Ganó un Balón de Oro en el 2001 y formó parte de los famosos «galácticos» del Real Madrid, pero en sus más recientes revelaciones a BT Sports, Michael Owen ha dejado boquiabierto a más de un fanático: «No veía el momento de retirarme».
El delantero relató que había entrado en un estado mental que le hacía dudar de sus capacidades. Según recoge AS, por su cabeza solo se paseaba el deseo de que llegara el momento de dejar el fútbol.
“Y lo peor es que mis instintos me decían que hiciera lo de siempre. Nací para ser futbolista”, dijo, tratando de explicar que las razones fueron las lesiones, una constante a lo largo de su carrera deportiva y que, incluso, cambiaron su manera de jugar y de ver el fútbol.
«Entré en un estado mental en el que ni siquiera estaba en condiciones de hacer un remate al arco. Entonces me escondía, me metía en zonas de la cancha en las que normalmente no me pondría”, relató.
Este calvario de pesadillas ocurrió durante seis o siete años, tiempo en el que “odié el fútbol y no veía el momento de retirarme”, confesó.
“Cuando me lesioné los aductores por primera vez se acabó todo para mí. En los últimos siete años de mi carrera me transformé. Hasta me horrorizaba la idea de rematar cuando tenía posibilidades”, agregó.
Registro personal
De acuerdo con Clarín, Owen jugó en el Liverpool inglés y marcó 158 goles en 297 partidos, ganó dos Curling Cup, una FA Cup, una Community Shield, una Copa UEFA y una Supercopa de Europa.
Con el Real Madrid marcó 16 tantos en 45 encuentros. En el Manchester United terminó con 17 conquistas en 52 juegos. Allí conquistó su primera Premier League, además de otros tres títulos.
En Newcastle metió 30 goles en 79 partidos y en el Stoke finalizó con apenas un tanto en nueve encuentros.
Participó en tres Copas Mundiales: Francia 1998, donde marcó un gol contra Argentina; en Corea Japón 2002 y en Alemania 2006. Disputó además dos Eurocopas (2000 y 2004).
“The Golden Boy”, como también se le conocía, se retiró de manera oficial del mundo futbolístico en 2013.