Los partidos de fútbol se acaban convirtiendo en más que eso, son grandes acontecimientos para los aficionados, que lo viven al límite. El fútbol se lleva en el corazón, en la cabeza y se lleva a cualquier parte. El fútbol une a padres e hijos, a familias, a amigos, por un sólo sentimiento. Sin embargo algunos de esos momentos que deberían ser felices se acaban convirtiendo en tragedia, en una historia sangrienta. Avalanchas y peleas que han hecho que muchas personas inocentes pierdan sus vidas y no puedan volver a ver el fútbol, el de verdad.
LOS ACCIDENTES EN IBROX PARK
Hay una gran leyenda negra a la que se van sumando nuevas manchas, tragedias que han provocado cambios en las normativas del fútbol, cambios insuficientes ya que hoy en día sigue escribiéndose una historia triste sobre el deporte rey. La primera gran tragedia que se conoce fue en 1902, en un partido entre Escocia e Inglaterra en el Ibrox Park de Glasgow. Quizás sea la más recordada, ya que hubo varios incidentes en el mismo sitio.
El 5 de abril se derrumbó la tribuna oeste por unas fuertes lluvias del día anterior, lo que provocó la caída de cientos de seguidores desde más de diez metros. Exactamente murieron 25 personas y unas 517 resultaron heridas. ¿La culpa? De la estructura que soportaba la gradería. Estaba fabricada en madera sostenida por un marco de vigas de acero. El suceso provocó un cambio en las normativas de los estadios, esos marcos fueron quitados y sustituidos en todo Reino Unido por gradas con el apoyo de movimientos de tierra o hormigón armado.
En el mismo lugar hubo otro gran incidente que siguió desarrollando la normativa. Era el 2 de enero de 1971 y se jugaba un partido entre el Celtic F.C y el Rangers F.C, cuando decenas de seguidores cayeron al suelo por la escalera número 13. ¿La culpa? La aglomeración de aficionados. Esta tragedia provocó la muerte de 66 personas, entre ellas muchísimos niños, y más de 200 aficionados heridos. La mayoría de las muertes fueron por asfixia y aplastamiento. tras eso, se reformó completamente el estadio y sus asientos, y se limitó la capacidad a 44.000 personas.
El desastre además impulsó al gobierno de Reino Unido a realizar varios estudios de seguridad, así que en 1972 tras una larga investigación, se constituyó la Guía de Seguridad en un Estadio de Fútbol, publicada en 1973.
EL PRIMER DRAMA DEL FÚTBOL INGLÉS
Era el año 1946, encuentro entre el Bolton y el Stoke City. Estaba el partido en marcha cuando empezaron a pegarse entre aficionados provocando unas peleas multitudinarias que acabaron con la vida de 44 personas y 500 heridos. Hubo además un exceso de aforo en el estadio, la gente se chafaba una a otra intentando huir. Como consecuencia se llevaron a cabo varias conferencias sobre la concesión de licencias y la regulación en los campos de fútbol, creando una ley o código para inspeccionar los terrenos.
UNA PESADILLA ARBITRAL EN PERÚ
Sin embargo, ninguno de estos accidentes fue como el que ocurrió en 1964 en Lima, en un encuentro entre Perú y Argentina para la clasificación final en las Olimpiadas de Tokio. El Estado Nacional estaba lleno y ganaba Argentina cuando Perú empató en los últimos minutos, pero el árbitro acabó anulando el gol, lo que provocó el estallido de los aficionados, saltando al campo para agredirlo.
El suceso desató la ira entre todos los aficionados dando lugar a una batalla campal con palos y navajas que ni la policía con gas lacrimógeno pudo detener. Cientos de personas intentaron escapar, algo que no fue posible porque las puertas estaban cerradas por la propia policía en un intento de calmar a la gente y que volviesen a sus asientos. Pero esto no fue así. Murieron 312 personas, entre ellos ancianos y niños. El comandante de la policía Jorge de Azambuja, fue señalado como el culpable.
Yo ordené lanzar bombas lacrimógenas a las tribunas. No puedo precisar cuántas. Nunca imaginé las nefastas consecuencias.
Muchas personas pudieron salir del estadio y en una expresión de rabia saquearon comercios, generando más peleas entre hinchas y la policía. A raíz de este incidente se llegó a un acuerdo para elaborar un sistema de evacuación y de emergencia para que no volviese a ocurrir.
LA ‘PUERTA 12’ DEL MONUMENTAL
El 23 de junio de 1968, se produjo la mayor tragedia en el fútbol argentino. Se jugaba el clásico más esperado, River Plate y Boca Juniors en el campo del Monumental, estaban todas las entradas agotadas. Sin embargo lo que debió ser una fiesta se convirtió en una pesadilla. La Puerta 12, la de los aficionados de Boca estaba cerrada, no podían salir, lo que provocó una avalancha. La presión de la multitud terminó con la vida de 71 aficionados, la mayoría de ellos menores de edad.
