Las restricciones alimentarias de la religión jaina: la dieta más severa del mundo

La religión jaina nació hace 2600 años en la India hasta convertirse en una de las ideologías más consolidadas del subcontinente

Las restricciones alimentarias de la religión jaina: la dieta más severa del mundo

Autor: Andrea Peña

La religión jaina nació hace 2600 años en la India hasta convertirse en una de las ideologías más consolidadas del subcontinente.

Los jainas no siguen a ningún dios, por lo que se considera a su religión como no teista, al mismo tiempo que su mayor objetivo es alcanzar un estado de iluminación llamado siddha mediante el equilibrio de la mente, la ausencia de oscuridad y, también, seguir la, posiblemente, dieta más severa del mundo. ¿Conocías las restricciones alimentarias de la religión jaina?

La religión que no arranca tubérculos

El concepto de «no-violencia» está muy presente en la religión jaina, la cual se extiende por diferentes estados de la India como Bengala, Karnataka o, especialmente, Gujarat, situado en el sureste del India, lo cual lo convierte en uno de los grandes paraísos vegetarianos de todo el mundo.

El hecho de no atentar contra ningún ente vivo incluye también a las plantas y, como tal, a los alimentos que la naturaleza ofrece. Dando por hecho que la carne no entra de ningún modo en su rutina alimentaria, en lo que respecta a la fruta o las hortalizas, los jainas son de lo más concienciados. Según esta religión, los alimentos como las patatas, tubérculos, zanahorias o cebollas son considerados «tamasic», es decir, perjudiciales para el alma por el simple hecho de implicar el hecho de tener que arrancar sus raíces, por lo que nunca son consumidos. Por otra parte, los champiñones también están vetados, ya que son consideradas verduras parasitarias.

Los jainas tan sólo consumen verduras o frutas que caen de los árboles y que no conllevan la acción de arrancar o, simplemente, forzar el curso de la naturaleza, si bien se privan de ciertos alimentos durante diversas épocas del año.

Respecto a los insectos, los jainas evitan cocinar por las noches, ya que el hecho de encender la luz atrae a diferentes insectos que, al aproximarse a la misma, pueden morir. En templos jainas como los Palitana, en la misma Gujarat, los monjes avanzan hacia sus salas de oración barriendo el suelo con tal de no pisar a los insectos que pudieran cruzarse en su camino.

El mejor ejemplo de confrontación entre corporación y religión llegó tras forzar a cadenas como McDonalds o KFC a abrir establecimiento tan sólo vegetarianos y, en ocasiones, que tratasen alimentos que respetasen la dieta jaina.

Las restricciones alimentarias de la religión jaina confirman, una vez más, la existencia de ciertas ideologías cuyo precio a pagar a cambio de un final libre de pecado pasa por abstenerse en vida de ciertos sabores y alimentos. Todo ello, respetable.

 

Fuente: IM


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