Este domingo se jugaba un nuevo partido del Campeonato Nacional entre la Universidad de Chile y la Universidad Católica. El encuentro se disputó en el estadio Ester Roa ubicado en Concepción y hasta casi finalizar el primer tiempo, todo iba normal.
El marcador marcaba el 0 a 0 entre ambas escuadras cuando cerca del minuto 32 un grupo de personas ingresó al sector de tribunas del recinto para comenzar a provocar incidentes en contra de los hinchas y los jugadores.
Fuegos artificiales, petardos y bengalas fueron lanzados por los barristas hasta el césped, estallando uno de estos cerca del cuarto árbitro, Diego Flores, que quedó resentido tras esto. Además, las imágenes muestran que estas mismas cayeron a solo metros de donde reposaban el cuerpo técnico y jugadores de los dos clubes.
La directora de Estadio Seguro, Pamela Venegas, manifestó su preocupación por las condiciones en las que se buscó desarrollar este evento y responsabilizó a Azul Azul, que son quienes lo organizaron. «Todo el rigor de la ley para las personas que provocaron esto, hay que hacer una evaluación de los detenidos y los heridos; el organizador está totalmente sobrepasado», fue lo que comentó.
Luego de que sucediera esto, un grupo de hinchas detuvo a uno de las personas que realizó los desmanes lanzándolo sobre uno de los toldos de acceso a la cancha y siendo posteriormente detenido por personal policial.
El medio ADN.cl mostró como minutos después era detenido y trasladado un supuesto funcionario de Gendarmería que también habría sido parte de los incidentes provocados en la tribuna.
Antes de que se iniciara la nueva fecha, la barra oficial de los azules denunciaba en sus redes sociales que las autoridades locales no dejaron ingresar banderas y bombos que, según cuentan, les costó meses poder financiar.
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