Ruan Pétrick Aguiar de Carvalho no logró ser una estrella del fútbol, pero su nombre saltó a las páginas de los periódicos, aunque por un motivo mucho más sórdido: ha presentado una denuncia ante la policía por abusos sexuales contra Ricardo Marco Crivelli, Lica, coordinador de las categorías de base del Santos, tradicional vivero de futbolistas en América Latina y la más famosa de Brasil. Lica niega la acusación, pero la policía ha abierto una investigación para aclarar el caso.
Figuras como Pelé, Robinho o Neymar, que ayudaron a crear la fama de los meninos da Vila (Vila Belmiro es el nombre del estadio) como son conocidos los chicos formados en el Santos. Ricardo Crivelli, que ya había prestado servicios a clubes como Portuguesa y São Paulo, llegó al Santos en 2008. Su misión era buscar nuevos talentos por todo el país, trabajo para el que demostró gran olfato. Él fue el descubridor de gente como Gabriel Barbosa, Gabigol, el actual lateral de la Juventus Alex Sandro o el exmadridista, ahora en el Manchester City, Danilo.
Crivelli conoció a Ruan en 2010, cuando el chico tenía 11 años y vivía en São Paulo, donde estaba sin club tras haber dejado el modesto Portuguesa Santista. Según ha declarado a la policía, una noche Lica comenzó a acariciar su cuerpo y acabó praticándole sexo oral. “El tipo me prometió que me llevaría para jugar en el Santos. Y tras algunas semanas, me llamaron para entrar en el club”, cuenta Ruan a EL PAÍS.
El chico permaneció en los equipos base del Santos durante un año y medio. A lo largo de ese tiempo, convivió con las burlas de sus compañeros de equipo, que se mofaban de su proximidad con el técnico. Ruan relata que, cuando estaba a punto de subir de categoría en el fútbol base, Lica lo invitó a dormir en su apartamento, pero él lo rechazó. A partir de entonces, no tuvo más oportunidades, y el club acabó prescindiendo de él. “Fue una frustración muy grande”, dice mientras acomoda la visera sobre su cabeza. “Mi sueño era jugar en el Santos. Y todo acabó de esa manera.”
El chico había sido presentado a Lica por intermedio de Ronildo Borges de Souza, conocido como Batata, un ojeador que se dedicaba a llevar a São Paulo chicos de otras partes del país, con quien vivió durante una temporada. Ruan dice que también llegó a ser acosado por Ronildo Borges, detenido hace dos años en una casucha donde albergaba 11 adolescentes y condenado por estafa, explotación sexual y creación de una cárcel privada.
Ruan se acostumbró a vivir lejos de casa. Su madre lo abandonó muy pronto. Fue criado por su padre, que tiene otros 13 hijos y seguía desde ça distancia su aventura en el fútbol. Después de dejar el Santos, rodó por equipos más pequeños, pero en ninguno logró abrirse paso.
Resolvió recurrir en el inicio de este año a la ayuda de Luciano Pereira, un agente que había conocido en São Paulo. Hizo las maletas otra vez al saber que el intermediario había abierto una puerta para regresar al Santos. “Mi alegría duró poco”, dice Ruan, recordando el momento en que Pereira reveló que Ricardo Crivelli había asumido el mando de la cantera del club y sería el responsable de gestionar su vuelta. “En vez de sonreír, se quedó paralizado cuando se lo conté”, afirma el agente. Ruan rechazaba volver a Santos y solo entonces el jugador confesó que “había sucedido alguna cosa complicada” entre Crivelli y él años atrás.