Programa para la Oficina de Capacidades Rápidas del Departamento de la Fuerza Aérea.
«Esta será la primera misión X-37B en usar un módulo de servicio para albergar experimentos. La incorporación (…) en esta misión nos permite continuar expandiendo las capacidades de la nave espacial y albergar más experimentos que cualquiera de las misiones anteriores».
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