Leo Messi disfrutó en uno de los bancos de suplentes del Bernabéu cómo sus compañeros iban engrosando el marcador en el clásico ante el Madrid el pasado sábado. El argentino ha expresado que «forma parte de un gran equipo que puede funcionar sin él» y en el que «le corresponde el papel de guinda del pastel». Sabe que en el Barça va a seguir ganando títulos colectivos e individuales. Por eso su inquietud es otra.
Su máxima preocupación ahora es Argentina. Así lo confesó a un compañero en el vuelo de regreso de Madrid a Barcelona. A Messi le falta un título en su palmarés: el de campeón del mundo. Y desde ahora piensa en ese objetivo. Quiere hacer todo lo humanamente posible por conducir a Argentina a la fase final del Mundial de Rusia 2018 para abordar allí un viejo anhelo.
Para llegar a aquel objetivo aún queda un largo trayecto que incluye una eliminatoria, la Copa América del Centenario en Estados Unidos, los Juegos Olímpicos de 2016 en Rio de Janeiro y sus compromisos con el Barcelona.