Universidad de Chile volvió a caer en el estadio Monumental ante un Colo Colo que sigue como líder y mostró su categoría. Pero el tema tras el Superclásico es el penal que los azules tuvieron a favor cuando dominaban -como en casi todo el partido- y que pudo dejar una igualdad en el marcador. En el juego de declaraciones de la semana, el portero Johnny Herrera había asegurado que en caso de existir una pena máxima sería él quien debía ejecutarlo ante la ausencia del goleador Gustavo Canales en el equipo. No obstante, ante la sorpresa de todos, el que disparó fue Patricio Rubio, de manera casi displicente y propiciando una fabulosa atajada del golero albo Justo Villar.
Allí surgió el segundo capítulo del partido más importante del fin de semana. Porque hace unos meses, el mismo Rubio había sido separado del plantel por el entrenador uruguayo, aduciendo a que tenía poco compromiso con los entrenamiento. Es más, hasta dejó claro que el goleador retornaba al club por decisión de Azul Azul y no por petición personal en la lista de refuerzos.
Más allá de «la farra» azul en el Monumental, la polémica quedó desatada pese a que Rubio no se refirió al tema. Sí lo hizo Johnny Herrera quien lejos de solidarizar con su compañero aseguró que «Hay un cuerpo técnico que decide. En la charla se decidió que Rubio pateara. Para la próxima agarro yo la pelota y le pego yo», precisó el arquero de los laicos.
Martín Lasarte, cuestionado y con un pie y medio fuera del cuadro laico no anuncia su salida pero la decisión de dejar que Rubio, a quien reintegró al plantel hace poco disparara la pena máxima lo condenó frente a los hinchas de la «U». Las contrariedades del puesto de entrenador a veces suelen marcar su salida de equipos donde se exige ganar cada fin de semana.