Daniela Bonvallet, hija del comentarista deportivo Eduardo Bonvallet, quien se suicidó el pasado 18 de septiembre, reveló el calvario que vivió su padre en los últimos meses y aseguró que la depresión endógena que sufría desde chico, más la separación con su esposa y no poder ver a sus hijos gatilló en la decisión de ahorcarse.
«Él tenía una depresión endógena desde chico. Se trataba, después no, se tomaba los remedios, después no, ya que decía que no lo dejaban pensar», dijo Daniela Bonvallet en entrevista a radio La Clave.
«Su separación lo tenía muy atormentado. Él se casó para tener una familia, pero con la última separación él extrañaba a sus hijos. No poder verlos lo tenía mal y la separación, que fue hace un año, nunca la pudo superar, ya que siempre pensó que iba a volver. Cuando supo que no había vuelta atrás, quedó mal», agregó la hija del Gurú.
La hija del ex seleccionado nacional y mundialista del 82′ también se refirió a como fueron las últimas semanas de su padre y aseguró que al momento de ahorcarse no había tomado alcohol, a diferencia de lo que señala el parte policial.
«Él tomaba en la noche para olvidar los problemas, para dejar atrás la pena, pero despertaba con más pena y cuando se ahorcó no había tomado. Él no tenía trago en el cuerpo el día de su muerte», reveló Daniela.
Sobre los últimos días de vida de Bonvallet, Daniela confesó que pensó que «estaba llamando la atención. Me pidió que hablara con la Victoria (ex pareja), le dije que estaba mal y ella me dijo que quería volver. Con mi mamá fue lo mismo. Entonces pensé que llamaba la atención, no pensé que iba a pasar lo que todos sabemos».
Al ser consultada por la depresión que sufría Eduardo Bonvallet, Daniela fue clara en señalar que»no le hacía caso a los doctores. Uno le daba los remedios muy buenos y el otro era un fans de él. Siempre recurría al doctor que podía manejar. Él hizo lo que quiso en su vida y no quiso realizarse una cura de sueño, porque, según él, la prensa lo iba a ver. Tengo todos los cuadernos con los punteos, lo que escribía, y era un artista. Era una persona muy meticulosa. Él sabía que tenía depresión, pero se los dejaba de tomar (los remedios) porque no lo dejaban ser ese personaje».
«Murió en su ley dice la gente y la gente tenía una impresión de que estaba sin la familia. Él vivía en el hotel porque después de la separación decidió vivir acá y sentía que la radio era su familia», agregó.
Daniela agregó que «el vivía para la gente que le escribía. Contestaba todos los mail, Twitter y se alimentaba que le dijeran loco, eso no le dolía. Él siempre fue muy dueño de sus palabras y de sus silencios. Él no podía aguantar la mentira, la injusticia, eso lo superaba».