«Estamos disgustados y consternados porque, una vez más, un partido de la Premier League se vea ensombrecido por los insultos de la afición contra los jugadores» expresó el sindicato deportivo en un comunicado.
Tras llamar al gobierno a abrir una investigación, la PFA reiteró su apoyo a los futbolistas víctimas de la discriminación y aseguró que seguirá luchando para acabar de una vez por todas contra esas manifestaciones.
Está claro que los jugadores son los que sufren las consecuencias del racismo descarnado tan extendido ahora por el Reino Unido, pero ellos no están solos, agregó el gremio que representa a más de cuatro mil futbolistas de Inglaterra y Gales.
La demanda de la PFA tiene como telón de fondo los insultos racistas proferidos la víspera desde las gradas del estadio del equipo capitalino Tottenham Hotspur contra el zaguero del Chelsea Antonio Rüdiger.
En la segunda mitad del partido ganado por los visitantes 2-0, el jugador alemán de raza negra informó que de las gradas le hacían gestos de ‘mono’, lo cual obligó a detener el juego, y aplicar el protocolo de la FIFA de alertar por la amplificación local contra ese tipo de comportamiento del público.
El ministro británico de Deportes, Nigel Adams, anunció, por su parte, que este lunes se reunirá con la directiva del Tottenham.
No hay espacio para el racismo o cualquier tipo de discriminación en el fútbol ni en ningún otro lugar, escribió el funcionario en su cuenta de Twitter.
Cortesía de La Jornada
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