Selección de los rituales fúnebres más curiosos

Patricia Zabala Revello

Selección de los rituales fúnebres más curiosos

Autor: Ángela Barraza

Desde tiempos ancestrales los seres humanos han implementado diferentes formas de despedir a los cuerpos sin vida de sus seres queridos; rituales fúnebres que son característicos de cada cultura y que demuestran profundamente las costumbres y tradiciones más arraigadas, basadas en la espiritualidad y la religión.

Rituales fúnebres que para muchos pueden llegar a ser extraños, perturbadores e incluso macabros, pero que para aquellas culturas que lo practicaron en alguna época, o que lo siguen practicando de manera evidente o secreta, siempre será una manera de ayudar a trascender el alma de los muertos a vidas mejores en las que se respire paz y tranquilidad.

 A continuación presentamos una selección de los rituales fúnebres más curiosos practicados por diferentes culturas del mundo:

Amazonas

Entre gritos, sollozos y actitudes de enfado, la tribu Yanomamö anuncia la muerte de un pariente, y al mismo tiempo el inicio de un ritual. Inmediatamente se incinera al fallecido, pues se cree que la vida es arrebatada por un espíritu maligno que ha sido enviado por un chaman. Las cenizas del cuerpo son guardadas durante un año y posteriormente los familiares las consumen en una sopa para transportar el alma hacia el paraíso.

Irán

Los zoroastrianos consideran que enterrar, tirar al agua o incinerar los cuerpos de los muertos contamina a los elementos tierra, agua, aire y fuego, es por eso que ponían los cuerpos en las torres del silencio, lugares sagrados construidos en la cima de colinas en zonas desérticas lejanas a los centros poblados, y donde los buitres llegaban a consumir la carne de los cadáveres, dejando los huesos allí, los que finalmente eran arrojados en un pozo situado en el interior de la torre. Cuando estos pozos estaban llenos de huesos, los zoroastrianos construían otra torre del silencio.

Filipinas

Los igorotes, conjunto de pueblos que habitan en terrenos de la cordillera central al norte de la isla de Luzón, creían que las almas de los muertos se asfixiaban bajo la tierra, fue por eso que sus ritos fúnebres consistieron en colgar los ataúdes de madera con los cuerpos sin vida en lo alto de los acantilados, o los apilaban en la entrada de las cuevas. En algunos lugares de Indonesia y China también se practicaron estos rituales.

 Papúa Nueva Guinea

Cada vez que en la etnia Ndani muere un hombre que deja atrás a su esposa e hijos, se acostumbra que un sacerdote visite a los parientes del cadáver con el objetivo de cortar alguno de sus dedos, el número de dedos amputados es decisión del sacerdote. El proceso de amputación suele ser bastante doloroso debido a que se usa una cuerda hecha de cáñamo, la que es atada fuertemente al dedo hasta que la piel y el hueso se rompen; posteriormente se hace un collar de cabello humano al que se le colocan los dedos recolectados y se sepulta al cadáver con el collarín al cuello. Este ritual fúnebre era practicado con la idea de alejar al espíritu del cuerpo sin vida.

Madagascar

El grupo étnico Malgache acostumbra, cada siete años, celebrar el Famadihana, un rito fúnebre que consiste en sacar a los muertos de sus tumbas, enrollarlos en nuevos sudarios y llevarlos a danzar. Cuando cesa este baile entre vivos y muertos, los familiares tienen un tiempo para compartir con los cadáveres, acariciándolos o pidiéndoles consejos mediante oraciones secretas. Posteriormente, decenas de personas toman los cuerpos y los lanzan por los aires, guiándolos hacia las tumbas donde serán nuevamente sepultados para así quedar otros siete años en la soledad del descanso eterno.

Australia

 Algunas tribus aborígenes aún practican rituales fúnebres en los que se acostumbra colocar a los cadáveres sobre una plataforma hecha de madera, en la que el cuerpo es cubierto con hojas y ramas y se deja allí hasta que se efectué la descomposición. Cuando las tribus tienen alguna celebración importante, el líquido que escurre del cuerpo podrido es recolectado con el fin de untarlo sobre la piel de los jóvenes, esto con la creencia de que el muerto transmitirá sus buenas cualidades a los vivos. Todos los huesos de los cadáveres son pintados con el tinte rojo de una sabia, después, algunos son depositados en una cueva y otros son utilizados por los familiares de los difuntos como adornos para recordar por siempre a sus seres queridos.

  Tibet

El “entierro celestial” es un ritual budista tibetano que parte de arraigadas costumbres religiosas. Este ritual fúnebre es inaugurado por un sacerdote, quien con un hacha ceremonial corta, en trozos pequeños, el cuerpo del difunto. Después, estos son abandonados en lugares especiales para que sean encontrados por animales, especialmente aves. Este ritual se realiza debido a que los budistas creen que el cuerpo sin vida es como una cascara vacía y al ser ofrecido a otras formas de vida puede estar en contacto con los ciclos de la naturaleza.

 Indonesia

La etnia Toraja realiza diferentes rituales dedicados al culto de los antepasados, es por eso que cuando alguien muere no se le considera muerto hasta que se realiza el funeral sino que es considerado como un enfermo. Los funerales duran una semana y el último día los ataúdes se colocan en profundos huecos dentro de cuevas. Dependiendo de la disponibilidad económica de los familiares, algunos difuntos pueden tener fuera de la cueva una figura tau tau fabricada en madera, esta escultura debe ser muy parecida al difunto y además ser fabricadas en tamaño real.

 India

Los Aghori son una secta hindú que realizan prácticas religiosas y que viven en extrema meditación y espiritualidad. El canibalismo es una de las practicas más efectuadas, pues se cree que el consumo de carne humana confiere poderes sobrenaturales y beneficios físicos que pueden evitar la vejez. Los Aghori consumen la carne cruda de los muertos que flotan en el rio Ganges, y suelen beber el agua del rio usando cráneos, creyendo firmemente que otorga poderes mentales superiores.

América del Norte

La construcción de totems de madera con atributos de animales y elementos de la naturaleza fue una costumbre muy arraigada de los Haida, una nación indígena de América del Norte. Los Haida realizaban rituales fúnebres muy particulares, pues debajo de los tótem cavaban una fosa común para los cadáveres ya sin entrañas, pues éstas eran colgadas sobre la construcción de madera con el fin de atraer animales  salvajes, quienes avisarían al mundo de los muertos la llegada de los difuntos.

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