La suspensión del partido entre el Rayo Vallecano y el Albacete por los cantos hirientes contra el ucraniano Roman Zozulia promete marcar un antes y después en el fútbol español y abrió un profundo debate, que llegó a esferas políticas, e incluso traspasó las fronteras del país.
Hasta el pasado domingo, ningún partido en la historia del fútbol español había sido suspendido por cantos de los hinchas, a pesar de numerosos antecedentes de gritos contra futbolistas negros, ya sea a través de insultos o con sonidos imitando monos. A lo sumo, el juego se había detenido unos minutos hasta que los gritos cesaran.
Por eso, muchos celebraron lo sucedido en Vallecas, donde el árbitro José Antonio López Toca suspendió el partido en el entretiempo, después de que los futbolistas visitantes se negaran a jugar en solidaridad con su compañero, a quien los hinchas locales hostigaron al grito de «puto nazi» por sus simpatías con la extrema derecha de su país. Más tarde, cuando la suspensión era un hecho, los «Bukaneros», la hinchada más radicalizada del Rayo, intentó distender la situación cantando «era una broma, Zozulia era una broma», pero la resolución final no tomó en cuenta esos cantos.
La Real Federación Española (RFEF) valoró la decisión del juez y analiza si el partido continuará en cancha neutral o a puertas cerradas o si se le da por ganado al Albacete, mientras que laLiga, el organismo que organiza los torneos profesionales en el país, avaló la reacción del árbitro y la suspensión del partido. «LaLiga manifiesta su acuerdo con la decisión de suspender el encuentro ante los graves insultos y amenazas sucedidos durante la primera parte contra Roman Zozulia», dice parte del comunicado publicado por el ente regulador del certamen. «Desde LaLiga seguimos trabajando para erradicar la violencia, el racismo y la xenofobia en los estadios del fútbol profesional español», cierra la publicación.
Para apoyar la decisión, La RFEF publicó el acta arbitral del partido, en la que López Toma explicó que observó «la presencia de una pancarta de grandes dimensiones con el lema ‘EVITAR QUE UN NAZI VISTA LA FRANJA'» y que desde el campo se escuchaban los cánticos «el que no baila es un fascista», «el que no baila es Roman Zozulia» y «Roman Zozulia, un puto nazi». Fue tras esto cuando el árbitro avisó al delegado de campo para que advirtiera a través de la voz del estadio de la posible suspensión del encuentro.
El caso llegó hasta Ucrania, el país natal de Zozulia. «Condenamos firmemente las muestras de intolerancia y agresión verbal contra el futbolista ucraniano Román Zozulia durante el partido entre los equipos Rayo Vallecano y Albacete», dice un comunicado emitido por Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano.
Las autoridades del país ya habían defendido a Zozulia cuando el delantero de 30 años había sido contratado por el Rayo a préstamo del Betis en 2017, pero ni siquiera pudo participar de un entrenamiento ya que los aficionados del Rayo lo recibieron con un cartel que decía que no era bienvenido en el club por su filiciación de extrema de derecha.
El jugador, que más de una vez se ha fotagrafiado con simbología nazi, es alabado en sectores de su país por crear un fondo de ayuda a los militares que combaten en el este de Ucrania y donar dinero para reconstruir un hospital donde se rehabilita a soldados heridos en el Donbás, escenario de un conflicto entre el Ejército ucraniano y las milicias prorrusas desde 2014.
El propio Rayo salió a condenar lo sucedido, con una rueda de prensa en la que estuvieron sus máximas autoridades y a través de un comunicado en el que el cuerpo técnico y el plantel hicieron «un llamamiento para eliminar cualquier tipo de violencia, racismo y xenofobia de nuestros estadios de fútbol». Paco Jémez, entrenador del Rayo, también lamentó el hecho, aunque dejó en claro que espera que la suspensión no sea un hecho aislado.
«Ayer nos tocó ser los primeros en vivir una suspensión por insultos. Espero que sea algo que no vuelva a pasar en el fútbol», indicó el técnico. «Espero que si esto sucede en otro campo se tomen las mismas medidas que se tomaron ayer».
La declaración de Jémez representa la opinión de otros actores ligados al fútbol, que se manifestaron en contra de lo sucedido, ya que cuestionan que el juego se haya suspendido en este caso, y nunca haya pasado lo mismo en temas de racismo, xenofobia o discriminación.
Gabriel Rufián, diputado del partido d’Esquerra Republicana de Catalunya, lo hizo público en su cuenta de Twitter, donde enumeró varios casos de insultos de hinchadas en los que los partidos no se detuvieron. Incluso, mencionó un cantito que los aficionados del Real Madrid le gritaban a Lionel Messi por su rivalidad con Cristiano Ronaldo.
Rufián es una figura clave en la política española, ya que integra uno de los partidos indepentistas que tienen la llave para la formación de Gobierno después de las elecciones.
En un sentido parecido de pronunció Íñigo Errejón, líder de Más País, que apoyó a los «Bukaneros», la facción más radicalizada del Rayo, y pidió «un fútbol que sea ejemplo, comprometido, solidario y sin nazis». Ambos políticos recibieron varias adhesiones por sus comentarios, pero también fuertes críticas.
Otro apoyo a la hinchada del Rayo la brindó José María González, más conocido como Kichi, alcalde de Cádiz. «Por un fútbol antirracista y antifascista. Todo mi apoyo a los Bukaneros del Rayo Vallecano», escribió el político que forma parte de Podemos.
Del mismo partido político es Pablo Fernández, Secretario General de Podemos Castilla y León, que ironizó por lo sucedido. «Años escuchando en los campos de futbol insultos racistas, xenófobos, machistas, homófobos, amenazas de muerte….y el primer partido que se suspende en La Liga es por llamar nazi a un filonazi».
En las redes sociales, muchos hinchas recordaron a Wilfred, un histórico arquero nigeriano del Rayo, que en sus siete años en el club siempre sufrió insultos racistas. Pero en ese caso, ningún partido fue suspendido. Habrá que ver qué sucede la próxima vez, cuando una hinchada grite cantos racistas.
(Con información y análisis de Página 12)