Desde que se produjo el cierre de Wuhan el pasado 23 de enero por la epidemia de coronavirus que azota a China, el valor del bitcóin no ha parado de incrementarse hasta alcanzar los 9.000 dólares en bolsa. Esta circunstancia ha propiciado que analistas hayan vinculado el aumento de precio de las criptomonedas con crisis humanitarias o momentos de tensión geopolítica.
Así ha sido este inicio de 2020. En apenas cuatro semanas el planeta ha asistido a la creciente tensión entre la Administración Trump e Irán, que hacía temer incluso por el inicio de la tercera guerra mundial; a los descomunales incendios en Australia; al inicio del cuarto impeachment contra un presidente en la historia de los EE.UU.; y ahora al brote de coronavirus que se está extendiendo desde China al resto del mundo y que ya ha sido responsable de más de 100 muertos y más de 5.000 afectados.
Para algunos, la evolución en el mercado de los activos digitales y los momentos de zozobra globales tienen una clara correlación. Esta teoría incluso se ha viralizado, dando lugar a críticas que afirman que casi cualquier evento se vincula a un alza del valor de la criptomoneda: «X is good for bitcoin» (X es bueno para bitcóin).
Esta hipótesis se une a una teoría con más arraigo que establece que en los tiempos de incertidumbre los inversores recurren a activos no soberanos y considerados más estables para salvaguardar su riqueza. Así, parece que el bitcóin y otras criptomonedas han entrado en el preciado club del oro, el valor seguro por excelencia desde hace siglos. Y lo hace en un momento en que rige la economía neoliberal, que no se nutre de la producción, sino que puede obtener beneficios también de las tragedias a través de la especulación.
¿Coincidencia?
Quienes respaldan esa teoría, se ven reforzados porque el precio de la criptomoneda más conocida haya aumentado casi un tercio su valor desde que comenzara este 2020 tan azaroso e, incluso, ahora su precio parece estar incrementándose en correlación directa con la expansión de la epidemia de coronavirus.
Así, bitcóin ha subido de precio cada uno de los días desde que Wuhan, la séptima ciudad más poblada de China, fue puesta en cuarentena el 23 de enero. Desde entonces, en menos de una semana, ha ganado casi el 10 % de su valor.
Y no ha sido la única criptomoneda. También Ethereum (ether), Eipple (XRP) y Bitcoin cash han experimentando grandes ganancias en ese periodo de tiempo.
Pero además, se pudo observar un comportamiento similar durante el desarrollo de otras crisis internacionales: la guerra comercial entre EE.UU. y China o el aumento de la tensión entre EE.UU. e Irán, entre las más recientes.
De esa opinión es Lingxiao Yang, director de tecnología de Trade Terminal –una criptomoneda con sede en San Francisco–, quien ha declarado a Coindesk: «Puedo ver que el brote de virus podría conducir a más criptocomercio para los inversores minoristas, ya que se quedarían en casa y tendrían aún más tiempo para revisar el mercado».
Igualmente se muestra de acuerdo Wilfred Daye, asesor principal del banco de inversión boutique Bardi Co: «Cuando las epidemias prolongadas se conviertan en un factor impulsor del mercado, el mercado de las criptomonedas reaccionará más bruscamente«, sostuvo.
«Simplemente tonterías»
Sin embargo, el periodista criptográfico David Gerard achaca las fluctuaciones de activos como bitcóin a «empujones manipulados», es decir, a información privilegiada que se utiliza para manipular su precio. Lo cual no es muy difícil cuando tan solo 1.000 personas, a las que Gerard llama «ballenas», poseen el 40 % del mercado.
«Cualquiera que afirme que el precio de bitcóin es de alguna manera orgánico, o que sigue eventos del mundo real, simplemente dice tonterías», ha sostenido contundentemente este experto.
Además, los movimientos del mercado de las criptomonedas se han relacionado con cuestiones más técnicas que nada tienen que ver con los sucesos de actualidad, como son los desarrollos dentro de esa industria, la introducción de una regulación favorable a sus intereses o los rumores de que un país se encuentra desarrollando su propia criptomoneda.
Cortesía de RT
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