El kosovar Sinan Bytyqi estaba llamado a hacer cosas importantes en el mundo del fútbol. Con 22 años, este mediapunta era uno de los protegidos de Pep Guardiola en el Manchester City, que tenía muchas esperanzas puestas en su potencial. Pero el fútbol sabe de crueldades y en una mala jugada, todas las esperanzas de jugador se vinieron abajo tras serle detectado un problema cardíaco que le ha obligado a colgar las botas.
La joven estrella del City, que huyó de la devastada guerra de Kosovo con sus padres cuando era un niño, estaba obteniendo excelentes críticas como cedido en el Go Ahead Eagles holandés. En su última visita a Manchester Guardiola le hizo saber que lo seguían de cerca, y que su papel en el equipo holandés sería decisivo para su carrera.
Después de ser elegido en el equipo de la semana de la Eredivisie, Bytyqi fue llamado a la oficina del club holandés antes de entrenar. “Entré y estaba el gerente, los entrenadores, los fisios”, recuerda. “Pensé ¿qué está pasando aquí? Fue raro. El gerente sacó una hoja de papel y me dijo que habían encontrado algo en mi prueba anual de control cardíaco en Manchester y tenía que volver a Inglaterra. También dijo que es el tipo de anomalía que te impide jugar al deporte profesional”, explicó al Daily Mail.
Todo sucedió a finales del año pasado. Una segunda opinión confirmaría posteriormente el diagnóstico. Bytyqi tenía una miocardiopatía hipertrófica, una enfermedad en la cual una porción del músculo cardíaco se agranda, creando un deterioro funcional del corazón. También es la principal causa de muerte cardíaca repentina en atletas jóvenes. “Dijeron que si continuaba jugando tendría un cuatro por ciento de posibilidades de que mi corazón se parase y que si me detenía, sería un uno por ciento”, recuerda, con total naturalidad.
Bytyqi escapó de su tierra natal en los brazos de su madre con tan solo seis meses de edad. La huida no fue fácil al no disponer de los documentos necesarios, pero finalmente la familia consiguió instalarse en Austria. Destacó Klagenfurt y a los 14 años se marchó a Viena en busca de su sueño futbolístico. Allí fue captado por el City, durante un partido sub-19 de Austria.
La decisión de dejar el fútbol fue suya. Hay países que prohíben jugar con este tipo de problemas cardíacos, pero en otros como Inglaterra la decisión es del jugador. “Txiki dijo que seguía con contrato en vigor y que me apoyarían en lo que decidiera”, dice. ‘Sentí mucha responsabilidad. Pensé que estaba defraudando a la gente en Kosovo. No hay muchos jugadores de fútbol allí”. Pero la salud fue lo primero para él.
Finalmente, el City le ofreció continuar en el club o buscar una salida provechosa para él. El 2 de noviembre, alrededor de un año después del diagnóstico, comenzó su nuevo rol como ojeador del equipo citizen. “Miro a los jugadores, proporciono informes y trato de apoyarlos”, dice.”Tengo que agradecerles por darme una oportunidad. Para mí, el mejor trabajo del mundo es que le paguen por jugar al fútbol y al segundo mejor le pagan para verlo”, concluye en declaraciones al Daily Mail.