Las causas siguen hoy en día sin estar explicadas, nunca se supo quiénes fueron los culpables y lo único que hubo fue la recaudación de miles de dólares por parte de la Asociación del Fútbol Argentino para las familias de las víctimas, pocas consecuencias para una tragedia así. Los cambios normativos no llegaron hasta más adelante ya que Argentina vivía en ese momento en una dictadura militar. Miguel Durrieu, uno de los supervivientes explicó cómo fue el episodio:
En un principio era una avalancha normal, pero después se acrecentó. Iba por el aire, sin tocar el piso. Algo empezó a salir mal. La avalancha se detuvo. Cada vez estaba más apretado. Había gritos de pánico, de mucho miedo. La gente que estaba abajo quería subir. Estábamos uno arriba de otro bajo una terrible presión que no dejaba respirar. Me caí y después me desmayé. ¿Cuál fue el motivo de la tragedia? Nunca lo conocí. Yo me salvé de milagro. Quizá gracias a la gente que me ayudó porque era el más joven de todos y porque la avalancha se detuvo cuando yo estaba en un recodo de la escalera. Apenas tenía 14 años. Nunca más fui a ver a Boca.
UN GOL MALDITO EN LUZHNIKÍ
Llegó la década de los 80, unos años de varios sucesos fatídicos para el deporte rey, la mala racha empezó en Moscú el 20 de octubre de 1982, en un partido entre el Spartak de Moscú y el HFC Haarlem en el Estadio Central de Lenin, ida de los dieciseisavos de final de Copa de la UEFA. Todo estaba muy tranquilo, ese día no fueron muchos aficionados al campo ya que hacía además mal tiempo, por lo que se cerraron casi todas las puertas.
Los aficionados al ir perdiendo iban saliendo de forma tranquila y ordenada por la única puerta abierta que había, pero 20 segundos antes del pitido final metieron un segundo gol y la gente que salía volvió a entrar corriendo a ver lo que había pasado, chocándose así con los que estaban saliendo, mientras que la policía interrumpía el paso. Esto provocó una avalancha y la caída de miles de personas, aumentando el número de fallecidos a 300.
Años después y con la investigación terminada, se modificó y se mejoró la seguridad y las instalaciones del estadio hasta el punto de obtener cinco estrellas por parte de la UEFA. No querían que volviese a ocurrir algo similar.
ATRAPADOS EN EL INFIERNO DE VALLEY PARADE
Corría 1985, uno de los peores momentos del fútbol, exactamente el 11 de mayo en el Estadio de Valley Parade en Bradford, en el cual se disputaba el último partido de Liga entre el Bradford City y el Lincoln City. Poco antes de la primera mitad del partido se originó un incendio en la tribuna principal, la gente intentaba escapar entre las llamas pero las puertas estaban cerradas. Murieron 56 personas y 265 resultaron heridas en aquel infierno. Años después se supo que el origen fue un cigarrillo mal apagado que se quedó entre la basura que había bajo los asientos y la madera de las gradas, que avivó el fuego.
Los cambios en las normativas no llegaron hasta años después. Las autoridades británicas decidieron la aplicación de una nueva legislación que combatiera la inseguridad y los actos vandálicos en los recintos deportivos. Además este accidente ha servido para que en estos últimos años varios campos de fútbol, como por ejemplo el Camp Nou, prohibiese fumar en las instalaciones.
HEYSEL Y HILLSBOROUGH, LAS TRAGEDIAS QUE CAMBIARON EL RUMBO DEL FÚTBOL
Aún conmocionados por los fallecidos en Bradford, los británicos tuvieron otro incidente trágico en el fútbol en Bruselas. El 29 de mayo de 1985, Juventus y Liverpool se enfrentaban en el Estadio de Heysel en la final de la Copa de Europa. Miles de aficionados viajaron hasta Bruselas para alentar a los suyos en una noche mágica. Pero desde primera hora de la mañana, los radicales de ambos equipos estaban fastidiando la fiesta del fútbol, hasta en el momento del partido, cuando un grupo de hooligans atacó a otro.
Los hinchas ingleses derribaron las vallas que separaban a ambas aficiones y aquello se convirtió en una guerra. Palazos, navajazos, botellazos y agresiones de cualquier tipo que acabaron con la vida de 39 personas. La imagen del fútbol europeo quedó destrozada y la FIFA se puso manos a la obra realizando cambios normativos. Desde ese incidente se redujo el aforo de los estadios. La UEFA sancionó a los clubes ingleses sin poder disputar competiciones europeas durante cinco años, y les obligó a tomar severas medidas para frenar la violencia de sus aficionados radicales.
El Liverpool FC fue sancionado con 10 años sin poder participar en competiciones europeas, aunque posteriormente le fue rebajada la sanción a seis años. Dicha prohibición de participar en competiciones internacionales perjudicó económicamente a los clubes, que perdieron ingresos tanto por venta de entradas como por publicidad, patrocinio y derechos televisivos.
