El primer triunfo de Golden State Warriors 119-106 sobre los Rockets de Houston en el inicio de la final en la Conferencia Oeste de la NBA tuvo un nombre: Kevin Durant.
La estrategia del técnico de Golden State, Steve Kerr, estuvo centrada en darle la mayor cantidad de oportunidades a Durant para aprovechar su lanzamiento perimetral contra jugadores a los que supera fácilmente gracias a sus 2,13 metros de estatura.
El jugador más valioso de la pasada final, en la que coronó a Golden State en la final ante Cleveland, anotó 37 puntos ante los Rockets la mayoría de ellos en jugadas de aislamiento, en los que quedaba con tiempo y espacio para disparar al canasto ante un defensor al que superaba ampliamente en estatura.
El espigado alero anotó tres de cuatro disparos ante el barba James Harden, estuvo perfecto de 3-3 cuando lo defendió J.P. Tucker, castigó una vez al base armador Chris Paul, y también estuvo efectivo cuando le tocó enfrentar a los aleros o pívot de Houston.
Durant anotó uno de dos tiros cuando lo marcó el brasileño Nené Hilario, encestó el único disparo en el que lo defendió Luc Mbah Moute, le anotó una vez a Clint Capela y solo falló el lanzamiento ante Trevor Ariza.
La gran actuación de Durant estuvo respaldada por Klay Thompson que anotó 6 de 15 triples y 9 de 18 tiros de campo para aportar 28 puntos a la causa de Golden State.
El base Stephen Curry convirtió 18 puntos y André Iguodala encestó once para que Golden State tuviera a cuatro de sus cinco abridores con dos dígitos.
Draymond Green fue sólido en la defensa con nueve rebotes, dos tapones dos robos y cinco tantos.
El segundo partido de la serie se disputa el miércoles en el Toyota Center de Houston.