La final del torneo Clausura hondureño 2017 no pasará a la historia sólo porque significó la decimoquinta copa del Motagua, sino por las cuatro personas que murieron durante una avalancha antes de que iniciara el partido contra Honduras Progreso, que finalizó con un marcador de 3-0.
La fiesta deportiva terminó en una tragedia. Cuando se supo de los primeros dos muertos, hubo medios que sugirieron la suspensión del juego, pero el portavoz de la Liga de Fútbol, Gustavo Caballero, dijo que ya no se podía hacer eso y que sería antecedido por «un minuto de silencio».
Según versiones de medios locales, los aficionados, entre ellos niños, intentaban abrir el portón y de pronto se produjo una avalancha.
«En el percance, cuatro personas murieron de manera accidental al ser embestidos por la turba de aficionados que ingresaban de manera violenta por el portón 11 del sector de graderías de sol Este», subraya la información oficial. El portavoz de la Liga Profesional de Fútbol, Gustavo Caballero, dijo a periodistas que el partido estaba por iniciarse cuando se produjo el hecho lamentable y que solamente se dedicaría un minuto de silencio por los fallecidos.
Insólitamente, el partido inició después del minuto de silencio, mientras cuerpos de socorro trasladaban a los lesionados en ambulancias a centros médicos.
Por otro lado, llegaron condolencias desde Europa: «La UEFA desea extender su más sentido pésame a las familias de las víctimas y también expresar su solidaridad con los dos clubes y con la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (CONCACAF)», expresó el ente regulador del fútbol europeo en un comunicado.