Donald Trump «influenció» con amenazas la candidatura al Mundial 2026

Estados Unidos logra adjudicarse la organización del evento futbolístico más grande del planeta con un prometedor incentivo, nada más y nada menos que 14.000 millones de dólares en ingresos

Donald Trump «influenció» con amenazas la candidatura al Mundial 2026

Autor: Pedro Pérez

¡Es oficial! Tres países de América del Norte acogerán la Copa Mundial de Fútbol 2026: México, Canadá y Estados Unidos, una trilogía que llegó sin sorpresas para la comunidad futbolera, luego de que la FIFA así lo anunciara el pasado miércoles, previo al inicio de Rusia 2018.

A diferencia de México, anfitrión favorito de este evento, Estados Unidos llega a este Mundial por la vía coercitiva y con un jefe de Estado cuyo mayor interés es, indiscutiblemente, el negocio. Hablamos de Donald Trump.

El candidato más sonado era Marruecos, pero solo obtuvo 65 votos de 203 participantes, mientras que la candidatura conjunta norteamericana recibió 134. La decisión fue tomada durante el 68.º Congreso de la FIFA, reunido en Moscú, Rusia, país anfitrión de la actual Copa del Mundo y una de las naciones a las que el mandatario gringo busca demostrar que también «tiene con qué».

Sí, es la primera vez que tres países acogen un Mundial de forma simultánea. De hecho, la gala inaugural se efectuará de forma conjunta. Esto representa todo un reto para Canadá, que debuta en este evento internacional, y también para México y Estados Unidos, que se han visto en los últimos tiempos bajo situaciones de tensión por las amenazas de Trump.

Para el presidente estadounidense, este Mundial está bastante alejado de su realidad política y su permanencia en la Casa Blanca. Sin embargo, después de haber «presionado» en abril a la FIFA y a algunos países sobre el apoyo a su candidatura de cara al Mundial 2026, tuiteó su beneplácito por la elección de este miércoles: “Estados Unidos, junto a México y Canadá, acaban de conseguir el Mundial. Felicidades – ¡fruto de mucho trabajo!».

Contradicciones

Paradójicamente, la candidatura norteamericana pudo captar 11 votos de las federaciones de África, a quienes en meses pasados había advertido que estaría «observando muy de cerca» el proceso de elección para los próximos Mundiales.

A pesar de que México ya ha albergado en dos ocasiones el Mundial (1970 y 1986) y Estados Unidos lo hiciera en 1994, la Copa del Mundo del 2026 ajugará 60 partidos en suelo gringo, de un total de 80, lo que representa una cifra impositiva de 75% sobre los otros dos países organizadores.

Justificaciones y complicidad

Ahora bien, Estados Unidos incursiona en un evento deportivo  muy rentable desde todos los puntos de vista, y es allí adonde ha apuntado Donald Trump. Hay un prometedor incentivo, nada más y nada menos que 14.000 millones de dólares en ingresos, una cifra que pudo convencer a los votantes.

Otra razón sería que, en el terreno de la logística para este Mundial, el camino ya está ganado, pues los países involucrados no tienen que abocarse a costosas obras de construcción, ya que cuentan con un apresto de 16 estadios de alto nivel.

La propuesta de esta triple alianza  también proyecta que una Copa del Mundo en América del Norte generaría una actividad económica por más de 5.000 millones de dólares a corto plazo, incluyendo la creación de 40.000 puestos de trabajo, apunta El Tiempo.

De acuerdo con este medio, los candidatos proyectan que se venderán unos 5,8 millones de boletos, lo que generará ingresos por más de 2.000 millones de dólares.

¿Corrupción o tráfico de influencias?

Un trabajo especial del diario El Nuevo Herald señala que el triunfo de EE. UU. indica que la dirigencia del fútbol no tiene complejo alguno en congregarse para un Mundial en un país cuyas autoridades han demostrado su disposición de encarcelar a jerarcas deportivos corruptos tras pesquisas encubiertas.

Sobre este particular, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, que ya había dado por muerta la organización que representa, dijo: “Cuando nos ayudan en la lucha contra la corrupción, desde luego que estamos complacidos”. Tales declaraciones estarían tratando de lavar la mancha de corrupción que arrastra el organismo y una supuesta “transparencia total” de la que ahora presume.

El bloque norteamericano acaparó casi todas las adhesiones del continente, con la salvedad de Brasil y la abstención de Cuba. Francia e Italia, por su parte, fueron las grandes potencias del fútbol que respaldaron a Marruecos. Puerto Rico figuró entre los miembros de la FIFA que se abstuvieron de votar por recomendación del organismo, ante un potencial conflicto de intereses.

El dirigente de la federación de Camerún, Kevin Njomo, aseveró que “si hubiera sido solo Estados Unidos, creo que Marruecos hubiera ganado (…) Pero creo que al final la ventaja estaba en que el Mundial será más rentable en Estados Unidos y es un mundo capitalista”.

Antecedentes

Anteriormente, el presidente Donald Trump apeló a la persuasión desde su red social favorita, donde advertía que  «EE. UU. Ha preparado una oferta FUERTE con Canadá y México para la Copa del Mundo de 2026. Sería una pena que los países que siempre apoyamos hicieran lobby contra la oferta de los EE. UU. ¿Por qué deberíamos apoyar a estos países cuando no nos apoyan (incluso en las Naciones Unidas)?»

El mensaje obtuvo una respuesta casi inmediata y hasta maniquea por parte de su homólogo de México,  Enrique Peña Nieto, quien escribió en su cuenta Twitter:

Con el paso del tiempo, toda esta historia pudiera demostrar las nuevas formas de injerencia de Estados Unidos sobre gobiernos de países candidatos a un Mundial y de cómo los actores de la política imperial y los organismos rectores de eventos tan emblemáticos como la Copa Mundial de Fútbol manchan y desvirtúan “el deporte rey”, cambiando las reglas del juego a placer y moviendo sus fichas bajo sus intereses económicos.


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