A pesar de todo ello, el gobierno británico no tomó severas medidas hasta cuatro años más tarde, con la siguiente tragedia, en la que dictó la «Football Spectators Act» y el «Informe Taylor» para erradicar el fenómeno del «hooliganismo» y mejorar la seguridad en los estadios.
Cuatro años después la desgracia volvió a por los ingleses el 15 de abril de 1989, en el estadio de Hillsborough, donde se disputaba las semifinales de la Copa de Inglaterra entre el Liverpool y el Nottingham Forest. Ese día hubo muchos problemas de tráfico y por la gran cantidad de aficionados que intentaban entrar en el campo, además de que el radicalismo estaba muy extendido. El siguiente problema que apareció fue cuando una vez en el estadio, al Liverpool, cuya afición era más numerosa, se le asignó el fondo con capacidad para 14.600 espectadores, mientras que los hinchas del Nottingham fueron situados en el otro fondo, con capacidad para 21.000 personas.
Esto provocó el malestar de los aficionados que sólo hacían que provocarse, fue entonces cuando la Policía tomó la decisión fatal: abrir la puerta y permitir la entrada incontrolada de los hinchas. En ese instante la gente corrió para ver el partido y no perderse nada y fueron al sitio más accesible, detrás de la portería. La estructura del estadio y el exceso de aforo se convirtieron en una trampa mortal de la que 96 víctimas no pudieron escapar al quedar aplastadas contra las vallas. Steven Gerrard tenía a su primo en el estadio de fútbol.
Fue un momento difícil saber que uno de mis primos fue al partido y estaba entre los fallecidos. Ver el dolor de su madre me ha convertido en el jugador que soy hoy.
Esta tragedia sirvió como un punto de inflexión, en el que se dictó la «Football Spectators Act» y el «Informe Taylor». El 12 de septiembre de 2012, una comisión de investigación independiente publicó una resolución por la que se deduce que la policía fue la más directamente responsable de la seguridad del estadio aquel día y, por lo tanto, la culpable de la tragedia.
EGIPTO SIGUE DE LUTO
Con la entrada al siglo XXI y con todos los cambios realizados por todas estas tragedias, este siglo ha sido mucho más tranquilo. Han habido tragedias pero muy pocas han servido como punto de inflexión para cambiar las normas en los estadios y en el fútbol. Las últimas que han servido para introducir los últimos cambios han sido la Tragedia de Puerto Said y El Calderón.
El 1 de febrero de 2012 en el Estadio de Puerto Saíd, el partido ya había finalizado cuando varios seguidores saltaron al campo para agredir a los jugadores que habían perdido, arrojándoles botellas, piedras y con cuchillos en la mano. Este hecho provocó la muerte de 74 personas y cerca de 1.000 personas heridas.
Con esta tragedia el Gobierno egipcio no se lo pensó dos veces, ya que el primer ministro, Kamal Ganzouri, decidió disolver la Federación Egipcia de Fútbol, según comunicó al Parlamento durante una reunión de emergencia tras los incidentes. También se destituyó al gobernador de la ciudad, donde se disputó el encuentro. Además decidió suspender las actividades deportivas de forma indefinida y anunció que sus equipos no volverán a jugar en los próximos cinco años en Puerto Saíd.
EL FRENTE ATLÉTICO VUELVE A MANCHAR AL CALDERÓN
En España hemos vivido este año una situación muy fea en nuestro fútbol, entre los ultras del Atlético de Madrid y del Deportivo que quedaron horas antes del partido para pegarse y provocar una batalla campal alrededor del estadio. Decenas de heridos y detenidos y una persona asesinada fueron las consecuencias del radicalismo.
Años anteriores ya han habido casos así como el de Aitor Zabaleta, el seguidor de la Real Sociedad que recibió una puñalada en el corazón cuando estaba con su novia junto al Vicente Calderón antes de un partido contra el Atlético de Madrid, lo que ha hecho que la LFP tome medidas en contra de los ultras prohibiéndoles entrar en los estadios así como cualquier afición que haga cánticos violentos o que puedan ofender serán denunciados. Al principio parecía una broma pero no, estadios como el Bernabeu, Camp Nou, Atlético de Madrid y Valencia ya han recibido los avisos oportunos por cánticos violentos.
Es innegable que habido un aumento en las medidas de seguridad tanto en el exterior como en el interior de los estadios de fútbol, y cada vez es mas difícil que alguien se deje la vida en un campo por violencia o por avalancha. Sin embargo, no debemos olvidar aquellos países que no tienen los recursos suficientes y pueden hacernos recordar otra vez aquellas tragedias. Por tanto, estamos en la obligación de actuar siempre de manera responsable para mantener al fútbol vivo.
por Ana Ribas en Fotbolia