Mientras el San Pablo de Brasil entrenaba de cara al próximo partido del Brasileirao, cientos de ultras «independientes» invadieron el campo para increpar a jugadores y directivos.
Mientras el uruguayo Diego Lugano y Maicon intentaban calmar a su afición, los futbolistas Michael Bastos y Wesley fueron insultados y agredidos con golpes de puño.
El grupo de violentos había organizado el ataque un día antes por internet. A pesar de que la seguridad del club ya estaba advertida, no pudieron controlar la situación.
La protesta fue llevada a cabo por un sector de la barra brava «independiente», quienes acusan a la directiva de corrupción y a los jugadores de holgazanear ymanchar la historia del club.
Maicón, capitán del tricolor, y Diego Lugano (con 35 años, el más veterano de la plantilla) intentaron calmar las aguas en la puerta del centro de entrenamiento, pero no lo consiguieron.
Además de agredir físicamente a sus jugadores, los fanáticos robaron al menos diez uniformes de entrenamiento y catorce balones, ademas de otros equipamientos, según informó la web deportiva Globoesporte.