Cuatro jóvenes futbolistas holandeses fueron condenados por la muerte de Richard Nieuwenhuizen, un juez de línea de 41 años a quien golpearon en diciembre de 2012.
La sanción, anunciada por la Federación de Futbol Holandesa (KNVB) fue expulsarlos de por vida de toda competición.
El Director de la Sección no profesional de la organización deportiva, Jan Dirk Van Der Zee declaró lo siguiente:
“Este trágico incidente queda para siempre como parte del fútbol holandés, trabajemos para que algo así nunca vuelva a suceder”.
El incidente ocurrió en un partido del “Buitenboys B3”, un club de futbol juvenil ubicado en Almenere, al noroeste de Holanda que se enfrentaba al “B1 de Nieuw-Sloten”.
El partido tuvo que ser detenido por varios episodios violentos, y a pesar de que no hubo polémicas arbitrales, el juez de línea recibió una patada en la cabeza y tres en el abdomen, lo que ocasionó que fuera trasladado al hospital y falleciera al día siguiente, pese a que había logrado salir del campo por su propio pie.
En el momento del crimen, los chicos contaban con edades de entre 15 y 17 años, por lo que la justicia los condenó en 2013 a dos años de prisión.
Uno de los jóvenes quedó suspendido “solamente” cinco años por reconocer su responsabilidad y mostrar arrepentimiento.
Además, el padre de uno de los inculpados que también fue señalado como responsable recibió seis años de prisión en aquel momento.