La guerra de divisas digitales recrudece con el coronavirus

Después de la grave crisis financiera del 2008 China empezó a sopesar sus opciones para dejar de estar esclavizada al sistema financierista del dólar

La guerra de divisas digitales recrudece con el coronavirus

Autor: Sofia Belandria

La guerra multidimensional de EE.UU. contra China se exacerbó con la pandemia de COVID-19, de la que ambas superpotencias geoeconómicas se culpabilizan de su origen, y escala a una nueva guerra digital entre la criptodivisa libra de Facebook y el lanzamiento experimental del e-RMB por el Banco Central de China en cuatro ciudades.

El proyecto de lanzamiento de la libra, polémica criptodivisa de Facebook —que, por cierto, sufrió fuertes críticas sobre su tiranía digital por los escépticos—, aceleró el programa, que se encontraba en hibernación desde agosto 2019, de la divisa electrónica e-RMB (Renminbi electrónico) de parte del Banco Central Popular de China que acaba de iniciar una serie de pruebas de pagos en cuatro importantes ciudades:

  1. Shenzhen
  2. Suzhou
  3. Chengdu 
  4. y el nuevo suburbio Xiong’an en el sur de la capital Pekín, además de tener contemplado su manejo en las ciudades anfitrionas de los Juegos Olímpicos de invierno de Pekín del 2022.

Quienes hemos visitado China, podemos aducir que las cuatro ciudades fueron seleccionadas con criterio geográficamente estratégico de largo plazo. 

El e-RMB —conocido técnicamente como Pago Electrónico Digital de Divisas (DCEP, por sus siglas en inglés), a no confundir con las criptodivisas—, usa la tecnología de cadena de bloques (blockchain). 

La libra de Facebook respondió a los pocos días el inicio experimental del e-RMB/DCEP y nombró como su primer jefe ejecutivo al israelí-estadounidense Stuart Levey, controvertido zar financiero contra el terrorismo con Baby Bush y Barack Obama. 

Levey se caracterizó por su exagerada dureza contra Irán, Norcorea, Libia y los enemigos de Israel, más que los del propio EEUU. Por demás interesante fue su insólito, cuan contradictorio, nombramiento en 2012 como el principal ejecutivo legal de HSBC Holdings, que fue penalizada por su pantagruélico lavado de dinero de 2013 a 2015, además de haber sido implicada en el fétido blanqueo de los SwissLeaks.

Levey iniciará su ardua tarea en julio, desde Washington, donde confrontará a los «reguladores y políticos de que el proyecto de divisa digital no se transformará en un paraíso para los narcotraficantes y los lavadores de dinero», según Financial Times.

A juicio del FT, un rotativo británico globalista vinculado a los intereses de los banqueros esclavistas Rothschild y su instrumento George Soros, saluda su nombramiento como «un paso importante para que la libra opere en forma independiente de Facebook».

¿Qué tipo de prestidigitación financiera podrá inventar Levey para que la libra opere lejos de los tentáculos de Facebook, una de las joyas geoestratégicas de Silicon Valley, con una capitalización de mercado hoy de 603.610 millones de dólares, y que en fechas recientes se ha alejado de su anterior socio Soros para acercarse al eje de Trump/Netanyahu?

La laxitud financierista de la libra llevó a que Visa, MasterCard y PayPal se salieran del proyecto del estadounidense Mark Zuckerberg. 

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Los reguladores globales, según FT, han orillado a que el controvertido Zuckerberg «se olvide de sus ambiciones de moverse a un sistema totalmente sin permisos, en el que cualquiera puede participar sin el control de ninguna autoridad», como fue la visión original de la polémica criptodivisa bitcóin. 

Después de haber echado fuerte reversa, la Asociación Libra «ahora mantendrá una vigilancia centralizada de los desarrolladores que construyen la red», además de instalar una «unidad de inteligencia financiera», la cual, por desgracia, en Occidente, castiga a los enemigos de sus regímenes y hace la vista gorda a las transacciones mafiosas de sus aliados. 

