El programa piloto para el despliegue del criptoyuan en China podría algún día cambiar para siempre el sistema financiero global, basado en el dominio incondicional del dólar estadounidense, advierten varios expertos citados por la agencia Bloomberg.
La gente en China ya se ha acostumbrado a pagar con dinero digital. Para los chinos es más fácil comprar un bien o un servicio con una aplicación como Alipay o WeChat Pay que llevar en su bolsillo un par de billetes. Por ello, es probable que Pekín ponga a prueba su criptoyuan durante los Juegos Olímpicos de Invierno que se celebrarán en Pekín en 2022, escribe el medio estadounidense.
La mayor parte del dinero que hoy en día se intercambia electrónicamente son solo créditos y débitos en cuentas de diferentes bancos. A su vez, el criptoyuan chino fue diseñado para ser una versión electrónica de la moneda china que simplemente se encuentra en una billetera digital de un smartphone, en lugar de una física. Respaldado por el Estado, este efectivo virtual es más rápido y más fácil de usar y, además, ofrece a las autoridades de China un grado de control que nunca ha sido posible con el dinero físico.
Con el despliegue del criptoyuan, Pekín da un paso hacia el futuro liberándose de varios problemas a la vez, destaca el columnista ruso Iván Danílov. Por ejemplo, un sistema de pago basado en una moneda digital no depende de la condición financiera de los bancos, de su calificación crediticia o de su capacidad de interactuar entre sí. Ningún banquero podrá tampoco robar el dinero, retirarlo en algún lugar o cedérselo a alguien en calidad de dudosos préstamos, escribe el periodista.
De esta manera el Estado obtiene total transparencia de todos los pagos casi en tiempo real, así como la capacidad de utilizar los datos financieros para ajustar la economía. Y todo esto no requiere el costo adicional que es necesario para mantener en servicio el incómodo dinero físico o metálico.
«Y lo más importante, no existen restricciones técnicas que impidan que este sistema traspase las fronteras de China, y es aquí donde empieza lo más interesante», enfatiza Danílov, agregando que todas las ventajas pueden conducir a que el criptoyuan «se convierta en el asesino de la principal criptomoneda del mundo, el bitcoin, y una amenaza para los intereses geopolíticos de EE.UU.».
Su opinión coincide con la de los economistas estadounidenses Aditi Kumar y Eric Rosenbach, de la Escuela Kennedy de Harvard. La versión digital del yuan chino podría finalmente permitir que Irán y otros Estados eviten las sanciones estadounidenses más fácilmente, moviendo su dinero de tal manera que Estados Unidos ni siquiera sea capaz de detectarlo. Esto se deberá a que algún día podría ser posible transferir la moneda digital más allá de las fronteras chinas sin pasar por los sistemas de pagos internacionales que utilizan el dólar estadounidense, destacaron los analistas norteamericanos en su artículo para el medio Foreign Affairs.
Sin embargo, el exsecretario del Departamento del Tesoro, Henry Paulson, llegó a descartar esta amenaza, escribiendo al mismo medio que, a pesar de todos los planes de China, el criptoyuan «no es una preocupación seria» para el estatus del dólar como moneda predominante en el mundo. Incluso si el yuan digital demuestra ser muy popular, el dólar estadounidense continuará siendo más fiable porque aun así se utiliza para comercializar con petróleo y otros productos clave.
Las declaraciones de Paulson señalaron que las razones por las que muchos funcionarios en Washington están convencidos de que el dólar será siempre una moneda atractiva en el comercio mundial son puramente psicológicas y fruto de la reputación del país norteamericano, opina Danílov.
«Es decir, los financistas estadounidenses consideran que EE.UU. tiene la reputación de ser un centro financiero fiable, pero China no. Y probablemente no vaya a tener esa reputación sin las llamadas reformas democráticas», supuso el periodista ruso.
Según esta lógica, el futuro del dólar depende únicamente de la capacidad de Washington de mantener, fortalecer y también invertir los ingresos obtenidos gracias a su posición privilegiada en su propia economía. Sin embargo, los últimos sucesos, incluidas las protestas que azotaron EE.UU. a raíz de la muerte de George Floyd y la propagación del coronavirus, demostraron que en el futuro Washington puede tropezar con ciertos problemas financieros. Sus gastos extra benefician a China, de manera que el país asiático puede continuar fortaleciendo el estatus global del criptoyuan e impulsando su expansión por el mundo sin las trabas puestas por su rival norteamericano, concluye el columnista.
Cortesía de Evgeny Gusev Sputnik
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