La importancia de las remesas para los ingresos en México es innegable. Tan solo en abril de 2020, el flujo de estos recursos se calculó en 2.861 millones de dólares, mientras que en el acumulado de los primeros cuatro meses del año se estima en 12.158 millones de dólares, según el Banco de México (Banxico).
Esto hace a las remesas un mercado atractivo, el cual empresas como Bitso pretenden explotar por medio del uso de criptomonedas. Santiago Alvarado, director de Cross-Border Payments de Bitso, comentó que esta forma de pago podría ayudar a reducir los intermediarios de transferencia de dinero y, con ello, el costo del envío de remesas hacia México.
La misma empresa destacó en una entrevista para Expansión que, entre el 20 y el 26 de abril, más de 42 millones de dólares que llegaron al país por concepto de remesas se enviaron por criptomonedas. Esto, afirma Bitso, representa alrededor de 6% de la cantidad total de las remesas que llegan a México en una semana —un promedio de 715 millones de dólares, de acuerdo con Banxico.
Pese al optimismo, especialistas como Jesús Cervantes González, del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA), afirman que el sector de las criptomonedas tiene poca oportunidadporque se concentra en grupos con ventajas en el manejo de plataformas digitales.
Marcos Daniel Arias Novelo, analista económico de Grupo Financiero Monex, coincidió con esta perspectiva, pues apuntó que este avance depende de muchos factores a mediano plazo, como el éxito en la disrupción tecnológica de nuevos mecanismos de envío de remesas.
«Es un poco natural, sobre todo en actores con acceso limitado a las instituciones formales bancarias, que pueda haber en algún momento un desplazamiento hacia medios como las criptomonedas. […] Pero sí consideramos que, no solamente por la cuestión de la menor regulación, sino por la gran cantidad de iniciativas en este sector, algunas enfocadas hacia nichos de mercado como las remesas, tendrán una mayor participación en el futuro. Aunque, de momento, vemos eso como algo un poco prematuro», comentó.
El experto afirma que más de dos terceras partes de los envíos de remesas a México se realizan a través de transferencias electrónicas, aunque todavía existen personas que utilizan los cheques personales (money orders) y los envíos de dinero en efectivo.
Al respecto, cabe recordar que la mayoría de los beneficiarios de remesas son personas de bajos recursos, lo cual implica un menor acceso a servicios de diversos tipos. Por ejemplo, según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, apenas 40% de las personas en México tienen acceso a una cuenta bancaria, lo que representa el nivel más bajo en América Latina.
Tendencia en los próximos meses
Entre marzo y abril de 2020, las remesas enviadas a México disminuyeron 28,5%, ya que de 4.007 millones de dólares pasaron a 2.861 millones de dólares. El dato de marzo es particularmente interesante, ya que implicó un récord histórico que rompió los primeros pronósticos sobre este tema.
CEMLA, por ejemplo, estimó que el flujo de remesas a México caerá entre 17 y 25% este año, mientras que BBVA México anticipó que entre 2020 y 2021 podría registrarse una caída acumulada de 21% en el envío de remesas debido al aumento del desempleo en Estados Unidos. Para Arias Novelo, estos pronósticos pueden materializarse en los próximos meses.
«Lo que hemos visto en otros países receptores de remesas en América Latina han sido caídas en el orden del 20, 30%. Nosotros esperaríamos que [en México] las remesas, ya sea en mayo o junio, tuvieran una caída alrededor del 20%, considerando que, a pesar de los apoyos gubernamentales [en Estados Unidos], muchos empleos que se están convirtiendo en desempleo permanente tendrán un impacto importante sobre los ingresos y, en el mediano plazo, va a limitar la capacidad en el envío de remesas», resaltó.
Por otra parte, el analista económico de Grupo Financiero Monex explicó que el caso ocurrido en marzo es atípico, pero pudo darse por el aumento del tipo de cambio entre el dólar y el peso mexicano, así como por incremento en el ingreso personal de los hogares en Estados Unidos.
«Esperamos que sí haya una afectación tan pronto como en el mes de mayo, porque la apreciación importante del tipo de cambio ya no va a estar como elemento de incentivo, y porque, a pesar de los apoyos del Gobierno de Estados Unidos, eventualmente la crisis del COVID-19 significa un golpe en el estatus y el ingreso de muchos trabajadores», subrayó.
Mas allá de los aspectos que pueden ser consecuencia directa de la crisis sanitaria, Arias Novelo señaló que la reapertura de la economía en Estados Unidos podría favorecer a la recuperación de industrias como la manufactura o la construcción, los cuales emplean a varios migrantes.
Si bien esto ayudaría a la recuperación del envío de remesas hacia México, el analista económico de Grupo Financiero Monex alertó que en el mediano y largo plazo este indicador puede verse nuevamente amenazado por las normas de inmigración o los cambios generacionales en las familias de migrantes en la Unión Americana.
«Consideramos que las remesas tienen presiones hacia la baja por cuestiones demográficas generacionales, que harán cada vez más difícil que haya crecimientos importantes. Este es un shock muy disruptivo, pero a la larga, vemos una presión por la inercia misma de los flujos migratorios, que mantendrán limitantes sobre el crecimiento», concluyó.
Cortesía de Jorge Cortina Montiel Sputnik
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