Japón llora la muerte de su «Abuelo Olímpico» Nataoshi Yamada

Desde 1962 Nataoshi Yamada no había dejado de asistir, cada cuatro años, a los Juegos Olímpicios de verano. Su primera cita con el máximo evento del deporte de alto rendimiento fue en Tokio cuando tenía 38 años de edad; sin embargo, este lunes su vida se extinguió a su 92 años , por lo que no podrá estar nuevamente en la próxima cita que volvería a ser en la capital japonesa en el 2020.

Conocido en el país asiático como «el abuelo olímpico», se ganó el apodo porque luego de estar en sus primera olimpiadas se desplazó a todas las sedes de los JJOO de verano, sumando en total catorce «participaciones» olímpicas, según reseñan agencias internacionales.

#NotaLuctuosa | El japonés Naotoshi Yamada, conocido como el "abuelo olímpico" en su país, ha fallecido a los 92 años de edad. Yamada estuvo presente en todos los @juegosolimpicos desde 1964 hasta 2016.#Colimdo #COD @Olympics @luisinmejia @CRESOrd @miderec_rd pic.twitter.com/7XBVldNLt2

— Comité Olímpico Dominicano (@COLIMDO) March 18, 2019

Fuentes ligadas a su familia informaron a los medios locales que Yamada falleció en un hospital de Tokio por causas naturales el pasado día 9, aunque mantenía la esperanza de poder asistir al próximo evento olímpico. «Siempre decía que los JJOO de Tokio serían la culminación de su vida dedicada a animar en las olimpiadas», afirmó la familiar de Yamada.

Y es que el «abuelo olímpico» no se perdía las ceremonias de inauguración y clausura de los Juegos realizados en lugares como: Ciudad de México, Múnich (Alemania), Seúl (Corea del Sur), Barcelona (España), Sídney (Australia), Pekín (China) o Moscú (Rusia), y afirmaba ser la única persona en el mundo en haber completado tantas asistencias.

El aficionado al deporte incluyó además a su palmarés de visitas los Juegos Olímpicos de invierno celebrados en la ciudad de Nagano (Japón) en 1998.

Además no pasaba desapercibido en estos espectáculos deportivos, ya que iba vestido con un sombrero dorado, un kimono del equipo olímpico japones y un abanico decorado con la bandera olímpica de su país, además de su radiante sonrisa; por lo que comenzó a convertirse en un personaje mediático con quien muchos querían retratarse.

Tanto fue su vistosidad que se convirtió en uno de los embajadores de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio 2020. «Hace tres años, organizó en su ciudad natal en la prefectura de Toyama una exposición de alrededor de 200 artículos relacionados con ese evento, incluyendo fotos y recuerdos», reseña la agencia Prensa Latina.

Natoshi Yamada fundó en la década de 1960 una empresa de fabricación de cuerdas que después amplió sus negocios a los sectores hotelero e inmobiliario, que le permitieron costear todos estos recorridos por el mundo. Además, tenía dos hijos y cinco nietos.

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