Hace más de un año, el mundo del motociclismo quedó aturdido con el retiro de Elena Myers, la gran promesa femenina estadounidense. Ella acusó que dejaba la competencia por falta de patrocinios. Un motivo más que sospechoso, ya que había alcanzado gran popularidad. En 2010, con 17 años, se había convertido en la primera mujer en ganar una carrera en el AMA Pro Racing, en Supersport, y Suzuki le ofreció un test con su Moto GP.
Pero todo cobró sentido con una publicación de Philadelphia Magazine que la tiene como protagonista: un año después de abandonar su corta pero exitosa trayectoria deportiva, Elena Myers confesó que fue por un traumático abuso sexual sufrido en septiembre de 2014.
Todo comenzó con una caída en una carrera en New Jersey, que le provocó un gran golpe en la rodilla y un intolerable dolor en la espalda. Para amenizar su lesión, contrató a un fisioterapeuta. El especialista acudió al Hotel Loews de Philadelphia donde alojada estaba con su madre.
«Después de la última carrera de 2014, fui agredida sexualmente por un masajista terapéutico en el spa del Hotel Loews de Philadelphia. Informé de la agresión a varios empleados del spa y del hotel, pero nadie me ayudó. Este artículo, que sale hoy en Philadelphia Magazine, es un comienzo para compartir la dolorosa verdad sobre lo sucedido durante y después de la agresión», indicó la ex piloto en esa publicación.
En la publicación, Elena explicó cómo fue aquella terrible experiencia que transformó su vida en un calvario: «Comenzó a tocarme los genitales por encima de la ropa interior y a apretarme las nalgas. Me quedé en shock. Él era mucho más grande que yo y no quería que fuera a más. Fue terrorífico.»
El abusador fue Jerome McNeill, quien tenía varios antecedentes penales: había sido acusado por un caso idéntico al de Myers en 2007 y ya había sido detenido como presunto autor de una violación de una niña de 12 años, pero salió de esa acusación sin cargos por la desaparición de un testigo fundamental del caso.
El ataque sexual de McNeill cambió radicalmente la vida de Elena. «Solía ser una persona muy feliz. Muy extrovertida, nunca había tenido problemas. Entonces me convertí en una persona asustada. Tenía ataques de ansiedad. No era algo propio de mi carácter. Ahora mismo no tengo ganas de volver a las motos, pero eso puede cambiar», relató la ex motociclista, que no acudió a la Policía al momento del abuso sexual, pero cambió de parecer al enterarse que no era la única víctima del masajista.
Tras revelarse el caso, los seguidores y colegas de Elena Myers la llenaron de mensajes de ánimo y hasta le han ofrecido asistencia.