El realizar algún tipo de deporte no sólo ayuda a nuestro cuerpo y mente a mantenerse sano y equilibrado; para algunos jóvenes del país representa la alternativa de educación para finalizar su enseñanza media además de mantenerlos alejados de las drogas y el alcohol.
A veces el uso del uniforme escolar, horarios establecidos, asistencia mínima que cumplir, sumado la falta de apoyo para realizar las tareas en casa y /o preparar una prueba, son factores definitorios en la deserción de la educación tradicional.
“Esto se traduce en tiempo de ocio del joven, llegar a grupos de amistades que lo único que le proporcionan son llenar esos tiempos muertos en la calle y convertirse en candidatos ideales para caer en las drogas y en alcohol”, explica Marcia Tabak, Directora Ejecutiva de Fundación Humaniza.
A este tipo de alumnos hay que enseñarles con metodologías de aprendizajes no tradicionales. Primero hay que entusiasmarlos y motivarlos a través de propuestas de talleres que llenen sus intereses. Eso producirá una consecuencia directa en el joven, que asistirá todo el año al colegio y se trabajarán aspectos tanto de su personalidad como aspectos valóricos.
Tal es el caso de la Corporación de Educación de la Municipalidad de Colina donde la implementación de talleres deportivos ha resultado ser una metodología de enseñanza infalible. Actualmente, se esta realizando el Campeonato Interescolar de Fútbol en tres colegios de la comuna “y son los mismos chicos quienes se acercan a preguntarme cuándo entrenaremos de nuevo”, señala Alexis Molina, Coordinador de los talleres en Colina de la Fundación Humaniza.
Durante el año escolar 2012, gracias a los Fondos Concursables del Gobierno Regional Metropolitano, se han desarrollado talleres y campeonatos de basquetball y fútbol en Colina.
“Gracias a estos recursos podemos realizar los entrenamientos, entregarles sus medallas y copas, e incluso darles desayuno y almuerzo a los jóvenes”, explica Tabak de Humaniza.
La participación y el compromiso (que se refleja en la asistencia) es cada vez mayor. “A mi me gusta jugar a la pelota, pero sé que primero debo entrar a clases y portarme bien para que el entrenador me deje jugar”, dice el menor L.P.R.
El Ciudadano