No sirvieron los chamanes y las maldiciones. Ni siquiera la ventaja futbolística y en el marcador que por momentos tuvo el cuadro incaico que cayó en el desorden cuando Cristian Cueva se hizo expulsar tontamente en el primer tiempo.
Más allá de las circunstancias del partido, la selección chilena volvió a demostrar una evolución mayor, la que muchos le adjudican al español Juan Manuel Lillo, el nuevo mentor de Jorge Sampaoli que le enseño a renunciar al vértigo Bielsista para aprender a leer los partidos de acuerdo a las circunstancias y el rival. Y si a eso se suman rendimientos individuales extraordinarios como los de Alexis Sánchez, Jorge Valdivia y Eduardo Vargas, la suma resulta perfecta.
Fue un 4 a 2 que perfectamente pudo ser más amplio. Chile dio una exhibición de buen fútbol sin extirpar el sufrimiento. Porque en el principio de partido y hasta la tarjeta roja de Cueva -expulsado por una agresión con balón a Jorge Valdivia que advirtió el argentino Néstor Pitana- el elenco del Rimac dominó y fue un dolor de cabeza.
Alexis Sánchez, gravitante como siempre abrió la cuenta a los ‘7 pero Jefferson Farfán -la gran figura peruana- empató de vuelta a los ’10 en una de las fallas defensivas del visitante. Allí llegó la expulsión -minuto 23-y Chile, lejos de entrar en la desesperación comenzó a rotar inteligentemente el balón. Incluso, el penal del mismo Farfan no cambió la idea. Y hubo resultados.
Porque el tocopillano andaba encendido y se vistió de habilitador para dejar en gran posición a Valdivia, quien encontró sólo a Vargas para empatar en una jugada de fútbol bien urdida en los ’40. Y después, en otra maniobra de juego asociado y rápido, el mismo Sánchez efinió para silenciar el recinto limeño a los 44’.
Había que liquidar y en el segundo tiempo, apenas comenzado, una gran corrida del «Niño Maravilla» encontró a Eduardo Vargas en solitario, que definió como ante España en el mundial de Brasil, dejando al golero rival desparramado en el suelo y sellando una victoria que pudo alargarse en los pies de Mark González en al menos dos ocasiones. Corrían los ’48.
El descuento de Paolo Guerrero en los descuentos sólo puso un poco menos de holgura para un local que cayó en sus propios errores. Chile es puntero, tiene a los goleadores de la zona y un fútbol que engalana las clasificatorias.
El próximo desafío es en noviembre, donde el 12 se enfrentará en Santiago a Colombia -sin Marcelo Díaz, suspendido por acumulación de tarjetas amarillas- y Uruguay, el otro puntero del continente -junto a Ecuador- el día 16, en el Centenario. Nuevos retos para un equipo que sigue demostrando que está en la cúspide del fútbol sudamericano.