Levey comentó a FT que la nueva entidad financierista digital «deberá tener el apoyo de EE.UU. en cualquier esfuerzo financiero global», mientras alaba su «necesidad» debido a la pandemia y a su «bajo costo» para las remesas. 

A propósito, Facebook nombró a sus primeros 20 miembros muy controvertidos de su cuerpo de vigilantes «independientes», de corte eminentemente globalista

La retórica escalada de corte electorero de Trump, quien lucha contra los fantasmas necrófilos por su pésimo manejo del COVID-19, ha llevado a cierto tipo de amagos para cobrar multimillonarios daños y perjuicios a China, a quien el secretario de Estado, Mike Pompeo, acusa de haber fabricado y diseminado en forma deliberada el «virus Wuhan», mientras que los funcionarios chinos responden que se trata de una «arma biológica» del Pentágono. 

Pese a que Larry Kudlow, consejero económico de la Casa Blanca, ha desechado la hasta hoy peregrina idea de cancelar la pletórica deuda de EE.UU. a China de 1, 1 billones —¡equivalente al PIB nominal de México!—, Karen Yeung, del South China Morning Post —con sede en Hong Kong y propiedad de Alibaba— comenta el amago de China de reducir su tenencia en bonos del Tesoro estadounidense, lo cual equivale a una «opción nuclear» que estaría llevando los tambores de guerra entre Pekín y Washington a un paroxismo irreversible. 

Después de la grave crisis financiera del 2008 provocada por la deliberada orgía especulativa y parasitaria de Wall Street, China empezó a sopesar sus opciones para dejar de estar esclavizada al sistema financierista del dólar, que es el verdadero poder que todavía le queda a EE.UU. frente a sus dos rivales Rusia y China. 

Ya hace siete años, la prestigiosa Academia China de Ciencias expuso el inicuo bono hegemónico de EE.UU. por solamente imponer unilateralmente el sistema dolarcéntrico y que en ese entonces constituía casi el 10% del PIB global.

Según el China Daily, Pekín teme la «militarización del dólar» como la principal fuerza de la política exterior de EE.UU. y que inflige daños mediante las «punitivas sanciones unilaterales», lo cual ha orillado a China a contrarrestar con la prueba experimental de un sistema comercial de pagos basado en la divisa e-RMB: «Una divisa digital soberana (sic) provee una alternativa funcional al sistema de pagos del dólar y mitiga el impacto de cualquier sanción o amenaza de exclusión tanto al nivel de un país como de una empresa». El DCEP/e-RMB podría también «facilitar la integración en los mercados de divisas comercializados globalmente con un riesgo reducido de una disrupción inspirada políticamente».

Muy angustiado, el rotativo británico The Guardian —muy cercano al megaespeculador George Soros—, comenta que el e-RMB/DCEP será usado para subsidiar el transporte en Suzhou, mientras que en Xiong’an, el experimento se enfocará primariamente en alimentos y menudeo. 

Un as bajo la manga de China que se susurra en los circuitos financieros de Hong Kong y Shanghái es el apuntalamiento del e-RMB/DCEP con las reservas de oro bursatilizadas en el Shanghai Gold Exchange: ¡un renmimbi digital aurífero! 

Un documento del Banco Internacional de Pagos (BIP) —el Banco Central de los Bancos Centrales, con sede en Basilea (Suiza)— alertó desde enero del 2020 el «arribo inminente» de las divisas digitales de los bancos centrales.

Una de las características del nuevo orden mundial pos-COVID-19 será la aceleración de la sociedad sin efectivo y el inicio del fin del inicuo sistema dolarcéntrico, para entrar de lleno en el ámbito de las divisas digitales, en la confrontación de la criptodivisa privada, la libra de Facebook, y el DCEP estatal de China. 

Cortesía de Alfredo Jalife-Rahme Sputnik

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